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Cocina, recetas y alimentos

Deja de poner estas cosas en el lavavajillas

Es tentador arrojar todo dentro del lavavajillas, presionar un botón y relajarte mientras la máquina hace el trabajo. Pero esa conveniencia puede costarte caro si colocas los objetos equivocados. Algunos utensilios o materiales no están diseñados para soportar el calor y los detergentes agresivos, lo que puede dañarlos o arruinar tu lavavajillas. ¿Qué deberías evitar por completo? Aquí te lo cuento.

Objetos de madera: la trampa de la humedad

Los utensilios de madera como cucharas, tablas de cortar o ensaladeras son un gran no. La razón es simple: el calor y la humedad excesiva pueden provocar que se agrieten o se deformen. Además, deterioreas los acabados protectores, dejando la madera expuesta y creando un caldo de cultivo para bacterias. Lo mejor es lavarlos a mano y secarlos al instante.

Sartenes y ollas antiadherentes: adiós al teflón

Sartenes y ollas con recubrimiento antiadherente no están hechas para el lavavajillas. La acción abrasiva del detergente y las altas temperaturas pueden desgastar el teflón. ¿El resultado? Alimentos pegados y sartenes inservibles más rápido de lo que imaginas. Lávalas a mano con esponjas suaves para prolongar su vida útil.

Cuchillos: más que una simple hoja

Aunque estén hechos de acero inoxidable, los cuchillos de cocina no son amigos del lavavajillas. Los detergentes fuertes pueden desteñir el acero y desgastar el filo rápidamente. Esto significa que tendrás que afilarlos más a menudo, lo que puede acortar su vida útil. Peor aún, si los mangos son de madera, el calor y la humedad del lavavajillas los deformarán o agrietarán, dejándolos prácticamente inservibles. Siempre es mejor lavar estos utensilios a mano, secándolos de inmediato para evitar manchas de agua o corrosión.

Cristalería delicada: una ruleta rusa

Tus copas finas o vasos decorativos merecen un trato especial. Aunque algunas marcas dicen que son aptos para el lavavajillas, el riesgo de perder el brillo o que los grabados se desgasten es real. Además, las vibraciones y movimientos durante el ciclo pueden causar pequeñas grietas o incluso romperlas. Esto es especialmente importante si se trata de piezas con un valor sentimental o que no puedan reemplazarse fácilmente. Lavarlas suavemente a mano, con agua tibia y un poco de detergente, no solo es más seguro, sino que también ayuda a preservar su belleza por más tiempo. Esto puede parecer más trabajo, pero garantiza que duren años intactas.

Foto Freepik

Utensilios de plástico: el calor no siempre es amigo

No todos los plásticos son iguales. Algunos se deforman o pierden rigidez cuando los expones a altas temperaturas. ¿Tienes recipientes de plástico con tapas? Verifica si tienen la etiqueta de “apto para lavavajillas”. Si no la tienen, mejor juega a lo seguro y lávalos a mano.

Recipientes con etiquetas de papel: un desastre seguro

Siempre quita las etiquetas adhesivas de frascos o recipientes antes de meterlos al lavavajillas. Si no lo haces, los restos de papel y adhesivo se desprenden durante el lavado y pueden pegarse a los filtros. Esto no solo interfiere con el funcionamiento del sistema de drenaje, sino que también puede reducir la presión del agua, afectando el rendimiento del lavavajillas. Además, los trozos de papel húmedo terminan pegados en otros platos, dejando un desorden frustrante que tendrás que limpiar a mano.

Utensilios de cobre o aluminio: dile adiós al brillo

Los utensilios de cobre y aluminio nunca deben ir al lavavajillas. Estos metales reaccionan mal con los detergentes fuertes y las altas temperaturas, perdiendo su brillo original. Con el tiempo, pueden oxidarse, mancharse o incluso desarrollar una apariencia opaca difícil de restaurar. Algo que muchas personas desconocen es que el lavavajillas también puede dañar revestimientos finos, haciendo que estos objetos se desgasten más rápido. La mejor solución es lavarlos a mano con un detergente suave y una esponja no abrasiva para proteger su belleza y funcionalidad.

Electrodomésticos pequeños: no todo cabe

Filtros de cafeteras o piezas pequeñas de electrodomésticos (como tapas de batidoras) suelen acabar en el lavavajillas. Mala idea. Muchas veces, estas partes no son resistentes al agua caliente y sus partes móviles pueden resultar dañadas. Asegúrate de revisar siempre el manual del fabricante.

Saber cuándo detenerse

Es cierto que el lavavajillas nos ahorra tiempo y esfuerzo, pero no es una solución universal para todos tus utensilios de cocina. Algunos objetos simplemente están diseñados para ser lavados a mano, aunque esto implique un poco más de trabajo. Cuidar tus utensilios alargarán tanto su vida útil como la de tu lavavajillas. ¿Vale la pena arriesgarse? Probablemente no.

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El secreto está en leer las etiquetas, ser cuidadoso y no dejarse llevar por la comodidad. Tu cocina, y tu bolsillo, te lo agradecerán.

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