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Cocina, recetas y alimentos

¿Es más saludable la pasta de legumbres que la de trigo?

Las pastas de legumbres han irrumpido con fuerza en supermercados y restaurantes, empujadas por la búsqueda de comidas más equilibradas y la popularidad de dietas sin gluten, vegetarianas o altas en proteína. Este tipo de productos genera dudas legítimas: ¿realmente aportan beneficios por encima de la clásica pasta de trigo? Sus diferencias van más allá del color o del nombre, y entenderlas ayuda a tomar mejores decisiones en la mesa.

Diferencias nutricionales y tecnológicas entre la pasta de legumbres y la de trigo

Las diferencias entre ambas pastas comienzan en el ingrediente principal. Mientras la pasta tradicional utiliza harina de trigo, la de legumbres se fabrica a partir de lentejas, garbanzos, alubias o guisantes, en formas como espirales, macarrones o penne. Este cambio en la base modifica profundamente su perfil nutricional y el efecto que tiene en el cuerpo.

Composición y contenido de nutrientes

La composición de la pasta de trigo y de legumbres marca una diferencia clave para la salud. La harina de trigo refinada, común en la pasta tradicional, contiene menos del 15% de proteínas y solo una pequeña cantidad de fibra. Gran parte de las vitaminas y minerales presentes en el grano original se pierden en el proceso de refinado, ya que se elimina el salvado y el germen. Lo que queda es principalmente almidón, lo que implica una fuente abundante de energía pero un peso bajo en nutrientes esenciales.

Por el contrario, la pasta de legumbres ofrece entre 24% y 28% de proteínas y una cantidad de fibra que puede alcanzar hasta el 31%. También provee hierro, magnesio y vitaminas del grupo B, en mayor proporción que la pasta de trigo. Su menor índice glucémico promueve una curva más estable de glucosa en sangre y ayuda a controlar el apetito, lo que es especialmente relevante para personas con diabetes o quienes buscan mantener la saciedad más tiempo.

El equilibrio entre proteína y fibra ayuda a que una porción de pasta de legumbres sacie más, apoye el mantenimiento de masa muscular y contribuya a una dieta con menos picos de azúcar. Además, las proteínas vegetales convierten esta alternativa en una opción nutritiva para vegetarianos y veganos.

Impacto del procesamiento y biodisponibilidad

La fabricación de ambas pastas implica moler la materia prima y darle forma, pero hay detalles que modifican la forma en la que el cuerpo asimila los nutrientes. El proceso de obtener harina pulveriza el alimento, rompe las paredes celulares y cambia su estructura. Por un lado, facilita la masticación y acelera la digestión. Por otro, transforma la matriz original, lo que puede influir en cómo se absorben vitaminas y minerales.

En la pasta de legumbres, el procesado puede reducir la fibra y alterar las ventajas que tendría el alimento en su formato entero. Por eso, no conviene usarla como remplazo absoluto de las legumbres cocidas tradicionales. Aunque mantiene la mayor parte de sus propiedades, algunos beneficios se reducen o modifican. Sin embargo, como complemento, permite sumar más legumbres a la dieta de forma cómoda y variada.

Foto Freepik

Ventajas y limitaciones de la pasta de legumbres en diferentes dietas

La pasta de legumbres puede ajustar mejor que la de trigo a ciertos estilos de alimentación o necesidades particulares. Su composición resulta conveniente para quienes buscan ciertos nutrientes o deben restringir algunos ingredientes comunes en la pasta tradicional.

Recomendaciones para distintos grupos y necesidades dietéticas

Para las personas con celiaquía, la pasta de legumbres es, en general, libre de gluten. Esto ayuda a evitar malestares intestinales y riesgos asociados a la exposición al gluten, siempre y cuando el producto esté certificado como libre de contaminación cruzada. Su alto aporte de proteína vegetal la convierte en un aliado para quienes no consumen alimentos de origen animal o desean diversificar fuentes proteicas.

En mayores y deportistas, su densidad de nutrientes apoya la salud muscular, aporta minerales y prolonga la saciedad con menos cantidad. Para quienes cuidan el índice glucémico, su menor proporción de almidón y mayor fibra permite un control más estable de la glucosa posprandial.

La facilidad de preparación y la ausencia de remojo previo, exigido por las legumbres enteras, hace que sea una opción práctica para quienes tienen poco tiempo o poca experiencia en cocina.

Desventajas en sabor, precio y textura

A pesar de sus ventajas, la pasta de legumbres no está exenta de críticas. El precio suele ser mayor que el de la pasta de trigo, a veces hasta siete veces más, lo que dificulta que sea una opción cotidiana para muchas familias. El sabor y la textura también despiertan opiniones divididas: algunas personas sienten que el sabor fuerte de las legumbres domina el plato, y la textura puede ser menos elástica y algo terrosa en comparación con la suavidad de la pasta de trigo.

Quienes buscan incorporar pasta de legumbres a su dieta pueden empezar mezclándola con pasta tradicional o integrándola en platos acompañados de salsas intensas, vegetales o proteínas magras. Esto ayuda a equilibrar el sabor y aprovechar los beneficios nutricionales sin un cambio drástico en las costumbres.

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