Parece inofensivo, pero podría afectar tus riñones: el alisado permanente bajo la lupa médica

El alisado permanente se ha consolidado como uno de los tratamientos favoritos para quienes buscan un cabello liso y brillante durante meses. Su reputación de comodidad y “seguridad” ha hecho que tanto salones de belleza como usuarios lo recomienden sin reservas. Sin embargo, estudios recientes y testimonios médicos advierten sobre consecuencias poco conocidas, especialmente para los riñones.
Alisado permanente: cómo actúa y cuáles son sus riesgos para los riñones
Los métodos de alisado más populares, como el brasileño y el japonés, emplean productos con queratina y, en muchos casos, ácido glioxílico. Este ácido no solo cambia la forma del cabello, sino que puede perjudicar órganos internos cuando penetra a través de la piel o por inhalación durante la aplicación. La preocupación médica gira especialmente en torno al ácido glioxílico. Al calentarse, este químico puede liberar cristales de oxalato cálcico, que el cuerpo filtra a través de los riñones y pueden causar graves daños a largo plazo. Existen ya casos reportados de personas jóvenes que, tras varias sesiones de alisado, han desarrollado insuficiencia renal aguda, una condición que puede poner en peligro la vida y requerir diálisis.
Química y funcionamiento del alisado permanente
El alisado permanente combina queratina, la proteína principal del cabello, con químicos como ácido glioxílico o sus predecesores, como el formaldehído. Estos compuestos rompen los enlaces del cabello y fijan una forma lisa y uniforme. Sin embargo, la reacción química durante el tratamiento genera sustancias potencialmente tóxicas y, al usarse calor, se incrementa la liberación de vapores y la formación de compuestos como el oxalato. No todos los productos indican las sustancias en su etiqueta, lo que dificulta identificar sus riesgos.
Complicaciones renales asociadas a los tratamientos de alisado
Los médicos advierten sobre el aumento de casos de daño renal ligado al uso de alisadores químicos. El oxalato cálcico liberado puede atascar las nefronas, los filtros microscópicos de los riñones, generando obstrucciones que llevan a insuficiencia renal aguda. Los síntomas incluyen dolor intenso, náuseas, vómitos y, en casos más severos, necesidad de hemodiálisis. No se trata solo de riesgos teóricos; existen ya ejemplos reales, como el caso documentado de una joven con insuficiencia renal después de varias aplicaciones, que mostró grandes depósitos de cristales en sus riñones.
Efectos sobre la salud capilar y general: una mirada más allá del cabello liso
El alisado permanente no solo implica riesgos renales. Los químicos empleados afectan también la estructura capilar, el cuero cabelludo y, en algunos casos, la salud general. Ante la creciente popularidad del tratamiento, la falta de controles efectivos y de regulaciones claras resulta preocupante, ya que muchos productos llegan al mercado sin suficiente información ni estudios de seguridad.

Daño sobre la estructura del cabello y cuero cabelludo
El uso repetido o inadecuado de productos de alisado puede derivar en un cabello más frágil, con puntas abiertas y tendencia a la caída. El calor y los compuestos químicos debilitan la cutícula, causando que el cabello pierda brillo y se vuelva quebradizo. El cuero cabelludo también sufre: es común observar reacciones alérgicas, irritación, úlceras y hasta quemaduras. Las consecuencias suelen ser más graves cuando se combina el alisado con procesos decolorantes.
Riesgos sistémicos de los ingredientes químicos presentes
El formaldehído, muy utilizado en alisadores durante años, ha sido catalogado como posible cancerígeno. Frente a esto, empresas han recurrido al ácido glioxílico, pero este compuesto también presenta riesgos serios para la salud ósea, hormonal y renal. La exposición crónica puede generar alteraciones sistémicas que superan el simple daño al cabello. Brasil prohibió el uso de este químico en productos de belleza en 2025, mientras que países europeos, aunque sin restricciones formales todavía, han recomendado de forma activa evitar su uso.
Problemas de regulación y transparencia en el mercado de alisadores
Uno de los aspectos más alarmantes es la falta de transparencia y de regulación en la industria de productos para el alisado. Muchos tratamientos no indican con claridad los ingredientes ni sus concentraciones, dejando a los consumidores vulnerables a sufrir daños sin previo aviso. Las agencias de salud han pedido la retirada de sustancias como el ácido glioxílico y campañas de sensibilización, pero la vigilancia sigue siendo insuficiente. Esta realidad obliga a quienes buscan un cabello liso a informarse adecuadamente y anteponer su salud a los resultados estéticos.
Alternativas seguras para el alisado y cuidado capilar consciente
A pesar del auge de los tratamientos permanentes, es posible lucir un cabello liso y saludable sin exponerse a riesgos innecesarios. El cuidado inteligente y el uso de técnicas más naturales marcan la diferencia a largo plazo.
Opciones que no perjudican la salud renal ni capilar
Las opciones más seguras incluyen el uso ocasional de planchas de calidad para alisar el cabello sin aplicar químicos agresivos. Emplear acondicionadores y mascarillas con queratina ayuda a controlar el frizz y mejorar la textura sin alterar la estructura interna del pelo. Los tratamientos libres de ácidos fuertes y aquellos con ingredientes naturales, como aceites vegetales o aloe vera, ofrecen protección y brillo sin efectos secundarios graves. Un hábito esencial es leer etiquetas y evitar cualquier producto que no describa claramente su composición.
Invertir en la salud capilar implica también cuidar la frecuencia de procedimientos: espaciar los alisados, evitar mezclarlos con decoloraciones y priorizar el bienestar antes que la moda. Con información confiable y elecciones conscientes, el cabello puede lucir hermoso sin poner en riesgo la salud general ni la de órganos tan importantes como los riñones.