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Sexo y relaciones

7 beneficios del sexo en la menopausia

La menopausia suele asociarse con sofocos, cambios de ánimo y cansancio, pero también puede abrir una etapa nueva para la sexualidad. Mantener una vida sexual activa, incluyendo la masturbación con orgasmo, aporta beneficios reales para la salud física y emocional, no solo para el placer.

La menopausia aparece cuando cesa la menstruación por la caída de estrógenos. Es habitual que surjan sequedad vaginal, sofocos, irritabilidad y problemas de sueño. Aun así, los estudios recientes muestran que el sexo en la menopausia puede convertirse en un aliado de la salud si se vive con información, calma y sin tabúes.

Mejora del estado de ánimo y reducción del estrés

Durante el sexo y el orgasmo el cuerpo libera endorfinas y oxitocina, dos hormonas que favorecen el bienestar emocional. Esta descarga química ayuda a reducir estrés y ansiedad en la menopausia, que suelen aumentar por los cambios hormonales.

El contacto íntimo, los besos, las caricias y la masturbación generan una sensación de calma y conexión con el propio cuerpo. No siempre es necesaria la penetración para disfrutar de estos efectos, cualquier experiencia de placer cuenta.

Mejor sueño y más energía durante el día

Después de un orgasmo, el sistema nervioso entra en una fase de relajación profunda. Esto favorece una mejor calidad del sueño, algo muy valioso para mujeres que sufren insomnio en la menopausia o se despiertan por los sofocos nocturnos.

Dormir mejor se traduce en más energía, mejor concentración y un humor más estable al día siguiente. La vida sexual se vuelve así una herramienta sencilla para cuidar el descanso.

Salud vaginal: menos sequedad y más comodidad

La sequedad vaginal y la atrofia vaginal son muy frecuentes en esta etapa. La excitación y el orgasmo aumentan la circulación sanguínea en la zona genital, lo que favorece la lubricación natural y mantiene una mejor elasticidad del tejido.

Cuando la vagina está más hidratada y flexible se reducen el dolor, el escozor y las molestias durante la penetración. Esta mejoría puede potenciarse si se combina sexo, autoestimulación y el uso de lubricantes o hidratantes vaginales recomendados por profesionales de la salud.

Cómo el sexo ayuda a prevenir la atrofia vaginal

Con menos estrógenos, los tejidos vaginales se vuelven más finos y frágiles. La actividad sexual regular, incluso en encuentros cortos, aumenta el riego sanguíneo y el movimiento del tejido, lo que ayuda a mantener la mucosa más sana y flexible.

La constancia, aunque sea con momentos breves de placer, favorece que la vagina no pierda tanta elasticidad y comodidad en el día a día.

Foto Freepik

Fortalecimiento del suelo pélvico y menos molestias

Las contracciones rítmicas del orgasmo actúan como un pequeño entrenamiento para el suelo pélvico. Estos músculos sostienen vejiga, útero e intestino, por lo que su buen tono se relaciona con menos escapes de orina y mayor sensación de soporte interno.

La combinación de relaciones sexuales placenteras y ejercicios de Kegel puede reducir la incontinencia urinaria y mejorar la percepción del propio cuerpo.

Menos sofocos y mejor bienestar físico general

La actividad sexual ayuda a liberar hormonas y neurotransmisores que influyen en la regulación de la temperatura corporal. Algunas mujeres refieren menos sofocos y una sensación más llevadera de los síntomas físicos de la menopausia, como tensión muscular o determinados dolores de cabeza.

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No se trata de una cura, pero sí de un apoyo natural, sobre todo si se suma a hábitos saludables como ejercicio suave, buena hidratación y alimentación equilibrada que favorecen el bienestar corporal.

Autoestima, deseo y conexión con la pareja

Una sexualidad activa y cuidada puede mejorar la imagen corporal y la seguridad personal. La mujer que se permite sentir placer en esta etapa suele reforzar su autoestima y su sensación de derecho al disfrute.

La ausencia de miedo al embarazo aporta libertad para centrarse en el deseo y en las sensaciones. La comunicación con la pareja, la búsqueda de posturas más cómodas, el uso de lubricantes y el valor de las caricias por encima del coito rígidamente definido ayudan a construir una intimidad más honesta y cercana.

Bienestar integral: una sexualidad más libre y consciente

El sexo en la menopausia no se limita a la salud física. También puede convertirse en un espacio de autoconocimiento, donde cada mujer decide qué tipo de vida sexual quiere, con o sin pareja, con más o menos frecuencia.

Hablar sin culpa de dolor, falta de deseo o miedos y pedir ayuda profesional cuando sea necesario forma parte del autocuidado. Ver el placer como un aspecto de la salud integral, y no como un lujo, abre la puerta a una etapa más libre, consciente y amable con el propio cuerpo.

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