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Salud

¡Cuidado! Esto es lo que pasa si dejas el tampón puesto demasiado tiempo

Utilizar el tampón es una práctica segura para la mayoría cuando se siguen las indicaciones básicas de uso. Sin embargo, aunque muchas personas lo han olvidado durante algunas horas sin consecuencias graves, dejar un tampón más tiempo del recomendado puede generar problemas de salud que van más allá de la simple incomodidad. Mantenerse informada y atenta es el mejor camino para cuidar tu bienestar y aprovechar este método de higiene sin riesgos.

Qué sucede en el cuerpo si se deja el tampón puesto demasiado tiempo

Cuando el tampón permanece en la vagina más de lo sugerido —generalmente más de ocho horas— pueden ocurrir cambios dentro de ese ambiente. La zona vaginal es naturalmente cálida y húmeda, condiciones donde las bacterias pueden crecer con rapidez si encuentran material absorbente como algodón y rayón, componentes más comunes en los tampones. Al dejar el tampón mucho tiempo, se multiplica la posibilidad de proliferación bacteriana, especialmente de ciertas bacterias como Staphylococcus aureus, capaces de producir toxinas peligrosas. Esta situación crea un terreno fértil para infecciones o irritaciones, que pueden pasar desapercibidas al inicio. Si bien muchos casos solo resultan en un olor desagradable o molestias leves, dejarlo por periodos prolongados puede desencadenar problemas más serios como el temido síndrome de shock tóxico (TSS). Algunas señales tempranas pueden incluir mal olor, secreciones inusuales, comezón, irritación o sensación de sequedad. Como regla general, mientras más tiempo pase el tampón dentro del cuerpo, mayor es el riesgo de complicaciones.

Síndrome de shock tóxico: el principal riesgo

El síndrome de shock tóxico (TSS) es la complicación más grave asociada con el olvido o uso excesivamente prolongado de los tampones. No es frecuente, pero su desarrollo requiere atención inmediata por la rapidez con la que avanzan sus síntomas y el serio daño potencial para la salud. El TSS ocurre cuando ciertas bacterias generan toxinas que entran al torrente sanguíneo a través de pequeños cortes o microlesiones en la mucosa vaginal. El inicio suele ser repentino y en las primeras horas aparecen fiebre alta (mayor a 39 °C), dolor muscular, mareos, náuseas, vómitos y una erupción cutánea similar a una quemadura solar. Incluso puede haber descamación de la piel, diarrea o alteraciones en la presión arterial. Si no hay intervención médica rápida, pueden afectarse órganos vitales como los riñones o el hígado. Aunque el TSS es raro, la importancia radica en la gravedad de sus consecuencias y la necesidad de actuar rápido si se presentan los primeros signos de alerta.

Otras complicaciones posibles: infecciones, olores y malestar

No todos los olvidos de cambio se convierten en una urgencia médica, pero existen otras molestias frecuentes. El crecimiento desmedido de bacterias altera la flora vaginal, llevando a la aparición de infecciones locales como vaginitis o incluso infecciones por hongos que causan dolor, picazón y secreciones anormales. Es habitual que un tampón dejado más de la cuenta genere mal olor, producto de la descomposición de la sangre menstrual y el material absorbente. En ocasiones, también se puede presentar inflamación, ardor y sequedad vaginal al retirar el tampón, especialmente si se elige un nivel de absorción mayor al necesario. A pesar de estas complicaciones, la mayoría de los casos se resuelven sin problema si se identifica la causa y se retira el tampón enseguida. Los problemas graves son poco comunes, pero conocer estas señales ayuda a prevenir que una molestia se convierta en algo más serio.

Foto Freepik

Cómo reducir riesgos y recomendaciones prácticas para el uso seguro de tampones

El uso correcto del tampón es sencillo y altamente seguro si se adoptan ciertos hábitos básicos. Utilizar un tampón por más de ocho horas aumenta el riesgo de infecciones y el desarrollo del síndrome de shock tóxico. Por eso, lo ideal es cambiarlo cada cuatro a ocho horas, eligiendo siempre la absorción adecuada para tu nivel de flujo. No se recomienda dormir toda la noche con un tampón o cambiarlo solo una vez al día, sin importar la cantidad de sangre. Mantener las manos limpias antes y después de cada manipulación reduce la probabilidad de introducir gérmenes a la vagina. Utilizar solo productos diseñados para un solo uso minimiza riesgos; los tampones reutilizables no cuentan con la aprobación de autoridades sanitarias como la FDA por los riesgos de infecciones. Observar el empaque y verificar que el tampón esté en buenas condiciones también resulta clave para evitar el uso de materiales contaminados.

Consejos de higiene y frecuencia de cambio

La higiene es fundamental en todo momento. Siempre que se manipule un tampón, tanto para colocarlo como para retirarlo, se deben lavar bien las manos con agua y jabón. Para bajar la posibilidad de infecciones, hay que elegir la absorción justa, no una más alta de la necesaria, ya que esto causa sequedad y microlesiones. Cambiar el tampón incluso antes de las ocho horas es recomendable en los días de mayor flujo; durante la noche, muchas personas prefieren usar compresas o copas menstruales. No es recomendable tirar los tampones al inodoro, ya que pueden causar obstrucciones. Un tampón debe mantenerse en su empaque original y en un lugar seco, lejos de la humedad. Seguir estas prácticas ayuda a hacer del tampón un aliado seguro y cómodo.

Qué hacer si olvidas cambiar el tampón o sientes síntomas

Si de manera accidental olvidas retirar un tampón y pasan más de ocho horas, lo primero es retirarlo lo antes posible sin entrar en pánico. Si al hacerlo notas olor fuerte, malestar, picazón o irritación, lo más recomendable es observar los síntomas durante las siguientes horas. Al presentar fiebre, vómitos, sarpullido, mareo intenso o cualquier signo de malestar grave, acudir de inmediato al médico es la mejor decisión. Permitirá descartar cualquier complicación mayor y recibir tratamiento a tiempo. Si el tampón no sale fácilmente o se sospecha de otro objeto retenido, hay que evitar forzar su extracción y se debe buscar asistencia profesional para prevenir lesiones o infecciones más profundas.

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