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Salud

¿Dolor de espalda al dormir? Estas 3 posiciones podrían ser tu salvación

Muchas personas se acuestan con un leve dolor lumbar y se levantan sintiendo que la noche ha pasado por encima de la espalda. Una mala posición al dormir puede irritar músculos ya cargados y comprimir articulaciones que necesitan descanso. Esa tensión acumulada se nota al levantarse, al agacharse y hasta al sentarse a trabajar.

Por qué duele la espalda al dormir y qué tiene que ver la postura

La columna vertebral descansa mejor cuando se mantiene en una posición neutra, algo similar a cuando la persona está de pie con buena postura. Si al dormir el cuerpo se tuerce, la cabeza cae con una almohada muy alta, o el colchón se hunde demasiado o es muy rígido, los músculos deben trabajar incluso en reposo. Dormir boca abajo suele aumentar la presión en cuello y zona lumbar, ya que obliga a girar la cabeza y arquear la espalda. Las guías recientes insisten en la alineación de cabeza, hombros, caderas y rodillas para que los tejidos se relajen de forma más completa durante toda la noche.

Dormir de lado con almohada entre las piernas: la postura más amiga de tu espalda

Para la mayoría de personas con dolor en la parte baja de la espalda, dormir de lado es la postura que mejor tolera la columna. La recomendación habitual es recostarse sobre un lado, con las rodillas ligeramente flexionadas y una almohada entre las rodillas que mantenga las caderas alineadas, de forma que la pelvis no rote y la espalda no se gire. Este gesto sencillo reduce la tensión tanto en la zona baja como en la parte dorsal. Algunas guías mencionan que apoyar el cuerpo sobre el lado izquierdo puede favorecer la circulación y la digestión, lo que se suma al posible alivio lumbar durante la noche.

Pequeños ajustes para que esta posición sea aún más cómoda

Para que esta postura funcione mejor, conviene cuidar la almohada cervical, de manera que el cuello quede alineado con el tronco, sin caer ni quedar inclinado hacia arriba. Abrazar un cojín puede descargar el hombro superior cuando hay molestias. También ayuda variar un poco la flexión de las rodillas hasta encontrar el grado de comodidad que deje la zona lumbar relajada, recordando que cada cuerpo necesita un ajuste propio.

Dormir boca arriba con almohada bajo las rodillas para descargar la zona lumbar

Quien prefiere dormir boca arriba también puede cuidar la espalda con un cambio sencillo. Al apoyar la cabeza en una almohada que respete la curva natural del cuello y colocar otra debajo de las piernas, con las rodillas elevadas, la pelvis rota un poco hacia atrás y la parte baja de la espalda se aplanan contra el colchón. Esto reduce la tensión de los músculos que suelen sobrecargarse durante el día y mantiene mejor la curva fisiológica de la columna. Si la persona siente que la zona se arquea demasiado, puede añadir un pequeño rodillo o toalla enrollada como apoyo lumbar extra, siempre que el contacto resulte agradable y no genere rigidez.

Foto Freepik

Cómo elegir las almohadas adecuadas para esta postura

La almohada de la cabeza debe ofrecer el soporte justo para que el cuello quede en línea con el pecho y la espalda, sin quedar forzado hacia adelante ni hacia atrás. La que va bajo las rodillas puede ser una almohada corriente, un cojín firme o una manta doblada, siempre que mantenga cierta altura. Lo más práctico es probar con la altura de la almohada y los cojines que haya en casa antes de comprar productos nuevos.

Posición fetal de lado: alivio para hernias y dolor intenso

La posición fetal es una variante del decúbito lateral que muchas personas con hernia discal o dolor muy marcado encuentran especialmente calmante. Consiste en tumbarse de lado y acercar un poco más las rodillas hacia el pecho, sin llegar a encoger el cuerpo en exceso. Al hacerlo de forma suave, los espacios entre las vértebras se abren ligeramente y se reduce parte de la presión en la espalda, lo que puede aliviar la sensación de pinchazo o quemazón. Conviene mantener una almohada entre las rodillas para cuidar las caderas y evitar girar el cuello, que debe seguir la línea del tronco, sin adelantarse ni hundirse.

Cuándo probar esta posición y cuándo cambiarla

Esta postura suele ser útil en momentos de dolor intenso, esos días en los que cualquier movimiento parece molestar. Si aparecen hormigueos, entumecimiento o empeora la molestia, lo ideal es aflojar un poco la flexión de las piernas o volver a una posición lateral más neutra. Cuando el dolor se repite con frecuencia o limita las actividades cotidianas, siempre se recomienda una consulta médica o con fisioterapia para revisar la causa de fondo y combinar el descanso con tratamiento activo.

Consejos finales para que el cambio de postura funcione de verdad

Para que estas posiciones den resultado, es importante convertirlas en hábito y dar al cuerpo algunos días para acostumbrarse. Cuidar el colchón adecuado y una buena almohada ayuda a que la espalda no sufra hundimientos o presiones raras. También suma levantarse de la cama girando primero de lado, apoyar las piernas y luego incorporarse con calma, en lugar de hacerlo de golpe. Combinar estos cuidados con ejercicio suave de abdomen y zona lumbar, guiado por un profesional, aporta fuerza y estabilidad a la columna, lo que hace que las tres posturas resulten más efectivas a largo plazo.

Probar estas tres formas de dormir, escuchar las sensaciones de la espalda y ajustar pequeños detalles cada noche puede acercar a la persona a un descanso reparador y a la sensación de que es posible cuidar la espalda también mientras duerme. Solo hace falta elegir una postura para empezar esta misma noche y dar tiempo al cuerpo para que responda.

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