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Salud

Deje de tomar estas dos bebidas el mismo día: multiplican por 5 el riesgo de cáncer, según este estudio

En los últimos meses, un estudio ha generado preocupación mundial al señalar que tomar alcohol y bebidas azucaradas o energéticas durante el mismo día puede multiplicar por cinco el riesgo de cáncer. Este dato ha inundado las redes, despertando nuevas dudas sobre cómo nuestros hábitos de consumo afectan nuestra salud. La ciencia avanza, y cada vez hay más evidencia de que lo que bebemos a diario impacta mucho más de lo que imaginamos en nuestro cuerpo y en el desarrollo de enfermedades como el cáncer.

¿Cuáles son las bebidas señaladas y qué dice la evidencia científica reciente?

El estudio viral que dio origen a esta alarma, publicado por varios medios y avalado por investigaciones de entidades reconocidas, señala directamente a dos grandes protagonistas de la vida social y cotidiana: el alcohol y las bebidas azucaradas o energéticas. Ambas ya han sido asociadas de forma individual a un mayor riesgo de cáncer, pero su consumo conjunto parece potenciar este peligro.

Los investigadores encontraron que quienes combinan estas bebidas a lo largo de una misma jornada incrementan hasta cinco veces el riesgo de sufrir ciertos tipos de cáncer, particularmente de la cavidad oral y colorrectal temprano. Este riesgo, aunque sigue estudiándose, ya ha llevado a organismos de salud a recomendar limitar, o de ser posible eliminar, el consumo frecuente de estas bebidas.

Distintos estudios, especialmente en mujeres adultas, muestran una relación fuerte entre el hábito de consumir más de una bebida azucarada al día y el desarrollo de cáncer oral. Además, en personas jóvenes que suelen consumir estas bebidas desde la adolescencia, el riesgo de cáncer colorrectal se dispara, creciendo exponencialmente con cada ración adicional.

Alcohol: explicación del riesgo y tipos de cáncer asociados

Consumir alcohol no solo daña el hígado. La evidencia científica demuestra que el alcohol incrementa el riesgo de al menos siete tipos de cáncer: boca, laringe, faringe, esófago, hígado, colon y mama. Incluso beber de forma moderada, como una copa al día, eleva la probabilidad de desarrollar estas enfermedades.

El daño comienza cuando el organismo descompone el alcohol y genera acetaldehído, una molécula tóxica que puede dañar el ADN de las células e iniciar procesos cancerígenos. Además, el alcohol irrita crónicamente las mucosas, facilita la absorción de carcinógenos presentes en tabaco o dieta, y altera las hormonas, efectos todos que abren la puerta al cáncer.

A nivel mundial, se estima que alrededor del 4% de todos los casos de cáncer diagnosticados en un año están ligados al consumo de bebidas alcohólicas. Estas cifras subrayan que lo que culturalmente parece inofensivo puede tener un impacto brutal en nuestra salud.

Bebidas azucaradas y energéticas: efectos en el organismo y relación con cáncer

Las bebidas azucaradas incluyen refrescos, jugos procesados y energizantes con alto contenido de azúcar o cafeína. Consumirlas con frecuencia ha sido relacionado no solo con obesidad y diabetes, sino también con varios tipos de cáncer. Estudios recientes muestran que las mujeres que consumen más de una bebida azucarada al día tienen casi cinco veces más posibilidades de enfrentar cáncer oral.

El problema radica en que estos productos disparan los niveles de glucosa en sangre rápidamente, favorecen el aumento de grasa corporal e impiden la saciedad, lo que conduce a una ingesta calórica excesiva y, con el tiempo, a un desajuste metabólico profundo. Las investigaciones también señalan que algunas sustancias presentes en estas bebidas pueden dañar el ADN y favorecer la inflamación crónica, dos elementos clave en el proceso cancerígeno.

Los energizantes, además de azúcar, incluyen altos niveles de cafeína que, en exceso, pueden afectar el corazón, el sistema nervioso y mantener el cuerpo en un estado de estrés continuo, creando un ambiente propicio para el daño celular.

Efectos de combinar bebidas alcohólicas y azucaradas o energéticas: riesgos multiplicados para la salud

Cuando el alcohol y las bebidas azucaradas o energéticas se consumen el mismo día, los riesgos no solo se suman: se multiplican. El hígado recibe una carga doble de trabajo al intentar metabolizar el azúcar y el alcohol a la vez, lo que genera mayor producción de sustancias tóxicas y afecta aún más el metabolismo celular.

El efecto más inmediato es el pico de glucosa en sangre, seguido de una bajada repentina que puede provocar síntomas como debilidad, mareos y hasta pérdida del conocimiento. El cuerpo, ante este subidón y bajón constante, sufre microdaños que, a lo largo de los años, pueden favorecer la aparición de tumores.

A largo plazo, la combinación de ambas bebidas acelera el desgaste celular y la aparición de mutaciones en el material genético, abriendo la puerta a enfermedades graves.

Sinergia negativa: cómo la mezcla intensifica los daños

No es lo mismo tomar un refresco o una cerveza por separado que juntarlos. El alcohol y el azúcar actúan como una dupla peligrosa: el alcohol incrementa la absorción del azúcar y de sus compuestos nocivos, mientras que el azúcar potencia los procesos inflamatorios y el estrés oxidativo generado por el alcohol.

Esta sinergia negativa favorece la inflamación crónica y el estrés oxidativo en los tejidos. Ambos procesos dañan el ADN y dificultan la reparación celular, configurando un ambiente ideal para que aparezcan células cancerosas. Además, en presencia de cafeína (como la de las bebidas energéticas), el organismo puede tardar más en eliminar el alcohol, logrando un efecto tóxico aún mayor.

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Otros riesgos para la salud por la combinación de estas bebidas

El consumo regular de alcohol y bebidas azucaradas en conjunto no solo eleva el riesgo de cáncer. También favorece la obesidad, incrementa las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares e incluso deterioro cognitivo a mediano plazo.

Además, mezclar alcohol y bebidas energéticas puede llevar a sobreestimar la propia resistencia al alcohol, aumentando así los accidentes y conductas de riesgo, especialmente en jóvenes. Los casos de intoxicación aguda, arritmias y alteraciones psicológicas han ido en aumento en contextos de consumo mixto, dañando el bienestar físico y mental.

La advertencia es clara: combinar alcohol y bebidas azucaradas o energéticas puede poner en serio peligro tu salud. Los datos científicos recientes muestran que esta mezcla no solo incrementa, sino que multiplica el riesgo de desarrollar cáncer y otras enfermedades crónicas. Elegir conscientemente lo que bebes es parte de cuidarte; tu cuerpo lo agradecerá a corto y largo plazo. Estar informado te da la oportunidad de tomar mejores decisiones y fomentar una vida más sana, basada en hábitos que previenen enfermedades y mejoran tu calidad de vida. ¿Vale la pena arriesgar tu salud por una costumbre? La respuesta está en cada uno, pero la evidencia científica invita a reflexionar y cambiar hoy.

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