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Estilo de vida

El truco que usan las modelos para soportar tacones todo el día

Hay un secreto que muchas modelos aplican cuando toca desfile, evento o sesión larga. No es magia, es un combo sencillo: cinta adhesiva en los dedos y plantillas de gel, sumado a una buena elección del zapato y pequeños cuidados durante la jornada. Con esta base, es más fácil aguantar tacones sin dolor, sobre todo si el zapato tiene tacón ancho, un poco de plataforma y está hecho con material de piel. Cada pie responde distinto, por eso conviene probar, ajustar y escuchar sensaciones.

El truco clave de las modelos: cinta en los dedos y plantillas de gel

El método empieza con cinta médica resistente y suave con la piel. Se pega el tercer y cuarto dedo del pie, con una vuelta firme pero no apretada. Esta unión reduce la separación entre ambos dedos y alivia presión en la zona de apoyo. El antepié reparte mejor el peso, la pisada se siente más sólida y el dolor punzante tarda en aparecer.

A ese gesto se le suma una almohadilla metatarsal de gel. Va justo bajo la bola del pie, donde el zapato suele concentrar la carga. Este acolchado actúa como amortiguador al caminar y, a la vez, frena el deslizamiento hacia la punta. Es útil elegir una plantilla completa de gel que incluya soporte en el talón. Un talón bien asentado mantiene el pie en su sitio y mejora el equilibrio sobre superficies lisas.

Para cerrar el triángulo, el zapato necesita agarre. Un zapato no resbaladizo reduce la tensión en cada paso, sobre todo cuando el suelo es pulido. Algunas profesionales añaden una fina tira de cinta adhesiva de doble cara en la plantilla, bajo la zona de los dedos. Ese toque ayuda a que el pie no “baile”, evita el efecto chancla y mantiene la postura estable. Conviene probar la cantidad mínima posible, solo en la zona de apoyo, para no irritar la piel ni dañar el material.

La seguridad manda. La cinta debe retirarse en cuanto haya molestia, hormigueo o cambios de coloración. La piel debe estar limpia y seca antes de aplicar la cinta y las plantillas. Si hay sudor, una pizca de polvo para pies mejora la fijación y reduce la fricción. Si el zapato roza en los laterales, un punto de vaselina o crema barrera crea una película que salva la piel sin cambiar el ajuste.

Foto Freepik

Preparación inteligente: elegir el zapato y cuidar los pies para aguantar horas

El acierto comienza al elegir. Un tacón ancho o de bloque estables, de altura media en torno a cinco a siete centímetros, es un aliado claro. La plataforma delantera compensa la inclinación, por lo que el antepié sufre menos. El material de piel se amolda al contorno del pie con el uso, respira mejor y reduce rozaduras. Si el interior tiene forro suave y suela acolchada, el confort sube desde el primer paso.

La prueba ideal se hace al final del día, cuando el pie está más hinchado. Esa referencia evita compras ajustadas que, de noche, se vuelven dolor. Antes del estreno largo, vale la pena caminar en casa, subir y bajar escaleras y girar sobre diferentes superficies. Esa práctica ablanda el zapato y revela puntos de presión que se pueden corregir con una almohadilla metatarsal extra o una cazoleta de talón.

El cuidado de la piel influye. La hidratación regular mantiene la capa externa flexible y más resistente a la fricción. Una crema ligera, aplicada unos minutos antes de calzarse, ayuda a prevenir roces. Si hay zonas sensibles, una crema barrera o un stick antirozaduras crea un escudo discreto. Algunas profesionales aplican una pequeña cantidad de talco para pies para secar la humedad en la planta y mejorar el agarre, sobre todo cuando la plantilla es lisa o el clima es caluroso.

En caso de que el zapato se despegue en la parte trasera, una gomilla en el talón o un agarre de microfibra corrige el “baile” sin apretar. Si el ajuste es muy justo, funciona el truco de ensanchar con frío. Se colocan bolsas cerradas con agua dentro, se mete el par en una bolsa de plástico y se lleva al congelador por unas horas. La expansión del hielo cede unos milímetros, lo justo para ganar comodidad sin deformar.

Durante el día, los microdescansos suman. Alternar momentos de pie con pasos cortos mantiene la circulación. Estirar gemelos, fascia plantar y dedos, aunque sea un minuto, descarga la tensión del arco y del antepié. Un par de vueltas por el pasillo o hasta la barra del bar cambia la sensación de inmediato. En jornadas largas, una pausa sentada cada cierto tiempo ayuda más que aguantar estática.

La prevención también cabe en el bolso. Un mini kit con cinta médica, tiras para rozaduras, una almohadilla metatarsal de repuesto y un gel frío en formato roll-on cubre emergencias. Si aparece inflamación localizada, algunas personas usan una crema tópica antiinflamatoria en casa, siempre en piel sana y según indicación del producto. Este gesto, sumado a un baño tibio y estiramientos suaves, deja el pie listo para el día siguiente.

La estabilidad del conjunto importa tanto como el truco. Un zapato no resbaladizo con suela de goma fina, más una plantilla de gel con sujeción de talón, reduce pasos inseguros y frena el desgaste muscular. El resultado es un caminar más limpio, menos tensión en la cadera y más control en cada apoyo. Si el pavimento está pulido, un spray antideslizante para suelas aporta tracción sin alterar la estética del zapato.

Probar todo en casa antes del gran día marca la diferencia. Primero la cinta médica en el tercer y cuarto dedo. Luego la plantilla con almohadilla metatarsal en su sitio. Después, dos o tres horas de uso doméstico, con subidas, bajadas y giros. Ese ensayo muestra si hace falta ajustar la plataforma, cambiar el punto de apoyo o mover un milímetro la plantilla. Cuando todo encaja, el pie se siente sujeto y, a la vez, libre.

Experimentar con el tacón ancho adecuado cierra el círculo. Un bloque medio de buena base da confianza y corrige balanceos. Con esa base, la cinta y el gel trabajan mejor. El pie se mantiene estable, el peso se reparte y el empeine no sufre por deslizamiento. Todo suma para aguantar tacones sin dolor el mayor tiempo posible, con una marcha fluida y una postura que se ve natural.

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