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Sexo y relaciones

Esta es la cantidad de calorías que quemamos al tener relaciones sexuales

Comprender el gasto calórico durante las relaciones sexuales se ha vuelto un tema de interés tanto para la ciencia como para quienes buscan una vida saludable. Estudios recientes colocan a la sexualidad en el campo de la actividad física ligera a moderada, con beneficios que van más allá de lo físico. El sexo no solo es un momento de intimidad, también implica movimiento muscular, demanda energética y participación activa del sistema cardiovascular. Integrar este conocimiento ayuda a ver el acto sexual como parte del bienestar general, desmitificando cifras y aportando claridad sobre su aporte real al gasto de energía diario.

Gasto calórico durante las relaciones sexuales: Lo que dice la ciencia

Investigaciones recopiladas en los últimos años revelan que el sexo puede quemar entre 70 y 100 calorías en cada encuentro promedio, dependiendo del género y la duración. Los hombres suelen gastar alrededor de 100 calorías, a una tasa de unas 4 calorías por minuto, mientras que las mujeres rondan los 69 calorías, aproximadamente 3 calorías por minuto. Estas cifras son variables y pueden aumentar o disminuir según la intensidad, la duración y la postura adoptada.

En comparación, caminar a ritmo moderado suele gastar entre 120 y 180 calorías en 30 minutos. El sexo puede considerarse similar a caminar, pero lejos de los consumos que implica el trote o el cardio intenso. Por ejemplo, en una sesión de ejercicio estructurado en cinta, los hombres pueden quemar hasta 276 calorías y las mujeres cerca de 213. El sexo, aun con posiciones activas, no sustituye una rutina de ejercicio, aunque su efecto sobre la frecuencia cardíaca y la energía consumida merece atención en estilos de vida activos.

El peso corporal, la masa muscular y la condición física influyen de manera clara. Una persona con mayor masa muscular gastará más energía ante el mismo esfuerzo. Los cuerpos más pesados también queman más calorías, ya que requieren más energía para cualquier movimiento.

Factores que modifican la quema de calorías durante el sexo

La cifra de calorías gastadas durante el sexo no es absoluta. Existen factores que alteran esta cantidad, haciendo que algunos encuentros sean más exigentes a nivel físico y otros más tranquilos.

Las posturas adoptadas influyen en el esfuerzo: posiciones activas como estar de pie o en cuclillas requieren una mayor movilización muscular, elevando el gasto calórico por encima de posiciones más pasivas o en cama. La duración también importa: un encuentro de 30 minutos no gasta lo mismo que uno de solo 10 minutos.

La intensidad de la actividad, medida tanto por el ritmo como por la implicación corporal, define el rango calórico. En la literatura científica, la frecuencia cardíaca durante el sexo puede variar entre 90 y 130 latidos por minuto, llegando en algunos casos a picos de hasta 170. Esto sitúa el esfuerzo al nivel de ejercicios considerados moderados.

La edad, el peso corporal y la forma física tienen un papel directo. Personas jóvenes, con buena salud cardiovascular y hábitos de ejercicio frecuente, tienden a gastar más calorías en el mismo tiempo de actividad sexual que personas sedentarias o con enfermedades crónicas.

El entorno, la temperatura de la habitación y el estado emocional pueden aumentar el esfuerzo físico percibido, sumándose al total de energía utilizada. El rango metabólico del sexo va de 1.3 a 2.8 unidades metabólicas, catalogándolo como una actividad de ligero a moderado esfuerzo, aunque en posiciones activas este rango puede elevarse.

Foto Freepik

Beneficios adicionales de la actividad sexual para la salud

El acto sexual va mucho más allá de las calorías consumidas. Sus efectos positivos para la salud emocional y física están bien documentados. La liberación de endorfinas y oxitocina contribuye a la sensación de placer, reduce el estrés y mejora el estado de ánimo general. Estas hormonas también ayudan a fortalecer la relación de pareja y a generar confianza mutua.

Diversos estudios muestran que el sexo regular puede disminuir los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés, y mejorar la calidad del sueño. Al involucrar exigencia cardiovascular, contribuye a la salud del corazón, similar a otros ejercicios de intensidad media. La respuesta inmunológica se ve reforzada, ya que las personas sexualmente activas presentan una mayor resistencia a infecciones ligeras.

La autoestima recibe un impulso a través de la intimidad, el contacto físico y la satisfacción personal. A nivel social, el mantenerse activo sexualmente se asocia con mayor longevidad y mejor calidad de vida en edades avanzadas. El sexo también puede ser una herramienta para mejorar la conexión emocional y la comunicación dentro de la pareja.

Los beneficios abarcan aspectos físicos, mentales y sociales, consolidando el acto sexual como un componente valioso en una vida saludable, más allá de su aporte calórico o físico.

Disfrutar de la sexualidad, consciente de su demanda energética y su efecto sobre el bienestar, puede integrarse de manera natural en un estilo de vida activo y equilibrado. Aunque no reemplaza una rutina clásica de ejercicio, suma movimiento, placer y salud en la vida cotidiana, aportando a una experiencia vital más plena.

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