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Salud

Creatinina: ¿Cuáles son los niveles normales y cuándo debe preocuparse?

La creatinina es la mejor señal silenciosa de cómo funcionan los riñones. Este compuesto, que surge de la actividad muscular, circula en la sangre y se elimina a través de la orina gracias a la filtración renal. Cuando los valores suben, no suelen dar síntomas inmediatos. Sin embargo, un cambio puede ser la primera pista de que algo empieza a fallar en los riñones, mucho antes de que aparezcan molestias o malestar. Saber interpretar su nivel es imprescindible para detectar posibles problemas renales de manera precoz y tomar medidas a tiempo.

¿Qué es la creatinina y por qué es importante para la salud renal?

La creatinina es un producto de desecho generado por los músculos tras el uso de creatina, una sustancia que ayuda a producir energía. Cada día, el cuerpo transforma una parte de la creatina muscular en creatinina, la cual pasa al torrente sanguíneo y termina saliendo del cuerpo a través de la orina. Es decir, su presencia en la sangre y la orina resulta de la labor diaria de los riñones.

En la práctica clínica, la creatinina se utiliza como marcador importante del filtro renal, en especial del filtrado glomerular. Es aquí donde los riñones demuestran su capacidad para limpiar la sangre de toxinas y desechos. Si el filtro no funciona correctamente, la creatinina se acumula, lo que puede avisar sobre un daño renal incipiente o progresivo.

Aunque el valor de la creatinina sea útil, su interpretación exige considerar varios factores. La cantidad depende mucho de la masa muscular. Alguien más musculoso, como un hombre joven o un atleta, suele tener cifras más elevadas comparado con una mujer o una persona mayor. Además, el nivel de hidratación y la alimentación (especialmente el consumo de carne y proteínas) pueden modificar sus valores. Así, la creatinina es como un testigo fiel, pero su declaración siempre debe analizarse en el contexto personal de cada paciente.

Niveles normales de creatinina: valores de referencia y factores que los modifican

El rango considerado normal para la creatinina en sangre depende del sexo, la edad y el músculo corporal. De forma general, en adultos sanos, la creatinina en sangre oscila entre 0,7 y 1,3 mg/dl (entre 5 y 14 mg/L). En las mujeres, los valores suelen estar en el extremo más bajo, mientras que los hombres tienden a situarse en la zona alta del rango.

En la orina, los resultados se suelen expresar en recolecciones de 24 horas. Para mujeres, la creatinina urinaria suele ubicarse entre 8 y 16 mmol/24 horas. En los hombres, entre 9 y 18 mmol/24 horas. Estos valores permiten comprobar si los riñones eliminan la creatinina de forma adecuada.

La edad cambia el mapa de la creatinina. Después de los 40 años, la cantidad de músculo disminuye y bajan las cifras de producción, lo que puede enmascarar problemas renales porque el valor digno de preocupación puede diferir del de adultos jóvenes. En ancianos, aunque el filtro del riñón disminuya, la caída de la masa muscular puede mantener la creatinina dentro de los límites normales, complicando el diagnóstico. Por eso, los médicos suman otras variables, como el cálculo del filtrado glomerular estimado mediante fórmulas (como CKD-EPI), que incluyen edad, sexo y peso.

Además del músculo y la edad, la actividad física intensa, la dieta rica en proteínas y episodios de deshidratación pueden provocar subidas transitorias del nivel de creatinina. Incluso una fiebre o una diarrea fuerte pueden modificar los resultados. Por eso, un valor aislado no basta para definir si los riñones tienen problemas.

Foto Freepik

Interpretación de los resultados: qué puede elevar la creatinina

No todas las elevaciones tienen el mismo significado. La creatinina puede subir por causas benignas, como ejercicio extenuante o una comida muy rica en carnes. También puede aumentar después de un episodio de deshidratación, ya que el volumen de orina baja y la concentración sanguínea se eleva.

Sin embargo, cuando la elevación persiste o va acompañada de otros marcadores, es posible que haya un problema renal. Las enfermedades renales crónicas como la insuficiencia renal, la lesión aguda renal, la obstrucción urinaria, o la presencia de enfermedades como la diabetes y la hipertensión suelen asociarse a incrementos duraderos de la creatinina.

La toma de medicamentos nefrotóxicos, especialmente antiinflamatorios o ciertos antibióticos, puede afectar de forma directa la función de filtrado renal y alterar los resultados. Incluso condiciones como infecciones graves, insuficiencia cardíaca o enfermedades autoinmunes pueden elevar la creatinina.

Por esto, la evaluación global del paciente y el seguimiento de la evolución son esenciales para distinguir entre causas temporales y enfermedades serias que requieren intervención.

¿Cuándo hay que preocuparse? Signos de alerta y recomendaciones

Un valor de creatinina sérica que supera los 1,3 mg/dl en adultos suele considerarse motivo de atención, sobre todo si viene acompañado de un filtrado glomerular (FG) menor a 90 ml/min/1,73 m2. A medida que el FG baja de los 60 ml/min/1,73 m2, la posibilidad de daño renal severo aumenta. En mayores de 70 años, este diagnóstico debe hacerse con precaución, debido al descenso fisiológico relacionado con la edad y la menor masa muscular.

Los síntomas de insuficiencia renal avanzada pueden pasar desapercibidos durante mucho tiempo. Sin embargo, la presencia de fatiga intensa, hinchazón en pies o cara, náuseas o necesidad frecuente de orinar justifican una consulta inmediata. Aun sin síntomas, cualquier resultado fuera de rango o cambios persistentes en el laboratorio ameritan una valoración médica.

Para cuidar la función renal, se recomienda seguir algunas indicaciones útiles: mantener un consumo de agua suficiente, limitar el exceso de proteínas y carnes rojas en la dieta, evitar el uso injustificado de medicamentos sin prescripción, controlar la presión arterial, mantener un peso saludable y vivir con hábitos activos. Las revisiones periódicas ayudan a anticipar problemas antes de que los síntomas hagan acto de presencia.

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Las medidas de prevención y seguimiento son claves, sobre todo en quienes tienen antecedentes de enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, obesidad o en mayores de 60 años. Consultar con un especialista en nefrología al identificar cambios en los resultados o síntomas sospechosos puede marcar la diferencia en la evolución de la salud renal.

La creatinina no solo refleja la función de los riñones, sino que también recuerda la importancia de los cuidados diarios. Entender sus valores ayuda a tomar el control de la propia salud y a adelantarse a los problemas que muchas veces avanzan sin anunciarse.

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