Esta es la principal causa de muerte en España

En España, el cáncer se consolida como la principal causa de muerte según los datos más recientes del INE. En 2024, los tumores provocaron el 26,6% de todas las defunciones registradas en el país, superando a las enfermedades del sistema circulatorio que quedaron por muy poco detrás. Con más de 433.000 fallecimientos anuales, conocer estas cifras no solo aporta contexto, también subraya la importancia de la prevención, la investigación y el acceso a diagnósticos tempranos. Los cambios demográficos y el envejecimiento siguen influyendo en la mortalidad nacional, lo que exige soluciones específicas tanto para hombres como para mujeres, y dependiendo de la región donde vivan.
El cáncer: la principal causa de muerte en España
El cáncer encabeza la lista de mortalidad en España y mantiene su posición de liderazgo durante dos años consecutivos. La estadística destaca un dato clave: más de uno de cada cuatro fallecimientos en 2024 se debieron a tumores malignos. Este dato no solo preocupa a médicos y autoridades sanitarias, también impacta a las familias y a la sociedad en su conjunto.
Entre los tipos más letales, el cáncer de bronquios y pulmón sigue aumentando su incidencia, sumando 23.239 muertes, un 1,9% más respecto al año anterior. El cáncer de colon se mantiene relevante con 10.434 fallecimientos, aunque muestra una bajada del 4,6%. En los últimos años también se han registrado incrementos en las muertes por cáncer de páncreas y mama, mientras otros como el de próstata y colon son los únicos que han logrado un leve descenso.
Las diferencias geográficas añaden complejidad al análisis. Comunidades como Ceuta, Navarra y Asturias reportan los mayores crecimientos de mortalidad por tumores, mientras que La Rioja, Galicia y Aragón logran disminuir estos casos, evidenciando que el acceso a la salud y la prevención varían entre regiones.
Cánceres más frecuentes y su impacto
El cáncer de pulmón y bronquios se mantiene como el primero en número de muertes, impulsado por hábitos de riesgo como el tabaquismo y la exposición a factores ambientales. Mientras tanto, el cáncer de colon ocupa el segundo lugar en relevancia, pero destaca por su leve descenso reciente en la mortalidad, posiblemente por un mejor acceso a pruebas de cribado y tratamientos eficaces.
El cáncer de páncreas muestra una tendencia al alza, con crecimientos que preocupan a la comunidad médica por su difícil detección y mal pronóstico desde etapas tempranas. El de mama, principalmente en mujeres, sigue creciendo un 2% anual, reflejando tanto el aumento de casos como la mejora en el registro estadístico. Cada uno de estos tumores refleja la necesidad de seguir promoviendo un diagnóstico precoz y tratamiento integral.
Variabilidad geográfica y de género en la mortalidad por cáncer
No todas las regiones y grupos sufren el cáncer igual. El análisis revela que los hombres mueren más frecuentemente por cáncer de pulmón y bronquios, mientras que el cáncer de mama es el tumor maligno más mortal entre mujeres. Además, hay una diferencia clara en la tasa bruta de mortalidad: los hombres presentan mayor riesgo de fallecimiento por tumores (914,2 por cada 100.000) frente a las mujeres (863,4).
En el plano geográfico, comunidades como Ceuta, Navarra y Asturias enfrentan un crecimiento marcado en las muertes por cáncer, lo que puede deberse a factores como estilos de vida, diferencias sociales y acceso desigual a los servicios de salud. Por el contrario, en La Rioja, Galicia y Aragón ha disminuido la incidencia, probablemente gracias a políticas de prevención y mejores campañas de detección.

Otras causas de fallecimiento en España: panorama actual
Más allá del cáncer, las enfermedades cardiovasculares siguen dejando huella en la salud pública española. Aunque representan el 26% de los fallecimientos, justo por detrás del cáncer, sus cifras van en descenso en la mayoría de comunidades y afectan de forma diferente a hombres y mujeres.
No se puede dejar de lado las enfermedades cerebrovasculares, las demencias, la insuficiencia renal y las muertes por causas externas, ya que también moldean el mapa de mortalidad del país. Los avances médicos y los cambios en los patrones de vida influyen en la aparición de nuevas amenazas, mientras otras causas disminuyen gracias a la prevención y el control.
Participación de las enfermedades del sistema circulatorio
Las enfermedades isquémicas del corazón siguen siendo la causa principal dentro de este grupo, aunque tanto su mortalidad como la de las enfermedades cerebrovasculares muestran una clara tendencia a la baja respecto a años anteriores. En 2024, la mortalidad por enfermedades cardíacas descendió un 3,2% y la de los accidentes cerebrovasculares un 2,7%.
Esta reducción responde al uso de mejores medicamentos, al control más efectivo de la hipertensión y al acceso a tecnología médica avanzada. Sin embargo, la tasa de mortalidad sigue siendo elevada y requiere atención permanente.
Las diferencias por sexo también son claras aquí: los hombres fallecen con mayor frecuencia por enfermedades cardíacas, mientras que en mujeres ganan peso las patologías degenerativas del sistema nervioso, sobre todo la demencia.
Aumento y relevancia de patologías degenerativas y causas externas
El envejecimiento de la población trae aparejado el aumento de muertes por demencia e insuficiencia renal, dolencias que han crecido un 3,7% y un 10,3% respectivamente en los últimos años. Este incremento refleja tanto una mayor esperanza de vida como una atención más precisa en el diagnóstico.
En el caso de las causas externas, las caídas accidentales ocupan el primer lugar como motivo de muerte no natural, habiendo subido un 6% en el último año. Los suicidios, por otro lado, disminuyeron en 2024 en un 6,6%. La proporción de fallecimientos por causas externas es del 4,2%, con predominio de accidentes y menos peso de factores violentos o intencionales.
Estas cifras no solo informan sobre las enfermedades más peligrosas, también proponen desafíos a futuro para los sistemas sanitarios y las campañas educativas en la población de riesgo.
La interpretación de estos datos debe guiar la creación de estrategias dirigidas a frenar los tumores, fortalecer la salud cardiovascular y atender la discapacidad y dependencia provocada por patologías crónicas y accidentes frecuentes. La información revela patrones y tendencias que, bien analizados, pueden transformar la atención a la salud y el bienestar social en España.