¿Alguna información? ¿Necesitas contactar al equipo editorial? Envía tus correos electrónicos a [email protected] o ve a nuestro formulario.
Estilo de vida

¿Por qué abrir un paraguas en casa trae mala suerte?

Abrir un paraguas dentro de casa es una de esas supersticiones clásicas que todos conocen, pero pocos logran explicar. Desde la típica advertencia familiar hasta bromas entre amigos, muchos sienten un pequeño escalofrío si ven un paraguas desplegado bajo techo. ¿Por qué esta simple acción se relaciona tan intensamente con la mala suerte?

El nacimiento de la superstición: historia y creencias antiguas

Los primeros vestigios de la superstición se remontan al antiguo Egipto, hacia el año 1200 a.C., cuando las sombrillas eran símbolos de estatus y protección para nobles y sacerdotes. Aquellas piezas, elaboradas con plumas de pavo real y papiro, no solo protegían del sol, sino que también tenían un fuerte componente sagrado. Muchos creían que abrir una sombrilla lejos de los rayos solares era irrespetar al dios Ra, entidad que simbolizaba el Sol. Este acto, aparentemente trivial, podía interpretarse como una provocación y atraer el castigo divino.

No solo se atribuía el riesgo a la relación con Ra, sino también a Nut, diosa del cielo, cuya sombra era vista como un manto protector especial. Utilizar el paraguas dentro de casa, especialmente por alguien ajeno a la nobleza, era transgredir límites sagrados y abrir la puerta a la desgracia.

Siglos más tarde, la superstición viajó hasta Inglaterra. Durante los siglos XVIII y XIX, los paraguas comenzaron a adoptar estructuras metálicas y mecanismos de resorte, a menudo peligrosos si se abrían en un espacio pequeño. Aparte de la magia, existía un claro componente práctico: la posibilidad de golpear a alguien, romper adornos o causar pequeños accidentes. Sin querer, el temor a la mala suerte mezcla aquí lo espiritual y lo cotidiano.

Foto Freepik

Del mito a la costumbre: por qué persiste la idea de la mala suerte

Aunque la sociedad y la tecnología han cambiado radicalmente, la idea de que abrir un paraguas en casa atrae mala fortuna sigue vigente. La superstición se transmitió de generación en generación, reforzada por el relato oral y la cultura popular. Muchos recuerdan a sus padres o abuelos repitiendo la advertencia, dándole un matiz de verdad por mera costumbre.

En algunas culturas, el paraguas cobra aún más significado. Regalar uno puede interpretarse mal al asociarse con la ruptura de relaciones o, incluso, con el alejamiento de la buena suerte. Las redes sociales y los medios modernos han amplificado el mito: películas y series utilizan la imagen del paraguas abierto en interiores para anticipar eventos desafortunados, reforzando su lugar en el imaginario colectivo.

No se puede omitir el papel del pensamiento mágico y el miedo a lo desconocido. Ante algún accidente doméstico casual, muchas personas buscan explicaciones fuera de lo lógico y recurren a los viejos dichos. Acusar al paraguas desplegado de desatar problemas menores se vuelve un recurso sencillo para justificar lo inexplicable.

Como respuesta humorística a esta creencia, desde 2003 en algunos países se celebra el “Día de Abrir Paraguas en Interiores.” La intención es satirizar supersticiones tradicionales y animar a la gente a desafiar miedos sin fundamento, abriendo paraguas bajo techo sin temor a lo que pueda pasar.

Razones reales y consecuencias prácticas de abrir un paraguas en casa

Detrás del mito subsisten razones más terrenales. La estructura de los paraguas antiguos, con varillas de metal rígidas y mecanismos bruscos, los convertía en auténticos peligros ambulantes dentro de un hogar. Un paraguas desplegado de forma repentina podía provocar lesiones, romper cristales, o volcar adornos delicados.

Esa realidad práctica se transformó en una especie de advertencia colectiva: para evitar molestias, mejor no desplegar el paraguas bajo techo. En tiempos actuales, aunque los materiales han cambiado y los riesgos graves son menores, aún existen situaciones incómodas. Por ejemplo, el agua acumulada puede provocar un resbalón, o alguien puede tropezar al no esperar encontrarse con un paraguas abierto en un pasillo.

En el hogar moderno, las consecuencias suelen limitarse a los llamados “pequeños accidentes”, como derribar una planta, mojar un mueble o sorprender a una mascota. Aunque los peligros no sean tan dramáticos como los auguraban antiguos egipcios y victorianos, el hábito sigue presente, aderezado por el factor psicológico del autosugestionamiento.

En definitiva, la raíz de la superstición se ancla tanto en la necesidad de seguridad real como en la búsqueda de respuestas rápidas ante la incertidumbre. El término superstición termina englobando esta mezcla de precaución y tradición.

Las supersticiones como la de abrir un paraguas en casa forman parte del tejido invisible que une a las personas con su historia. Han servido, en muchos casos, como advertencias para proteger, educar o explicar lo misterioso. El paso del tiempo las moldea, adaptándolas a la cultura y el lenguaje de cada época.

¿Hasta qué punto estas creencias influyen en el día a día? ¿Seguirán existiendo en el futuro, o el avance del conocimiento las dejará en anécdotas familiares? Abrir un paraguas bajo techo hoy puede ser solo un gesto, una tradición, o quizá un acto de rebeldía divertida. Lo cierto es que, aunque el peligro real haya disminuido, la superstición sigue su propio camino dentro de la cultura popular.

5/5 - (1 voto) ¿Le resultó útil este artículo?