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Salud

¡Ojo! Estos son los medicamentos que no deberías tomar si vas a exponerte al sol

El sol y los medicamentos no siempre forman una buena combinación. Muchos no imaginan que una pastilla común puede volver la piel vulnerable ante la luz solar. Los especialistas advierten que algunos fármacos, llamados fotosensibilizantes, pueden provocar quemaduras, manchas o erupciones si se toma el sol durante su uso. Por eso, conocer estos riesgos marca una diferencia clave en la prevención y el autocuidado.

Cómo afectan los medicamentos fotosensibilizantes durante la exposición al sol

Algunos medicamentos, al interactuar con la radiación ultravioleta, pueden activar procesos químicos que dañan la piel. Este fenómeno, conocido como fotosensibilidad, provoca respuestas diferentes según el tipo de medicamento, el fototipo de la piel y las condiciones personales. No todos reaccionan por igual: quienes tienen piel clara, antecedentes de enfermedades cutáneas o tratamientos prolongados están en mayor riesgo. También influyen factores como la dosis, el tiempo de exposición solar y el metabolismo individual. La mayoría de reacciones se manifiestan en las zonas expuestas al sol, pero ciertas condiciones pueden extenderlas más allá de estas áreas.

Fototoxicidad: la reacción más frecuente

La fototoxicidad representa más del 95% de los casos de fotosensibilidad asociada a medicamentos. Suele presentarse rápido, entre minutos y horas después de estar bajo el sol. Los síntomas recuerdan a una quemadura solar, con enrojecimiento, hinchazón, ardor y hasta ampollas. Cuanto mayor es la dosis y la duración del tratamiento, más intensa puede ser la lesión. Estas reacciones pueden dejar una hiperpigmentación persistente incluso semanas después. Es común que los primeros signos pasen desapercibidos hasta que la lesión ya está avanzada, retratando la importancia de tomar medidas preventivas.

Fotoalergias y otras reacciones cutáneas

Menos comunes, las fotoalergias implican la participación del sistema inmunitario. Se trata de reacciones retardadas, que pueden aparecer hasta 72 horas tras la exposición. Suelen causar eccema, picor intenso e inflamación, afectando áreas tanto expuestas como no expuestas al sol. Personas con antecedentes alérgicos, enfermedades autoinmunes o tratamientos prolongados integran el grupo de mayor riesgo. Deben extremar precauciones y consultar a un profesional ante cualquier duda. Además, otros tipos de manifestaciones cutáneas incluyen erupciones, urticaria o empeoramiento de condiciones preexistentes.

Foto Freepik

Principales medicamentos que pueden causar fotosensibilidad

En la actualidad, más de 300 medicamentos están identificados como fotosensibilizantes. Entre los más destacados están los antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos, diuréticos, antidepresivos, antihipertensivos, quimioterápicos, retinoides y ciertos hipoglucemiantes. Estos medicamentos pueden encontrarse en tratamientos tanto de corta como de larga duración. Es importante revisar siempre el prospecto o la etiqueta, donde suele aparecer un símbolo que alerta sobre este riesgo, y seguir las recomendaciones del personal sanitario. En caso de duda, consultar con un farmacéutico o médico antes de exponerse al sol es clave.

Antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos y diuréticos

Dentro de los antibióticos, destacan especialmente las tetraciclinas como la doxiciclina y las fluoroquinolonas como el ciprofloxacino. Estos fármacos tienen un reconocido riesgo de causar reacciones graves al sol. En el caso de los antinflamatorios no esteroideos (AINES), nombres como el ibuprofeno, naproxeno o ketoprofeno figuran entre los más implicados. También los diuréticos (hidroclorotiazida, furosemida) utilizados para tratar problemas de presión arterial o retención de líquidos, pueden intensificar la sensibilidad solar. Estos grupos son especialmente relevantes porque se prescriben de forma habitual a toda edad y para muchas condiciones de salud.

Antidepresivos, antihipertensivos y otros grupos relevantes

Los antidepresivos tricíclicos (como la amitriptilina), anticonvulsivos, medicamentos para la presión arterial (enalapril, amlodipino) y antihistamínicos (loratadina, doxilamina), también tienen potencial fotosensibilizante. Se suman fármacos usados en oncología, como ciertos quimioterápicos e inmunosupresores. Los retinoides (isotretinoína) empleados en el tratamiento del acné, anticonceptivos orales (estrógenos y progestágenos) y algunos hipoglucemiantes, completan el panorama. El riesgo se incrementa en pacientes crónicos, polimedicados o con enfermedades de base, por lo que se recomienda siempre una valoración médica individualizada.

Medidas preventivas para reducir el riesgo de reacciones cutáneas

La prevención es el camino más seguro para evitar complicaciones bajo el sol. La aplicación de protector solar con factor SPF 50 o superior antes de salir a la calle debe formar parte de la rutina diaria, renovándolo cada dos horas, sobre todo en pieles sensibles o fotosensibilizadas. Cubrir la piel con ropa ligera, de manga larga, gafas de sol y sombrero de ala ancha ayuda a crear una barrera extra. Evitar la exposición entre las 12 y las 17 horas, cuando la radiación es máxima, es un gesto efectivo y fácil de recordar.

Después de suspender un medicamento fotosensibilizante, el riesgo puede persistir durante varios días o incluso semanas, dependiendo de la vida media del fármaco y de las características individuales. Por eso, seguir aplicando medidas de protección es imprescindible hasta pasado ese tiempo.

El correcto almacenamiento de los medicamentos también influye, ya que algunos pueden alterar su composición si se exponen a la luz, volviéndose menos eficaces o más peligrosos. Leer el prospecto y buscar los símbolos de advertencia ayuda a identificar este tipo de medicamentos.

Ante la duda, o si aparece una reacción cutánea tras estar al sol y consumir uno de estos fármacos, hay que suspender la exposición, refrescar la zona afectada y consultar con un profesional de salud sin demoras. Estar bien informado y tomar pequeñas acciones día a día no solo protege la piel, sino que permite disfrutar del sol sin sorpresas desagradables.

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