Estos son los dos dolores más insoportables del mundo según la ciencia

El dolor extremo es una experiencia que trasciende culturas, edades y condiciones sociales. Entender cuáles son los dolores físicos más intensos ayuda a promover empatía, mejorar tratamientos y visibilizar el sufrimiento real que millones atraviesan a diario. A pesar de los avances en medicina, la ciencia sigue buscando formas objetivas de medir y clasificar el dolor, aunque la percepción humana varía según la persona.
Entre las numerosas afecciones documentadas, existen dos que la comunidad médica, respaldada por la literatura científica y por testimonios de quienes los sufren, identifica como los más terribles: la neuralgia del trigémino y el cólico nefrítico. Estas condiciones desnudan el rostro más desafiante del dolor humano, no solo por su intensidad, sino por su impacto abrumador en la calidad de vida.
Neuralgia del trigémino: dolor insoportable en el rostro
La neuralgia del trigémino es una enfermedad neurológica que convierte gestos tan simples como hablar, masticar o incluso sentir el viento en la piel en una auténtica tortura. Ocurre cuando el nervio trigémino, responsable de transmitir las señales sensoriales desde la cara al cerebro, sufre un fallo. Este fallo provoca episodios súbitos de dolor agudo, comparados con descargas eléctricas, punzadas o cortocircuitos atravesando la mandíbula, mejilla o incluso los ojos.
La causa más común es la presión de un vaso sanguíneo sobre el nervio, que desgasta la capa protectora del mismo y genera una malfunción en la transmisión eléctrica. Sin embargo, también pueden desencadenarla tumores, patologías vasculares y enfermedades desmielinizantes como la esclerosis múltiple. El dolor se presenta en crisis repentinas que duran segundos o minutos, pero pueden repetirse decenas de veces en un mismo día.
Este cuadro puede sumir a la persona en un aislamiento social y emocional, ya que comer, sonreír o asearse se convierten en fuentes constantes de miedo. El sufrimiento es tan extremo que ha sido catalogado en estudios clínicos como un dolor incapacitante, que puede llevar a la depresión, ansiedad y sentimientos de desesperanza. A pesar de los tratamientos disponibles, muchas terapias pierden efectividad con el tiempo o exigen cirugía de riesgo. La vida diaria se ve invadida por la incertidumbre y el temor al próximo episodio, pintando un panorama lleno de limitaciones.

Cólico nefrítico: el dolor agudo del riñón
El cólico nefrítico ilustra el sufrimiento intenso que el cuerpo puede infligirse a sí mismo. Se produce cuando un cálculo renal obstruye el tránsito normal de la orina por las vías urinarias. Esta obstrucción genera una acumulación de presión y la dilatación súbita de los conductos y la cápsula renal, lo que a su vez desencadena dolor lumbar o abdominal agudo, punzante y constante que puede irradiarse hacia la ingle o los genitales.
Muchos expertos en medicina describen este dolor como uno de los peores posibles. Su intensidad se experimenta como una apuñalada interna y, a menudo, provoca náuseas, sudoración y sensación de desmayo. Las crisis pueden durar desde minutos hasta varias horas, con intervalos libres de síntomas que resultan engañosos. En algunos casos, la angustia psicológica se vuelve tan relevante como el dolor físico: el miedo a una nueva crisis limita la vida social, laboral y la posibilidad de disfrutar actividades cotidianas.
La medición del dolor suele apoyarse en escalas visuales, donde los pacientes marcan el dolor máximo posible. El cólico nefrítico suele ocupar el nivel más alto en estas escalas, incluso por encima de otras condiciones graves. Resulta, además, complicado de manejar farmacológicamente, ya que los analgésicos convencionales en muchos casos logran solo un alivio parcial y temporal.
No sólo duele el cuerpo; el agotamiento emocional y la repetición de episodios dejan una huella en la mente, donde la anticipación al siguiente dolor puede ser casi tan desgastante como el propio episodio físico.
Importancia de entender el dolor y promover la empatía
Reconocer el impacto demoledor de la neuralgia del trigémino y el cólico nefrítico es clave para fomentar una comprensión real del sufrimiento ajeno. Padecimientos de este tipo merecen atención y solidaridad, tanto en el entorno social como médico. Mejorar los tratamientos, ampliar el acceso a expertos especializados y crear redes de apoyo puede hacer una diferencia sustancial para quienes enfrentan este tipo de dolor día tras día. Sensibilizar sobre estos males acerca la ciencia a la vida cotidiana, animando a no trivializar la experiencia ajena y recordando que, detrás de cada diagnóstico, existe una persona que merece compasión y acceso a mejores soluciones.