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En forma

Coregasm, el nuevo deporte que lleva a las mujeres al orgasmo

El coregasm ha saltado al centro de interés tras ganar popularidad tanto en el mundo del fitness como en la conversación médica y científica. Se trata de un fenómeno fisiológico, no sexual, que ocurre durante ejercicios físicos intensos, sobre todo cuando se trabaja el core o zona abdominal.

La ciencia detrás del coregasm: cómo y por qué sucede

Los coregasmos aparecen sin previo estímulo sexual gracias a la implicación de los músculos del core y del suelo pélvico. La clave está en la contracción repetida de estos grupos musculares, que activa el nervio pudendo y provoca fatiga muscular durante ejercicios exigentes. El aumento del flujo sanguíneo y la presión en la pelvis sensibilizan el sistema nervioso, haciendo que el cuerpo libere neurotransmisores responsables del placer.

Estudios y encuestas recientes muestran que, aunque no todo el mundo lo ha vivido, el coregasm no es raro, especialmente entre mujeres. Se estima que entre el 3 y el 10% de la población ha tenido un orgasmo inducido por el ejercicio físico alguna vez en su vida, según los estudios más amplios hasta el momento. Estos datos revelan que la experiencia podría ser más común de lo que se imagina, solo que muchos callan por vergüenza o desconocimiento.

Las diferencias entre mujeres y hombres en el coregasm son claras. La mayoría de los casos reportados proceden de mujeres, pues los ejercicios del core y la pelvis parecen conectar mejor con la fisiología femenina, donde la sensibilización del clítoris y la activación del suelo pélvico juegan un papel esencial. Los hombres también pueden experimentarlo, aunque es menos frecuente, y a menudo se asocia más con sensaciones internas similares a las de un orgasmo prostático. La predisposición mental y la confianza corporal influyen mucho: quienes cultivan fuerza muscular en la zona central del cuerpo suelen tener mayor probabilidad de experimentarlo.

Foto Freepik

Ejercicios y situaciones que pueden inducir un coregasm

Diversos ejercicios están relacionados con el coregasm. Los abdominales, especialmente en variantes como la “silla del capitán”, las elevaciones de piernas en el suelo o colgando, y el planking, destacan entre los más citados. Ejercicios como el puente o ciertas posiciones de yoga, que exigen firmeza y control del core, también son conocidos por favorecer este fenómeno. Incluso entrenamientos funcionales como sentadillas profundas, climas intensos de escalada en cuerda y el ciclismo han sido señalados por quienes han vivido coregasms.

La intensidad del entrenamiento y la fatiga muscular son factores determinantes. Muchas mujeres indican que el coregasm aparece cuando llevan a su cuerpo al límite en las últimas repeticiones, justo antes de necesitar parar por el esfuerzo. El control de la respiración y la relajación entre series ayuda a potenciar la experiencia o, si se desea, a reducirla.

Para quienes buscan experimentar el coregasm, se recomienda incluir ejercicios que desafíen la zona abdominal y el suelo pélvico, incrementar la dificultad gradualmente y prestar especial atención a las sensaciones corporales. Llevar ropa cómoda, elegir el entorno adecuado y practicar la respiración consciente pueden aumentar las probabilidades de éxito.

Por otro lado, para aquellas personas que prefieren evitar este tipo de sensaciones (ya sea por incomodidad o distracción durante el entrenamiento) ajustar el tipo de ejercicio, reducir la intensidad, acortar la duración de las repeticiones o relajar más la musculatura pélvica puede ser útil. Si el coregasm ocurre en ejercicios de larga resistencia, acortar series o evitar la fatiga excesiva disminuye las probabilidades de que aparezca. En todo caso, escuchar el cuerpo y adaptar la rutina según la propia experiencia es fundamental.

El coregasm muestra que el placer y el bienestar pueden ir de la mano durante la actividad física. Perder el miedo a hablar de ello ayuda a normalizar el fenómeno y favorece la conexión con el propio cuerpo. Mantener charlas abiertas sobre bienestar sexual y físico, y consultar a profesionales si surgen molestias o dudas, enriquece la experiencia y promueve una vida más plena y saludable.

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