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Salud

¿A qué edad aparecen las primeras varices y qué hacer si las detectas?

Las varices son venas que se ven hinchadas, torcidas y que pueden notarse fácilmente bajo la piel, sobre todo en las piernas. Aunque suelen asociarse con personas de mayor edad, en realidad no tienen una edad exclusiva para aparecer. Detectarlas pronto hace la diferencia porque permite acceder a tratamientos menos invasivos y evitar complicaciones graves.

Edad de aparición de las primeras varices y factores de riesgo

La mayoría comienza a notar varices entre los 30 y 40 años, aunque a veces pueden ser visibles desde los 20 si hay factores de riesgo importantes. Las causas principales suelen ser hereditarias, por lo que tener padres o abuelos con este problema eleva la probabilidad de desarrollarlas antes. Además, el embarazo suele desencadenar o agravar la situación, debido a los cambios hormonales y el aumento de peso.

El sobrepeso y un estilo de vida sedentario facilitan la aparición temprana porque aumentan la presión sobre las venas de las piernas. Permanecer de pie o sentado durante horas, al igual que alimentarse mal, suma riesgo. Se diferencian las varices de las arañitas vasculares porque estas últimas son vasos sanguíneos pequeños y superficiales que forman redes rojizas o azuladas en la piel, mientras que las varices suelen ser más gruesas y elevadas.

La edad, la cantidad de embarazos, el género femenino y el aumento de peso hacen que el círculo se repita en muchos casos, pero siempre hay oportunidades para prevenir.

Foto Freepik

¿Cómo reconocer las varices y qué hacer al detectarlas?

Las primeras señales pueden pasar desapercibidas si no se presta atención. El síntoma más frecuente es ver venas abultadas de color azul o morado en las piernas. A esto se suman la sensación de pesadez, calambres nocturnos, incomodidad al estar de pie mucho tiempo y, en algunos casos, hinchazón de tobillos y cambios en la piel como manchas oscuras o enrojecimiento localizado.

Cuando aparecen estos síntomas, la primera medida es buscar la opinión de un especialista en salud vascular. El diagnóstico suele comenzar con una revisión física, pero el estudio más frecuente para confirmar la insuficiencia venosa es la ecografía Doppler venosa, que muestra cómo circula la sangre por las venas y ayuda a descartar problemas más serios.

El manejo inicial se puede empezar en casa. Cambios simples como ajustar la postura durante el día, elevar las piernas al descansar, elegir calzado cómodo y mantener un peso saludable tienen beneficios inmediatos. El uso de medias de compresión es una de las primeras recomendaciones, ya que mejora el retorno venoso y alivia síntomas como pesadez o hinchazón.

Tratamientos médicos y cambios en el estilo de vida para controlar las varices

Controlar las varices y sus síntomas pasa por combinar el tratamiento médico con hábitos saludables. Caminar, nadar y subir escaleras ayudan a mantener el tono muscular de las piernas. Reducir el consumo de sal y controlar el peso disminuye la presión que el cuerpo ejerce sobre las venas.

En los últimos años, se han desarrollado tratamientos para las varices que resultan poco invasivos y tienen buenos resultados. La escleroterapia consiste en inyectar una sustancia que cierra la vena afectada y fuerza a la sangre a circular por venas sanas. El láser vascular utiliza pulsos de luz para corregir pequeñas venas superficiales. Para casos más rebeldes o avanzados, existen opciones quirúrgicas como la flebectomía, que elimina físicamente las venas afectadas.

Entre las estrategias más recomendadas destaca el uso regular de medias de compresión, clave para quienes trabajan de pie, han tenido embarazos recientes o tienen antecedentes familiares. Mantener un ritmo activo es esencial, ya que permanecer demasiadas horas sentado favorece el estancamiento de la sangre y empeora la insuficiencia venosa. Pequeños cambios, como levantarse a caminar cada hora o elegir las escaleras en vez del ascensor, pueden marcar una gran diferencia.

No debe ignorarse nunca la presencia de venas abultadas, molestias persistentes o lesiones en la piel de las piernas. Consultar al especialista a tiempo ayuda a prevenir complicaciones como úlceras, trombosis superficiales o dermatitis, que pueden afectar de forma importante la calidad de vida.

El enfoque siempre será personalizado según la historia familiar, el estado de salud y el estilo de vida de cada persona. Actuar pronto y mantener la constancia en los cuidados reduce el avance del problema y mejora la apariencia de las piernas, devolviendo comodidad y confianza en el día a día.

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