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Atención! EE. UU. impondrá un pago obligatorio de 100 mil dólares para esta visa de trabajo

El gobierno de Estados Unidos acaba de hacer un anuncio que cambiará el acceso a empleos altamente calificados. A partir del 21 de septiembre de 2025, las empresas tendrán que pagar 100,000 dólares al año por cada solicitud o renovación de la visa H-1B, utilizada para contratar profesionales extranjeros en áreas donde escasean trabajadores locales.

Esta tarifa supera enormemente los costos anteriores, que iban desde 1,500 hasta 4,500 dólares según el tamaño de la empresa y el tipo de trámite. Ahora contratar talento del extranjero será un compromiso económico mayor para compañías en tecnología, ciencia e ingeniería. El objetivo es proteger empleos y salarios de trabajadores estadounidenses, reduciendo los incentivos para importar empleados de otros países independientemente de su especialización.

¿Qué es la visa H-1B y a quién afecta este pago obligatorio?

La visa H-1B es un permiso temporal que permite a empresas estadounidenses contratar trabajadores extranjeros para posiciones especializadas cuando no hay suficientes candidatos locales calificados. Normalmente, los empleadores usan este mecanismo para traer ingenieros, desarrolladores de software, científicos, médicos y profesionales en puestos técnicos.

Cerca de tres cuartas partes de quienes obtienen esta visa provienen de India, aunque el programa también es fundamental para talentos de otros países de Asia, Europa y Latinoamérica. Durante los últimos años, las compañías de tecnología y outsourcing han sido los mayores usuarios de H-1B, dándole a las firmas estadounidenses acceso a habilidades donde el mercado interno se queda corto.

Con la nueva cuota de 100,000 dólares anuales, la dinámica laboral cambia drásticamente. La obligación recae en el empleador que patrocina la visa y no sobre el trabajador en sí, aunque en la práctica esto puede limitar las opciones para profesionales extranjeros y sus familias que esperan un empleo en Estados Unidos.

Muchas empresas medianas y pequeñas podrían verse desanimadas de participar en el programa debido a los altos costos. La medida golpea principalmente a quienes buscan aplicar desde fuera de Estados Unidos y a quienes requieren renovar o transferir su visa. Algunos podrán recibir exenciones si sus empleos se consideran de interés nacional, pero la mayoría enfrentará este nuevo muro económico.

Foto Freepik

Detalles de la nueva política: costos, razones y consecuencias

Antes de esta regulación, las empresas estadounidenses pagaban tarifas que rara vez superaban los 5,000 dólares por trámite H-1B, dependiendo del tamaño de la firma y la cantidad de solicitudes. Ahora el piso sube a 100,000 dólares cada año por persona patrocinada, una diferencia de más de veinte veces.

La visa H-1B permite a empleados extranjeros permanecer y trabajar en Estados Unidos por hasta seis años (tres renovables por otros tres). Si el empleador decide mantener a ese trabajador durante todo el período máximo, terminaría pagando hasta 600,000 dólares por cada visa solo en tarifas anuales, sin contar otros cargos adicionales.

Adicional al costo principal, se suma un cobro menor llamado Visa Integrity Fee de 250 dólares para residentes temporales. Esta medida busca prevenir fraudes y fortalecer la revisión de solicitudes, aunque parece mínima al lado de la cuota principal.

El gobierno justifica el cambio alegando la necesidad de defender el mercado laboral nacional. La administración busca frenar lo que considera abusos en el sistema H-1B, donde algunos empleadores reemplazan personal local por fuerza laboral extranjera de menor costo. El aumento, según las autoridades, desincentiva a las compañías que usan el programa en exceso, forzándolas a considerar candidatos estadounidenses antes de mirar al extranjero.

Este ajuste trae ondas sísmicas para el sector tecnológico y de investigación. Firmas acostumbradas a contratar talento internacional rápido y a precios razonables verán ahora barreras fiscales que limitan su competitividad global, sobre todo frente a empresas de otros países que no imponen costos semejantes. En paralelo, la medida podría reducir el flujo de expertos extranjeros en áreas consideradas estratégicas, justo cuando la economía mundial se acelera en innovación y ciencia.

Los empleadores tendrán que mostrar prueba de pago al Departamento de Estado y al Departamento de Seguridad Nacional antes de recibir la aprobación de la visa. Si no cumplen, la solicitud quedará bloqueada. Mientras tanto, se reajustan las normas para priorizar peticiones de quienes ganan salarios más altos o tienen perfiles más especializados.

Aunque el plan incluye posibles excepciones para trabajadores cuyos roles sean considerados de interés nacional, la gran mayoría de las aplicaciones, renovaciones y transferencias se enfrentarán al nuevo cobro anual. La reacción de empresas y expertos legales ya anticipa desafíos judiciales que podrían prolongarse durante años, creando más incertidumbre para quienes dependen de este sistema.

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