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Comer más sardinas en lugar de carne roja podría prevenir hasta 750,000 muertes prematuras en 2050

La importancia de una alimentación saludable para mantener un estilo de vida equilibrado y prevenir enfermedades es indiscutible. Un estudio reciente ha revelado que aumentar el consumo de pescado, como las sardinas, y reducir la ingesta de carne roja podría tener un impacto significativo en la reducción de muertes prematuras. Estas pequeñas modificaciones en nuestra dieta podrían evitar hasta 750,000 fallecimientos para el año 2050. Además, este cambio también estaría asociado a una disminución en la prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación.

La importancia de una dieta equilibrada

Una alimentación equilibrada y variada nos proporciona los nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento de nuestro organismo y nos ayuda a prevenir enfermedades crónicas. En este sentido, un estudio dirigido por el Instituto Nacional de Estudios Medioambientales de Tsukuba, en Japón, ha explorado los beneficios de sustituir la carne roja por pescados pequeños, como las sardinas, los arenques o las anchoas.

El potencial del consumo de pescados pequeños

El análisis de datos realizado por los investigadores revela que el consumo de pescados pequeños, ricos en ácidos grasos poliinsaturados omega-3, podría evitar entre 500,000 y 750,000 muertes prematuras en 2050. Estos pescados no solo son una excelente fuente de nutrientes, sino que también tienen un menor impacto ambiental en comparación con la ganadería. Además, son más accesibles económicamente para la población con menos recursos y se encuentran en abundancia en nuestros océanos.

El estudio detrás de las conclusiones

El estudio, publicado en BMJ Global Health, se basó en datos proyectados sobre el consumo de carne roja para el año 2050 en 137 países, así como en cifras históricas sobre las capturas de peces de forraje. Los investigadores plantearon diferentes escenarios en los que el consumo de carne roja se reemplazaba por pescados pequeños, priorizando el suministro de estos últimos en cada país. Los resultados mostraron que este cambio en la alimentación podría acercar el consumo diario de pescado a los niveles recomendados, evitando así un gran número de muertes prematuras.

Beneficios para la salud y el medio ambiente

Foto Freepik

Además de los beneficios para la salud, el consumo de pescados pequeños como las sardinas, los arenques o las anchoas también tiene un impacto positivo en el medio ambiente. La producción de estos pescados genera un menor impacto ambiental en comparación con la ganadería, lo cual contribuye a la sostenibilidad del planeta. Asimismo, su precio más accesible los convierte en una opción viable para aquellos países con menos recursos económicos, donde se observa un aumento de enfermedades relacionadas con una mala alimentación.

El potencial de los pescados de forraje

Los pescados de forraje, como las sardinas, los arenques y las anchoas, podrían sustituir alrededor de un 8% del consumo mundial de carne roja. Aunque esta cifra puede parecer relativamente baja, este incremento en el consumo de pescados pequeños serviría para acercar la ingesta de pescado a los niveles recomendados a nivel global. Los investigadores destacan que el consumo de pescados de forraje podría incluso duplicar el número de muertes evitadas en comparación con una simple reducción en el consumo de carne roja.

La ineficiencia del uso de pescados de forraje

A pesar de los beneficios nutricionales de los pescados de forraje, su uso actual es ineficiente debido a que se retienen menos nutrientes en comparación con otros pescados. Por ejemplo, menos del 50% de los ácidos grasos presentes en el pescado de piscifactoría se mantienen en el salmón escocés. Esta ineficiencia en el uso de los pescados de forraje se debe, en parte, a que una gran parte de la captura se destina a la alimentación de animales de piscifactoría en lugar de ser utilizada directamente para consumo humano.

El estudio destaca la importancia de considerar alternativas sostenibles en nuestras dietas y la necesidad de políticas alimentarias que promuevan una distribución equitativa de los recursos nutritivos a nivel mundial.

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