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Cocina, recetas y alimentos

¿Es realmente peligroso cocinar en el microondas?

¿El microondas es un aliado o un enemigo en la cocina? La duda aparece cada vez que alguien habla de radiación y salud. La buena noticia, respaldada por la evidencia disponible, es que el microondas usa radiación no ionizante, por lo que no causa cáncer ni deja la comida “irradiada” cuando se usa de forma correcta. Lo que sí importa son los riesgos derivados del mal uso, como quemaduras por vapor, recipientes inadecuados que pueden liberar químicos, o fallas en la puerta del equipo.

¿Qué tan seguro es cocinar en el microondas? Lo que confirma la ciencia

Radiación no ionizante: qué significa y por qué no daña el ADN

La radiación no ionizante es un tipo de energía que no tiene fuerza suficiente para romper enlaces químicos. Está en la misma familia que el wifi y los teléfonos, aunque el microondas opera con una frecuencia diseñada para calentar alimentos. No provoca mutaciones, no corta el ADN y no vuelve peligrosa la comida. La exposición del usuario también es muy baja. La potencia del horno, el diseño de la cavidad y las barreras físicas reducen la energía que podría salir al exterior. En condiciones normales de uso, su riesgo es mínimo.

¿La comida queda “irradiada” tras usar el microondas?

No, el alimento no se vuelve radiactivo. Las microondas hacen vibrar moléculas de agua y generan calor, que es lo que cocina. Al terminar el ciclo, no hay radiación atrapada en el plato. El fenómeno es térmico, igual que cuando se calienta al baño María o en una sartén, solo que más rápido y con mayor control. Lo importante es que la energía actúa mientras el horno está encendido, luego se apaga y el proceso termina. No queda nada activo en la comida.

Fugas de radiación y estado de la puerta: cuándo revisar el equipo

Los hornos domésticos incorporan blindaje y una rejilla metálica en la puerta que retiene las ondas. Si la puerta cierra bien y el sello está limpio, las fugas se mantienen por debajo de los límites de seguridad establecidos para uso en el hogar. Tras un golpe, una caída o años de uso, conviene revisar bisagras, sello y cierre. Si el marco está deformado o no ajusta, hay que detener su uso y pedir servicio técnico. Un mantenimiento básico protege la integridad del equipo y del usuario.

Microondas y nutrición: cómo conservar vitaminas y sabor

Tiempo y agua: dos factores que protegen los nutrientes

Las cocciones breves y con poca agua reducen la pérdida de vitaminas sensibles al calor y al arrastre en el líquido, como la vitamina C. El microondas ayuda porque acorta el tiempo de cocción y evita hervidos largos. Conviene usar potencias moderadas, sobre todo en verduras tiernas, y detener la cocción en el punto justo. Si el alimento continúa caliente, terminará de cocinarse fuera del horno sin sobrepasarse.

Calentamiento uniforme: tapar, remover y reposar

Tapar con tapas aptas para microondas mejora la distribución del calor y mantiene humedad y aroma. También reduce salpicaduras y protege la textura. Conviene remover a mitad del tiempo para romper las zonas frías y dejar reposar al final unos minutos. Durante el reposo, el calor se iguala en todo el plato y se alcanza una temperatura segura en el centro. Esto es clave con sopas, guisos, carnes y platos densos.

Recipientes aptos: vidrio y cerámica frente a plásticos

El vidrio y la cerámica sin partes metálicas son opciones muy estables para calentar. Algunos plásticos no aptos pueden deformarse o liberar compuestos como BPA o ftalatos cuando se exponen a calor alto. Es mejor elegir recipientes con el sello “apto para microondas” y evitar tapas con metal o detalles decorativos metálicos. Si no se está seguro del material, mejor cambiarlo por vidrio templado o cerámica vidriada apta.

Foto Freepik

Riesgos reales del microondas y cómo evitarlos en casa

Quemaduras y líquidos sobrecalentados: señales y prevención

El sobrecalentamiento del agua en microondas puede hacer que el líquido parezca tranquilo y, al moverlo, estalle y salpique. Para reducir el riesgo, es útil introducir una cuchara apta durante el calentado, dejar reposar un minuto y mover el vaso con cuidado. Al abrir recipientes, inclinar la tapa para liberar el vapor lejos del rostro y las manos. Los niños necesitan supervisión constante, porque una quemadura con líquidos puede ser grave.

Qué no meter al microondas: metal, bolsas cerradas y plásticos no aptos

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El metal refleja las microondas y puede generar chispas, arcos eléctricos y daños en el horno. Tampoco conviene calentar envases sellados o huevos enteros, ya que la presión interna puede provocar explosiones. Los plásticos sin certificación pueden liberar químicos o deformarse con el calor, lo que afecta la seguridad y el sabor. Si una tapa tiene partes metálicas o un adorno brillante, hay que retirarlo antes de calentar.

Buenas prácticas de uso y mantenimiento

No dejar el horno desatendido durante cocciones largas o con alimentos grasos. Limpiar salpicaduras para prevenir olores, humo y puntos de calor. Revisar la puerta y el sello con frecuencia, especialmente si ha recibido golpes. Cubrir los alimentos para retener humedad, remover a mitad y preferir tiempos cortos con pausas para controlar el punto. No operar el microondas vacío, ya que puede dañar el magnetrón y acortar su vida útil. Con estos hábitos, el uso diario es estable y predecible.

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