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Salud

Alzheimer: los 3 alimentos que recomiendan los médicos para no perder la memoria

El Alzheimer aparece con frecuencia en personas mayores y representa una de las formas más comunes de pérdida de memoria relacionada con el envejecimiento. Aunque su origen es complejo y multifactorial, numerosos estudios recientes coinciden en que la alimentación diaria tiene un papel importante en la salud cerebral.

La conexión entre alimentación y memoria en el Alzheimer

El riesgo de Alzheimer depende de diversos factores como genética, edad, estilo de vida y también la calidad de la dieta. Llevar una alimentación rica en nutrientes, baja en procesados y con énfasis en alimentos frescos ayuda a combatir el deterioro cognitivo. El modelo llamado MIND (desarrollado por universidades como Rush y Harvard) reúne lo mejor de la dieta mediterránea y la DASH, priorizando verduras, frutas, cereales integrales y pescados, reduciendo el consumo de carnes rojas, mantequilla y azúcar.

La clave está en los antioxidantes, que luchan contra el desgaste y la inflamación neuronal. Además, alimentos frescos aportan vitaminas y minerales esenciales para la comunicación y regeneración de las células cerebrales, ayudando a mantener el cerebro joven. Evitar grasas saturadas y productos ultraprocesados reduce el riesgo de placas dañinas y la progresión de la pérdida de memoria, según las investigaciones actuales. Comer sano cada día es una manera accesible de proteger la memoria y la salud cerebral.

Los tres alimentos que recomiendan los médicos para proteger la memoria

Especialistas en neurología y nutrición recomiendan incluir ciertos alimentos clave en la dieta diaria por sus efectos positivos sobre el cerebro. Entre estos, sobresalen las verduras de hoja verde, las bayas y los pescados ricos en omega-3. Cada uno aporta nutrientes específicos que ayudan a mantener la memoria y previenen el deterioro cognitivo asociado al Alzheimer.

Foto Freepik

Verduras de hoja verde: folato, antioxidantes y memoria

Las verduras de hoja verde como la espinaca, el berro y la acelga ocupan un lugar esencial en las dietas protectoras del cerebro. Su riqueza en folato (vitamina B9), vitamina K, luteína y otros antioxidantes naturales es valorada en numerosos estudios de los últimos años. Estos nutrientes ayudan a reducir el daño a las células cerebrales causado por los radicales libres. El folato, en particular, participa en procesos que previenen la acumulación de compuestos dañinos relacionados con la pérdida de memoria.

Consumir una porción diaria de estas verduras se asocia con una mente más ágil y una menor probabilidad de experimentar deterioro cognitivo al envejecer. El contenido antioxidante enfrenta la inflamación y promueve un envejecimiento cerebral más saludable. Médicos y nutriólogos las recomiendan como parte central de una dieta para cuidar la memoria.

Bayas: antioxidantes potentes para un cerebro saludable

Las bayas como los arándanos, fresas y moras han ganado protagonismo por sus altos niveles de flavonoides y antioxidantes. Estudios científicos respaldan su función como barrera natural frente a los procesos de inflamación y estrés oxidativo, dos enemigos conocidos de la memoria y el buen funcionamiento cerebral. Los flavonoides ayudaron a retrasar la aparición de síntomas de Alzheimer en investigaciones que siguieron a cientos de adultos mayores durante años.

Incorporar una porción de bayas frescas unas cuantas veces por semana puede reducir el riesgo de deterioro de la memoria y promover la comunicación entre las neuronas. Además, las bayas son fáciles de añadir a ensaladas, yogur o postres, aumentando la variedad y sabor de cualquier dieta.

Pescados ricos en omega 3: el aliado para las neuronas

Los pescados azules como el salmón, atún y sardinas son fuentes importantes de ácidos grasos omega 3, especialmente el DHA. Estas grasas saludables son componentes estructurales de las membranas neuronales y facilitan la comunicación eficiente entre las células del cerebro. El DHA, en particular, interviene directamente en la protección de las neuronas y ayuda a reducir la formación de placas dañinas asociadas al Alzheimer.

Consumir pescado al menos dos veces por semana forma parte de las recomendaciones médicas para retardar el envejecimiento cerebral y mantener la claridad mental. Los omega 3 también ayudan a controlar la inflamación interna y contribuyen a un mejor flujo sanguíneo en el cerebro, factores que favorecen una memoria prolongada. Agregar pescado a la dieta es una de las estrategias más estudiadas y efectivas, confirmada por expertos hasta 2025.

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