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Salud

Un joven sufrió una deformación “extrema” en el cuello por usar mucho el celular

Un caso reciente ha generado preocupación en la comunidad médica: un joven de 23 años desarrolló una deformidad visible y grave en su cuello, atribuida al uso excesivo de su celular. Por pasar horas con la cabeza inclinada sobre la pantalla, este joven terminó con el llamado “síndrome de la cabeza caída” y un bulto en la nuca, síntomas extremos del conocido “text neck”.

Este tipo de lesiones ya no son aisladas; cada vez más jóvenes presentan cuadros similares, lo que convierte a este fenómeno en un tema clave para la salud pública. La popularidad de los dispositivos móviles ha disparado la incidencia de dolencias cervicales entre adolescentes y adultos, y la prevención se vuelve urgente.

¿Cómo afecta el uso excesivo del celular a la columna cervical y el cuello?

El acto cotidiano de mirar el teléfono varias horas provoca efectos directos sobre la columna cervical. Cada vez que la cabeza se inclina hacia adelante, la carga que soportan las vértebras del cuello se multiplica. Por ejemplo, una inclinación de 60 grados hace que la musculatura soporte un peso semejante al de un niño pequeño, llegando a 27 kilogramos. El resultado es una enorme acumulación de tensión muscular y una sobrecarga en ligamentos y discos.

Esta postura no es natural: el cuello está diseñado para sostener el peso de la cabeza en posición erguida, y cuando se le pide soportar más peso durante periodos prolongados, aparecen síntomas como dolor constante, rigidez al mover el cuello, debilidad muscular y en ocasiones, mareos y náuseas. Aunque puedan parecer molestias leves, en muchos casos son el aviso de un daño estructural mayor que puede volverse irreversible si no se toman medidas a tiempo.

El fenómeno del “text neck” y sus consecuencias físicas

El “text neck” se caracteriza por una persistente rigidez en el cuello y la nuca, junto con dolores que se irradian hacia los hombros y la parte alta de la espalda. Las personas afectadas sienten debilidad en los músculos cercanos, y en situaciones graves, dificultad para sostener la cabeza en posición neutral. Esta tensión acumulada desgasta las articulaciones, y muchas veces, afecta la calidad del sueño y la concentración diaria.

A nivel físico, el “text neck” va más allá de una mala postura. Los expertos destacan que la postura de inclinación permanente genera sobrecarga y favorece la aparición de síntomas vestibulares: mareos, pérdida de equilibrio y disminución de la capacidad visual periférica. En menores y adolescentes, que pasan gran parte del día en esta postura, el impacto es todavía mayor, ya que sus estructuras óseas aún están en desarrollo.

Deformaciones estructurales y complicaciones a largo plazo

La presión mantenida sobre las vértebras cervicales puede derivar en alteraciones posturales severas, como la pérdida de la curva natural del cuello, formación de hernias discales y desplazamiento vertebral. En casos extremos, como el del joven de 23 años, la deformación llegó a tal punto que fue necesaria una cirugía correctiva. Este tipo de intervención suele implicar riesgos y periodos de recuperación extensos.

La falta de prevención puede transformar un daño inicialmente reversible en una afección crónica, con pérdida de movilidad, dolor neuropático y, en algunos casos, reducción de la capacidad pulmonar y problemas neurológicos. Ignorar los primeros síntomas facilita la evolución de una simple molestia en el cuello a complicaciones que afectan toda la calidad de vida.

Foto Freepik

Factores de riesgo, prevención y recomendaciones para evitar daños cervicales por el celular

Quienes pasan muchas horas frente al celular, especialmente con posturas inadecuadas y sin pausas activas, están en mayor riesgo de desarrollar estas afecciones. El sedentarismo, la falta de actividad física y la tendencia a mirar siempre hacia abajo potencian el problema, y la adicción digital impulsa el uso compulsivo de estos dispositivos en edades cada vez más tempranas.

Las pautas ergonómicas insisten en varios aspectos: mantener el dispositivo a la altura de los ojos, reducir el tiempo de exposición continua a la pantalla, y hacer pausas frecuentes (cada 20 minutos, al menos) para estirar cuello y hombros. Las recomendaciones de la OMS apuntan, además, a limitar el uso de pantallas en niños y adolescentes, incentivando el movimiento y el desarrollo de actividades fuera del entorno digital.

La importancia de la educación postural y los hábitos saludables

Enseñar hábitos posturales desde la infancia es clave para evitar daños a largo plazo. Mantener una postura erguida, con la pantalla a la altura de los ojos, previene la flexión forzada del cuello. Incluir ejercicios simples de elongación y fortalecimiento varias veces al día ayuda a mantener la flexibilidad y la resistencia muscular.

Los especialistas advierten que los padres deben limitar el acceso a dispositivos y promover el juego activo. En adolescentes, es fundamental reforzar la toma de conciencia sobre los riesgos asociados a la postura y la inactividad. Adoptar hábitos como levantarse cada 30 minutos y estirar el cuello, girar suavemente la cabeza y practicar ejercicios que involucren la espalda fortalecerá la musculatura y reducirá los síntomas.

Tratamientos y abordaje integral en caso de lesiones graves

Cuando el daño está hecho, el tratamiento debe ser integral. La fisioterapia ayuda a restaurar la movilidad y fortalecer la musculatura cervical. Técnicas de manipulación manual, masajes, ejercicios guiados y terapia ocupacional son herramientas útiles para recuperar la función y evitar recaídas. En casos que avanzan a hernias discales o deformidades severas, puede recomendarse intervención quirúrgica.

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La atención temprana es decisiva: consultar ante síntomas persistentes de dolor, debilidad, sensación de hormigueo o rigidez excesiva permite evitar complicaciones mayores y garantiza una recuperación más rápida. El abordaje puede complementarse con terapias alternativas y seguimiento médico regular, adaptándose a las necesidades individuales de cada paciente.

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