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Estilo de vida

Cuatro posiciones para dormir que afectan negativamente la calidad del sueño

Dormir mal no siempre tiene que ver con el tiempo en cama, a menudo la postura al dormir es el verdadero saboteador. Algunas posiciones cargan el cuello, los hombros, la zona lumbar y las caderas, y rompen la alineación de la columna. Un médico del sueño, como el Dr. Andrea Matsumura, advierte que estas posturas aumentan tensión y dolor, y actúan como perturbadores silenciosos que fragmentan el descanso y reducen la profundidad del sueño.

Cuatro posiciones para dormir que empeoran el sueño

El patrón es claro, las posturas que tuercen el cuello, bloquean la vía aérea o generan puntos de presión mantienen a los músculos trabajando cuando deberían soltar. Cambiar la forma de apoyar la cabeza, el tórax y la pelvis alivia la carga, reduce el dolor y favorece un sueño más estable. Un pequeño ajuste, como alinear orejas con hombros o usar una almohada que llene bien el espacio lateral, transforma la noche y la mañana siguiente.

Boca abajo: torsión de cuello y presión lumbar

Dormir boca abajo obliga a girar la cabeza muchas horas, lo que dispara dolor de cuello y rigidez al despertar. La espalda baja sufre compresión por el arco forzado de la pelvis y la zona lumbar, algo que puede agravar lumbalgia y tensión muscular. El roce constante con la almohada también irrita la piel y favorece brotes locales. Esta posición resulta poco recomendable en embarazo y en personas con dolor de espalda o cuello. Cambiar a un lateral con buen soporte suele reducir molestias en pocos días.

Boca arriba: más ronquidos y apnea del sueño en algunas personas

Dormir boca arriba reparte el peso, pero en quienes roncan o tienen apnea del sueño favorece el colapso de la vía aérea por efecto de la gravedad. Esto intensifica ronquidos, microdespertares y somnolencia diurna, con menor oxigenación en la noche. Las personas con molestias lumbares pueden requerir un apoyo bajo las rodillas para descargar la zona. Si hay ronquido habitual o pausas respiratorias, conviene evitar esta postura y consultar para valorar terapias específicas.

Fetal muy encogida: respiración limitada y rigidez articular

Dormir de lado suele ayudar, pero una posición fetal muy cerrada limita la respiración al reducir la expansión del tórax. Mantener la barbilla pegada al pecho tensa el cuello y causa rigidez articular en caderas y rodillas. Aflojar la postura, con hombros libres y rodillas menos flexionadas, acerca a una columna neutral y disminuye los puntos de presión. El resultado es una ventilación más amplia y menos dureza al levantarse.

Reclinada a medias en sillón o cama articulada: mala alineación y puntos de presión

Dormir medio sentado sin un ajuste correcto provoca mala alineación de la columna y crea puntos de presión en espalda media y cuello. Si la elevación es escasa o inestable, también puede empeorar el reflujo y fragmentar el sueño por ardor o tos nocturna. Esta posición no suele ser reparadora salvo indicación médica y con soporte bien diseñado. Un sistema que estabilice cabeza, espalda y caderas, y mantenga la pelvis neutra, reduce mucho las molestias.

Foto Freepik

Cómo corregir la postura y aliviar dolores al dormir

Una estrategia clara parte de la alineación neutral. La cabeza, el tórax y la pelvis deben descansar como si fuesen bloques apilados, con curvas naturales y sin giros forzados. Un soporte bien elegido distribuye el peso, reduce tirantez en ligamentos y alivia la compresión de discos y articulaciones. La combinación adecuada de almohada adecuada, colchón y puntos de apoyo convierte la cama en una superficie de descarga, no de lucha.

Mantener la columna estable reduce despertares por dolor y facilita entrar en fases profundas de sueño. En lateral, una almohada con altura correcta impide que la cabeza caiga, mientras que un cojín entre rodillas mantiene las caderas alineadas. Si se duerme boca arriba, un rulo bajo las rodillas descarga la zona lumbar y evita la arqueadura excesiva. El objetivo no es inmovilizar, es permitir pequeños ajustes sin perder la forma neutra.

