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Cocina, recetas y alimentos

¿Consumir leche ayuda a tener huesos más fuertes?

Desde la niñez, muchos han escuchado que tomar leche ayuda a tener huesos fuertes. Esta creencia responde a una historia larga y popular en la que la leche se considera clave para la salud ósea. La relación entre el calcio, la vitamina D y el consumo de lácteos ha jugado un papel crucial en campañas de salud y en la vida cotidiana. Hoy más que nunca, es importante analizar si consumir leche realmente marca la diferencia en la fortaleza de los huesos a lo largo de todas las etapas de la vida.

La leche como fuente de calcio y vitamina D

El calcio es el mineral principal de los huesos. Sin suficiente calcio en la dieta diaria, los huesos pueden debilitarse con el tiempo. Aquí es donde la leche destaca por sus ventajas. No solo es fácil de encontrar, sino que también su calcio se absorbe de forma eficiente gracias a su combinación con la proteína y otros nutrientes presentes naturalmente en la leche.

A esto se suma la vitamina D, la cual se añade a la mayoría de las leches comerciales. La función de esta vitamina es ayudar al cuerpo a usar el calcio que consume y depositarlo en los huesos. Sin suficiente vitamina D, tomar leche u otros alimentos ricos en calcio pierde buena parte del efecto positivo.

Durante la infancia y la adolescencia, cuando los huesos están en pleno crecimiento, el cuerpo aprovecha mejor estos nutrientes. Las recomendaciones variaban según la edad y el género. En la niñez, la ingesta sugerida de calcio suele ser de 1,000 a 1,300 mg por día, mientras que la vitamina D ronda los 600 UI diarias. Adultos y adultos mayores deben seguir asegurando estas cantidades, porque la densidad ósea comienza a disminuir con los años, sobre todo en las mujeres después de la menopausia.

La leche ofrece otros nutrientes que apoyan la salud ósea. El fósforo refuerza el esqueleto, las proteínas ayudan a reparar y mantener el tejido óseo, mientras que pequeñas cantidades de magnesio y zinc contribuyen a funciones relacionadas con la densidad mineral y la remodelación.

Foto Freepik

Factores que influyen en la salud ósea más allá de la leche

Tener huesos fuertes no depende solo del calcio o de la leche. Otros factores y hábitos juegan un rol igual de importante en la salud ósea. El ejercicio físico, sobre todo el que implica carga, como caminar o correr, estimula la formación de hueso nuevo y ayuda a evitar la pérdida de masa ósea en la edad adulta.

Evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol disminuye el riesgo de osteoporosis y fracturas. Estas sustancias tienen un efecto negativo sobre la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes y sobre la remodelación natural del tejido óseo.

No todas las personas consumen lácteos. Por ello, existen muchas alternativas para obtener calcio y vitamina D:

  • Verduras de hojas verdes como el brócoli, la col rizada y la espinaca
  • Pescados pequeños con espinas (sardinas, boquerones)
  • Frutos secos y semillas como las almendras y las semillas de chía
  • Alimentos fortificados: jugos, bebidas vegetales y cereales a los que se añade calcio o vitamina D

En cuanto a la vitamina D, el cuerpo puede producirla con la exposición al sol. Bastan unos minutos diarios de luz directa sobre la piel para estimular su síntesis. Sin embargo, la cantidad necesaria varía según la ubicación, la pigmentación de la piel y la estación del año.

Es necesario recordar que tanto el exceso de calcio como de vitamina D puede causar problemas de salud. Ingerir más de 2,500 mg de calcio diario o más de 4,000 UI de vitamina D al día puede aumentar el riesgo de cálculos renales y daño a otros órganos. Por eso, la suplementación debe hacerse bajo supervisión médica, y solo cuando realmente hace falta por deficiencia comprobada.

¿Es la leche imprescindible para tener huesos fuertes?

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Aunque la leche es una de las fuentes más completas y eficientes de calcio, no resulta imprescindible para todos. Hay muchas rutas alimentarias para satisfacer las necesidades diarias de estos nutrientes. En personas que no consumen lácteos, una buena planificación de la dieta y la inclusión de alimentos adecuados permite mantener huesos resistentes y sanos durante toda la vida.

En los niños y adolescentes, la relación entre el consumo de leche y la mayor densidad ósea está bien documentada. Sin embargo, en adultos, los estudios actuales muestran que los beneficios de la leche en la prevención de fracturas o el retraso de la osteoporosis no son tan claros como se pensaba hace años. La salud ósea depende de una dieta variada y de hábitos diarios que incluyen ejercicio regular y evitar sustancias dañinas.

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