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Cocina, recetas y alimentos

¡Cuidado! Lavar el pollo crudo aumenta el riesgo de intoxicación

A menudo, en muchas cocinas alrededor del mundo, lavar el pollo crudo se considera un paso esencial antes de cocinar. Sin embargo, esta práctica común, aunque bien intencionada, podría estar poniendo en peligro tu salud y la de los demás en casa. ¿Sabías que el lavado del pollo en realidad aumenta el riesgo de intoxicación alimentaria? Hoy te explicamos por qué deberías dejar de hacerlo.

¿Por qué lavamos el pollo crudo?

Es normal pensar que el pollo crudo, con su textura resbaladiza, debe lavarse para eliminar suciedad o bacterias antes de cocinarlo. Socialmente arraigada, esta acción es para muchos un hábito aprendido de generaciones anteriores. Sin embargo, lo que podría parecer una medida de seguridad sanitaria es, en realidad, una fuente peligrosa de contaminación cruzada.

Lo que realmente ocurre al lavar el pollo

Cuando enjuagas el pollo bajo el grifo, pequeñas gotas de agua contaminadas empiezan a salpicar por la cocina. Estas gotas pueden contener bacterias como Salmonella, Campylobacter y Clostridium perfringens, culpables de muchas enfermedades transmitidas por alimentos. Aunque no puedas verlas, estas bacterias pueden aterrizar en superficies cercanas como la tabla de cortar, utensilios, el fregadero, la esponja y, peor aún, otros alimentos.

Lavarse las manos o limpiar rápidamente las superficies después de lavar el pollo no garantiza la eliminación de estos microorganismos. Las bacterias pueden quedarse y propagarse con facilidad, aumentando el riesgo de intoxicación alimentaria.

Bacterias peligrosas en el pollo crudo

El pollo crudo es un terreno fértil para muchas bacterias dañinas. Dos de las más comunes son:

Salmonella: puede causar fiebre, calambres abdominales, diarrea y vómitos. Los síntomas pueden tardar entre 6 y 72 horas en aparecer.

Campylobacter: asociada frecuentemente con diarrea fuerte, fiebre y náuseas. Este microorganismo es una de las principales causas de enfermedades intestinales en el mundo.

Ambas bacterias pueden sobrevivir en las superficies contaminadas y propagarse rápidamente si no se manejan con cuidado.

Cocinar, no lavar: la verdadera solución

A diferencia de lo que muchos creen, enjuagar el pollo no elimina las bacterias que puedan tener en su superficie. De hecho, la única forma efectiva de matar estos patógenos es mediante una cocción adecuada. La temperatura interna del pollo debe alcanzar al menos 73 °C para ser seguro consumirlo. Un termómetro de cocina es tu mejor aliado para asegurarte de que la carne esté completamente cocida.

Foto Freepik

¿Cómo prevenir la contaminación en la cocina?

Para evitar intoxicaciones alimentarias al manipular pollo crudo, sigue estas recomendaciones clave:

No lo laves: aunque suene contraintuitivo, saltarse este paso es imprescindible para mantener tu cocina libre de contaminación.

Usa herramientas separadas: designa una tabla de cortar exclusiva para carnes crudas y evita usarla con otros alimentos.

Lávate las manos correctamente: usa agua y jabón durante al menos 20 segundos después de manipular pollo crudo.

Desinfecta las superficies: limpia a fondo el fregadero, encimeras y utensilios después de manipular pollo crudo con productos desinfectantes.

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Revisa la temperatura interna del pollo: asegúrate de que alcance los 73 °C antes de comerlo para garantizar que no queden bacterias vivas.

¿Por qué esta práctica sigue siendo común?

Muchos siguen lavando su pollo por hábitos culturales o porque creen que esta acción realmente elimina bacterias. Sin embargo, la carne que llega a los supermercados ya ha pasado por procesos de limpieza industrial. No es necesario volver a lavarla en casa. Informes de seguridad alimentaria a nivel global han demostrado que esta práctica aumenta el riesgo de contaminación cruzada más que el beneficio esperado.

Además, estudios recientes han revelado que, a pesar de esfuerzos educativos, un alto porcentaje de personas sigue lavando su ave cruda, argumentando que simplemente “se sienten más seguras” haciéndolo. Esta percepción debe cambiar, y educar sobre los riesgos es clave.

Impacto de contaminación cruzada en otros alimentos

Uno de los mayores peligros de lavar pollo crudo es que las bacterias pueden llegar a alimentos frescos como ensaladas, frutas o verduras. Estos productos, que normalmente no se cocinan, terminan actuando como vehículos para las bacterias, lo que aumenta significativamente el riesgo de intoxicación.

Un reciente estudio encontró que hasta el 26 % de las ensaladas preparadas por personas que lavaban su pollo estaban contaminadas con E. coli, una bacteria peligrosa añadida para los fines de la investigación. Incluso cuando no se lavaba el pollo, un porcentaje menor de ensaladas también resultó contaminado, principalmente debido a malas prácticas de higiene al preparar alimentos.

Cambia el hábito, protege tu salud

Dejar atrás la costumbre de lavar el pollo crudo puede parecer difícil al principio, pero es un paso crucial para garantizar la seguridad alimentaria en tu hogar. Adoptar prácticas más seguras como una cocción adecuada, un manejo higiénico de los alimentos y una limpieza profunda de las superficies reducirá drásticamente el riesgo de enfermedades transmitidas por alimentos. La clave está en romper con este viejo mito y priorizar la salud de los tuyos.

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