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Salud

¿Cuáles son los peligros de dejar puesto un tampón durante demasiado tiempo?

El tampón es un producto higiénico que se coloca dentro de la vagina para absorber la sangre menstrual. Muchas personas lo eligen por comodidad, sobre todo en el trabajo, al hacer deporte o en viajes. Sin embargo, dejarlo puesto durante demasiado tiempo puede traer problemas de salud que a veces se subestiman. El más grave es el síndrome de shock tóxico (TSS), una infección poco frecuente, pero muy seria.

¿Qué pasa en el cuerpo si se deja un tampón puesto demasiado tiempo?

Dentro de la vagina, el tampón absorbe la sangre y se mantiene en contacto con la mucosa. Si se cambia con regularidad, el equilibrio de la flora vaginal suele mantenerse estable. Cuando se deja muchas horas, la sangre retenida y la humedad modifican ese entorno y facilitan el crecimiento de bacterias.

Las guías actuales de salud aconsejan no superar unas 4 a 8 horas de uso continuo. Pasado ese tiempo, sube el riesgo de infección y de mal olor, y pueden aparecer molestias como sensación de cuerpo extraño, flujo diferente al habitual o cierta irritación. Cuanto más se retrasa el cambio, más fácil resulta que las bacterias se multipliquen.

Mayor crecimiento de bacterias y riesgo de infección

La sangre acumulada dentro del tampón funciona casi como un pequeño “reservorio” de nutrientes para las bacterias. En ese ambiente cálido y húmedo, microorganismos como Staphylococcus aureus pueden crecer con más rapidez. No siempre se produce un problema grave, pero el riesgo de infección aumenta cada hora que pasa sin retirar el tampón.

Algunas personas notan olor más intenso, flujo marrón o amarillento, picor o escozor leve. Ante estas señales, lo más prudente es cambiar el tampón con frecuencia, observar cómo evolucionan los síntomas y consultar si el malestar persiste.

Síndrome de shock tóxico: el peligro más grave de usar un tampón demasiado tiempo

El síndrome de shock tóxico (TSS) es la complicación más temida asociada al uso de tampones. Las recomendaciones recientes de organismos como CDC o Mayo Clinic siguen recordando que el TSS es raro, pero muy grave, y que requiere atención médica rápida. Se relaciona con toxinas producidas por ciertas bacterias, sobre todo cuando el tampón se queda muchas horas o se usan modelos de gran absorción sin necesidad.

Qué es el síndrome de shock tóxico y por qué puede ser mortal

El síndrome de shock tóxico (TSS) es una reacción intensa del cuerpo frente a toxinas bacterianas. Esas toxinas pasan a la sangre y pueden afectar órganos como riñones, hígado o corazón. La tensión arterial baja de golpe, el cuerpo se descompensa y la persona puede entrar en shock.

Sin tratamiento urgente, el TSS puede causar secuelas graves o incluso la muerte. El riesgo es mayor cuando el tampón permanece puesto más de lo recomendado o se usan tampones muy absorbentes con un flujo escaso, situación que facilita que la sangre se quede retenida durante horas.

Foto Freepik

Síntomas de alerta que no se deben ignorar

Los síntomas del TSS suelen aparecer de forma brusca. Suelen incluir fiebre alta, mareos, debilidad marcada, vómitos, diarrea y un sarpullido rojo parecido a una quemadura de sol. También pueden presentarse dolor muscular intenso, dolor de cabeza fuerte, confusión o sensación de desmayo al ponerse de pie.

Si estos signos aparecen mientras se lleva un tampón, lo adecuado es retirarlo de inmediato y acudir al médico o a urgencias sin demora. En el hospital se valorará la situación, se tomarán muestras y se iniciará tratamiento con antibióticos y líquidos por vía intravenosa si hace falta.

Cómo usar tampones de forma más segura y qué hacer si se olvidó uno puesto

Para reducir riesgos, las guías actuales recomiendan cambiar el tampón cada 4 a 8 horas, usar siempre la menor absorción que controle bien el flujo y evitar los tampones cuando no hay menstruación. También se aconseja alternar con compresas o bragas menstruales, sobre todo por la noche, y lavarse bien las manos antes y después de manipularlos. Quienes hayan sufrido TSS en el pasado suelen recibir la indicación de no volver a usar tampones.

Si una persona sospecha que ha dejado un tampón dentro más horas de la cuenta, lo razonable es intentar retirarlo con calma. Si lo consigue y se encuentra bien, basta con observar la aparición de síntomas. Si no logra sacarlo, nota olor muy intenso, dolor o se siente enferma, lo más seguro es acudir al médico para una revisión.

Cuándo es mejor acudir a un profesional de salud

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La consulta con un profesional resulta aconsejable cuando no se puede retirar el tampón, cuando hay mal olor fuerte o flujo extraño, o cuando se asocia fiebre, malestar general o síntomas compatibles con TSS. El personal sanitario está acostumbrado a ver estas situaciones y puede ayudar sin juicios.

Escuchar el propio cuerpo, respetar los tiempos de cambio y pedir ayuda a tiempo son gestos sencillos que protegen la salud menstrual y dan tranquilidad.

Usar tampones con información clara y hábitos seguros reduce el riesgo de infección, hace menos probable el síndrome de shock tóxico y favorece una relación más confiada con la propia menstruación. Ante cualquier duda sobre su uso, la mejor decisión es comentar el tema con un profesional de salud de referencia.

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