Los materiales también importan. Un colchón de firmeza media suele apoyar la curvatura natural y evita hundimientos que disparan el dolor. La almohada debe responder a la posición, más alta en lateral para rellenar el hueco entre oreja y hombro, y más baja en supino para no empujar la barbilla hacia el pecho. Las espumas de alivio de presión ayudan a hombros y caderas a hundirse lo justo sin desalinear la columna.

Hay casos con pautas claras. En embarazo, se favorece dormir de lado, mejor sobre el izquierdo, con cojines en espalda y entre las rodillas para mejorar el retorno venoso y la comodidad. En ronquidos y apnea del sueño, conviene evitar boca arriba y valorar terapia indicada por especialista. Cambiar de postura mejora la respiración nocturna, reduce microdespertares y aporta más energía al día siguiente. La constancia durante dos o tres semanas acelera la adaptación.

Alineación neutral de columna, cuello y caderas

Una columna neutral mantiene oídos, hombros y caderas en la misma línea, sin torsiones. La cabeza debe quedar alineada con el cuello, no inclinada hacia atrás ni hacia adelante. Sostener estas referencias reduce cargas en tendones, facetas y discos, y evita la rigidez matinal. Menos fricción y menos tensión significan menos despertares por dolor y una entrada más rápida en sueño profundo.

Uso correcto de almohadas y cojines de apoyo

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En lateral, una almohada que llene el espacio entre oreja y hombro mantiene el cuello estable y la mandíbula libre. Un cojín entre las rodillas evita la rotación de la pelvis y estabiliza la cadera. Al dormir boca arriba, un apoyo bajo las rodillas descarga la curva lumbar y reduce tensión. Las almohadas muy altas o muy bajas cambian el ángulo cervical y facilitan el dolor cervical. Elegir el grosor correcto reduce molestias en cuello y zona lumbar.

Colchón y altura de almohada según posición

Un colchón de firmeza media suele combinar soporte y adaptabilidad. Si es muy blando, la pelvis se hunde y la columna pierde forma. Si es muy duro, aparecen zonas de presión en hombros y caderas. La altura de la almohada cambia con la postura, más alta al dormir de lado, más baja al dormir boca arriba. Los materiales que reducen presión distribuyen el peso y protegen articulaciones sensibles.

Casos especiales: embarazo, ronquidos y apnea del sueño

En embarazo, dormir de lado, preferiblemente a la izquierda, mejora el flujo sanguíneo y reduce el edema. Un cojín largo puede sostener abdomen, rodillas y espalda, y da una sujeción uniforme. En ronquidos y apnea del sueño, evitar la postura boca arriba reduce el colapso de la vía aérea. Un cambio postural, junto a la terapia guiada por un especialista, mejora la respiración nocturna y la claridad mental durante el día.

Hábitos de noche que potencian una buena postura y un sueño profundo

Un entorno adecuado sostiene la postura correcta y ayuda a mantenerla durante toda la noche. Evitar la cafeína por la tarde, cuidar una cena ligera y controlar las pantallas facilita el inicio del sueño y reduce microdespertares. La ciencia del descanso lo respalda, dormir poco o con mala calidad se asocia a irritabilidad y a mayor riesgo cardiometabólico, como diabetes tipo 2 e hipertensión. Una rutina simple, constante y amable con el cuerpo marca la diferencia.

El horario del café importa. Se recomienda evitar cafeína desde primeras horas de la tarde, porque alarga la latencia de sueño y aumenta la tensión muscular nocturna. Las infusiones sin cafeína o el agua con un toque de limón son buenas alternativas. Un cierre temprano del estímulo facilita un descenso suave de la activación.

La cena ligera reduce el esfuerzo digestivo y la sensación de plenitud que impulsa a buscar posturas inestables. Dejar un margen antes de acostarse ayuda, sobre todo si hay reflujo. Para el reflujo, la solución es elevar ligeramente el cabecero con soporte firme, no dormir en una posición reclinada mal armada que cree más puntos de presión. Menos ardor significa menos despertares y postura más tranquila.

Las pantallas activan y retrasan la liberación de melatonina. Apagarlas una hora antes, junto con una temperatura fresca y una habitación oscura y silenciosa, facilita un tono muscular bajo y una postura estable. Un espacio sereno reduce la necesidad de moverse y protege la alineación conseguida con almohada y colchón.

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