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Cocina, recetas y alimentos

Los 7 beneficios de la canela comprobados científicamente

Desde la antigüedad, la canela ha sido una de las especias más valoradas en la cocina y la medicina tradicional. Su historia empieza en la medicina ayurvédica y en civilizaciones como la egipcia, donde se usaba por su aroma y sus supuestos poderes curativos. Hoy, la ciencia moderna le pone otra lupa a esta especia, analizando con detalle sus compuestos y validando algunos de los motivos que la han hecho tan popular en todo el mundo. No es solo un condimento: en laboratorios y estudios clínicos, la canela se investiga por sus efectos metabólicos, su capacidad antioxidante y sus propiedades antimicrobianas.

La popularidad de la canela no ha decaído, más bien crece gracias a su versatilidad en la cocina y a las investigaciones que resaltan sus posibles aportes a la salud. Sin embargo, su uso seguro requiere conocer las diferencias entre las variedades, los compuestos activos y la dosis adecuada para obtener los beneficios sin riesgos.

Composición y propiedades bioactivas de la canela

La canela proviene de la corteza interna del árbol del género Cinnamomum. Las variedades más conocidas son la canela de Ceilán (Cinnamomum verum) y la canela cassia (Cinnamomum cassia). Aunque las dos aportan sabor y aroma similar, varían en cuanto a concentración de compuestos y seguridad.

Lo que más destaca en la composición de la canela es el cinamaldehído, un compuesto responsable de su sabor y aroma intenso. Este y otros componentes como los polifenoles y la cumarina están bajo el foco de los investigadores. Los polifenoles ayudan a combatir el daño oxidativo, la cumarina puede ser tóxica en altas dosis (presente sobre todo en la cassia), y el cinamaldehído se asocia a múltiples efectos positivos en la salud. Más de 160 moléculas bioactivas se han identificado en la canela, algunas con propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antimicrobianas y neuroprotectoras, lo cual respalda su potencial utilidad en la prevención de diversas enfermedades.

Beneficios científicos de la canela en la salud

Varios estudios en humanos y revisiones científicas reconocen distintos efectos de la canela sobre el bienestar. A continuación se explican los siete beneficios más respaldados, con palabras claras y sin tecnicismos innecesarios, basados en investigaciones recientes y análisis clínicos.

Control de los niveles de azúcar en sangre

La canela ayuda a regular la glucosa en sangre al mejorar la sensibilidad a la insulina, la hormona principal que se encarga de mantener los niveles de azúcar estables. Esto resulta especialmente interesante en personas con prediabetes o con riesgo de diabetes tipo 2, ya que varias investigaciones han demostrado que consumir canela a diario puede ayudar a reducir los picos de glucemia después de las comidas. Su inclusión moderada en la dieta puede ser un aliado para quienes buscan mantener su metabolismo bajo control.

Acción antioxidante y antiinflamatoria

Los antioxidantes en la canela, en especial los polifenoles, juegan un papel clave en proteger las células frente al daño de los radicales libres. Al mismo tiempo, esta especia cuenta con compuestos que reducen la inflamación interna, lo que puede ayudar con molestias crónicas y prevenir enfermedades asociadas al estrés oxidativo. Este efecto contribuye a la protección del sistema cardiovascular y a la sensación de bienestar general.

Foto Freepik

Efecto cardioprotector

Uno de los beneficios más sólidos de la canela es su aporte en la salud del corazón. Estudios han encontrado que puede disminuir los triglicéridos y el colesterol LDL (el colesterol “malo”), y elevar el colesterol HDL (el “bueno”). Estos cambios en los lípidos sanguíneos, junto con su capacidad antioxidante, respaldan el papel de la canela en la prevención de situaciones que afectan la salud arterial y coronaria, como la aterosclerosis.

Apoyo a la salud cognitiva

Las últimas investigaciones señalan que la canela podría tener un rol prometedor en la protección de las funciones cerebrales. Los extractos de la especia pueden beneficiar la memoria y el desempeño cognitivo, gracias a sus moléculas bioactivas que parecen intervenir en procesos protectores del tejido cerebral. Algunas revisiones apuntan a que podría ayudar a retrasar el avance de enfermedades como el Alzheimer, aunque aún se requiere mayor evidencia clínica para establecer recomendaciones precisas.

Acción antimicrobiana

El cinamaldehído confiere a la canela una potente acción contra bacterias y hongos dañinos. Esta capacidad antimicrobiana es útil tanto en el organismo, donde limita la proliferación de microorganismos patógenos, como en la conservación de alimentos, retrasando el deterioro de productos frescos. Su uso se estudia incluso en la prevención de infecciones orales y en la reducción del riesgo de enfermedades periodontales.

Facilita la digestión y el confort gastrointestinal

Diversos compuestos de la canela fomentan la producción de jugos gástricos, facilitando el proceso digestivo y la absorción de nutrientes. También se le reconoce capacidad para aliviar molestias leves como la hinchazón, los gases o las digestiones pesadas. Por ello, muchas culturas han incorporado la canela a remedios tradicionales para regular el tránsito intestinal y mitigar pequeñas molestias después de comer.

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Apoyo en la regulación del peso corporal

Algunos estudios sugieren que la canela podría influir en el gasto energético y en el control del apetito, ayudando a prolongar la sensación de saciedad. Este doble efecto la convierte en un complemento interesante en planes alimentarios destinados a controlar el peso, aunque siempre debe formar parte de una estrategia integral que incluya hábitos saludables y ejercicio regular.

Seguridad y recomendaciones de consumo

A pesar de todos estos beneficios, el consumo de canela debe ser moderado. Algunas variedades, como la canela cassia, contienen cumarina en niveles que pueden afectar el hígado si se toman en exceso. Los organismos de salud aconsejan preferir la canela de Ceilán, que presenta menor riesgo de toxicidad.

En grupos como embarazadas, lactantes y personas que reciben medicación (especialmente anticoagulantes o tratamientos hepáticos), resulta especialmente relevante evitar la automedicación y consultar con un profesional de la salud antes de consumir suplementos o extractos concentrados. En la vida diaria, una dosis razonable es suficiente para disfrutar de sus bondades, añadiéndola en postres, bebidas o platos principales para aprovechar su sabor y sus propiedades científicamente comprobadas.

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