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Salud

¡Atención en verano! Esta es la causa del 80 % de los melanomas

El verano es una época que invita a disfrutar del aire libre, la playa y actividades bajo el sol. Sin embargo, también trae consigo un riesgo real para la salud: el melanoma. Hasta el 80 % de los melanomas está relacionado con la exposición solar, un dato que muchos suelen pasar por alto en medio del relax estival. El aumento de las actividades al aire libre y la tendencia a olvidar la protección solar hacen que los casos de melanoma suban en esta temporada. Entender el origen y el impacto de la radiación solar puede marcar la diferencia en la salud de la piel.

El sol, factor principal en el desarrollo del melanoma

La radiación solar es responsable de la mayoría de los melanomas, aunque no siempre se percibe el daño de inmediato. Los rayos ultravioleta actúan silenciosamente sobre la piel, generando daños profundos a nivel celular. Un día soleado parece inofensivo, pero la acumulación de quemaduras solares, sobre todo en la infancia y la adolescencia, puede marcar el inicio de un melanoma años después.

La comunidad científica ha señalado que existe una relación directa entre el tiempo de exposición al sol, la intensidad de los rayos y la probabilidad de sufrir alteraciones celulares que desemboquen en cáncer. En verano, las actividades al aire libre acercan a la gente a los rayos UV de forma más intensa y frecuente, lo que incrementa el peligro.

Radiación ultravioleta y daño celular

Los rayos UV provocan mutaciones en el ADN de las células de la piel. Cuando estas células sufren un daño repetido o intenso, los mecanismos de reparación naturales pueden fallar. Sin corrección adecuada, las mutaciones persistentes pueden activar procesos cancerígenos. Así, lo que comienza como un simple enrojecimiento o una quemadura solar puede transformarse silenciosamente en una célula maligna con el paso del tiempo.

La importancia de la prevención desde edades tempranas

El riesgo de melanoma no afecta solo a los adultos. Las quemaduras solares en la infancia y adolescencia tienen una relación directa con el desarrollo de melanoma en la vida adulta. Proteger a niños y adolescentes es clave porque sus células en formación son más vulnerables a las mutaciones. Crear desde pequeños hábitos saludables como el uso habitual de protector solar y prendas que cubran bien la piel reduce la probabilidad de futuros problemas.

Adoptar estas costumbres desde la infancia ayuda a que los más jóvenes aprendan a valorar la salud de su piel, evitando la falsa sensación de invulnerabilidad que acompaña a esta etapa.

Foto Freepik

Cómo protegerse eficazmente del melanoma en verano

Reducir el riesgo de melanoma durante los meses más calurosos requiere una combinación de hábitos inteligentes y prevención constante. Mantener la piel lejos de la radiación solar intensa, elegir el protector adecuado y reforzar la protección a través de la ropa son aspectos que no deben pasar desapercibidos. No basta con aplicar protector una sola vez por la mañana o buscar la sombra solo cuando el sol molesta. Los buenos hábitos son el escudo más efectivo.

Protección solar: uso correcto y errores habituales

Elegir un protector solar de amplio espectro, con factor 30 o superior, es solo el primer paso. Hay que aplicar una cantidad generosa media hora antes de salir de casa y recordar reaplicar cada dos horas, especialmente tras nadar o sudar. Muchas personas olvidan reaplicar, lo que reduce de forma notable la eficacia del producto.

Otro error frecuente es confiar en la falsa protección que brindan los días nublados o creer que un solo uso de factor alto protege todo el día. También es común descuidar zonas como orejas, cuello, empeines o la parte posterior de las rodillas, donde la piel está expuesta y suele sufrir más daño.

Otras medidas preventivas: horarios, ropa y revisiones

Evitar la exposición durante las horas centrales del día, entre las 12 y las 16 horas, limita el contacto con los rayos más intensos. Usar sombreros de ala ancha, gafas de sol homologadas y ropa ligera pero de manga larga añade una protección extra. Las prendas con tejidos específicos para bloquear el sol ofrecen beneficios adicionales, especialmente para niños y personas con piel muy clara.

Las revisiones periódicas con el dermatólogo permiten detectar cualquier cambio a tiempo. Estar atentos a lunares nuevos o alteraciones en los existentes puede ayudar en la detección temprana, el paso más importante para un tratamiento efectivo.

Cambiar hábitos y mantener la vigilancia: la clave contra el melanoma

El verano invita a disfrutar, pero también exige responsabilidad. El melanoma es un problema ligado al sol que puede evitarse en gran parte con información y prevención. Adoptar hábitos de protección solar sólidos y revisar periódicamente la piel ayuda a reducir ese 80 % de casos que no tendrían por qué ocurrir. La constancia en el cuidado es el mejor aliado para protegerse del daño solar y mantener la piel sana muchos veranos más.

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