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Salud

¿Dolor, picor o flujo anormal? Podrías tener una de estas 3 infecciones vaginales comunes

Las infecciones vaginales afectan a millones de mujeres cada año, tanto jóvenes como adultas. Son motivo frecuente de consulta ginecológica, con un impacto directo en la salud, la vida sexual y el bienestar. Aproximadamente tres de cada cuatro mujeres tendrán al menos un episodio en su vida, y no es raro que el problema se repita.

Las infecciones vaginales más comunes que causan molestias

Los episodios de malestar vaginal suelen estar causados por tres tipos principales de infección: vaginitis bacteriana, candidiasis y tricomoniasis. La vaginitis bacteriana es la más frecuente, sobre todo en mujeres en edad reproductiva y sexualmente activas, con una prevalencia estimada de hasta 29% en algunos grupos. Se produce por un cambio en la flora vaginal, que rompe el equilibrio de bacterias protectoras. La candidiasis involucra un crecimiento anormal de hongos del género Candida, responsables de más de la mitad de las recurrencias. La tricomoniasis es una infección causada por un parásito y es considerada una ITS, lo que implica riesgos añadidos de transmisión. Cada una tiene síntomas específicos y mecanismos distintos de aparición o transmisión, lo que hace fundamental identificarlas para elegir el tratamiento más eficaz.

Vaginitis bacteriana: la más prevalente y su impacto en la salud íntima

La vaginitis bacteriana se presenta cuando las bacterias anaerobias crecen en exceso y desplazan a los Lactobacillus, que habitualmente protegen la vagina. Este desbalance genera flujo grisáceo o blanco, a menudo más abundante y con olor a pescado que suele intensificarse después de las relaciones sexuales. Otras manifestaciones incluyen picazón, ligero dolor al orinar o durante el sexo, y, en algunos casos, enrojecimiento o ardor. La mayoría de las mujeres afectadas están entre los 15 y 44 años. Si no se trata, puede aumentar el riesgo de contraer otras ITS, infecciones urinarias o complicaciones durante el embarazo como parto prematuro. Consultar al médico al notar estos síntomas es clave para recibir antibióticos efectivos como el metronidazol o la clindamicina, que permiten restablecer el equilibrio bacteriano.

Candidiasis vaginal: el rol de los hongos y los factores de riesgo

La candidiasis vaginal ocurre por el crecimiento excesivo de hongos, sobre todo Candida albicans, aunque otras especies pueden participar, sobre todo en casos recurrentes. Se manifiesta por un flujo espeso, blanco y grumoso similar al requesón, acompañado de picazón intensa, enrojecimiento y, a veces, dolor o ardor al orinar. Los factores que predisponen a esta infección son variados: embarazo, diabetes mal controlada, uso prolongado de antibióticos, tratamiento hormonal, o sistemas inmunológicos debilitados. A diferencia de la vaginitis bacteriana, la candidiasis no se considera una ITS y puede aparecer aunque no haya vida sexual activa. El tratamiento suele incluir antifúngicos, ya sea en cremas vaginales, óvulos o comprimidos orales. En 2025, los medicamentos ibrexafungerp y oteseconazol han revolucionado el manejo de candidiasis recurrente y resistente a tratamientos previos, logrando mayores tasas de curación y menor impacto adverso.

Foto Freepik

Tricomoniasis: la infección transmitida sexualmente silenciosa

La tricomoniasis es causada por el parásito Trichomonas vaginalis y se considera una ITS. Puede cursar sin síntomas en hasta el 70% de las mujeres infectadas, lo que facilita su transmisión y retarda el acceso al tratamiento. Cuando se presentan síntomas, aparecen como flujo amarillo-verdoso y espumoso, mal olor, picazón, irritación, dolor al orinar o durante el coito y, ocasionalmente, molestias en la parte baja del abdomen. Sus repercusiones incluyen un aumento de riesgo de otras ITS y, en mujeres embarazadas, posibilidad de parto prematuro y bajo peso al nacer. Para erradicar el parásito es indispensable el tratamiento antibiótico específico (metronidazol o tinidazol) y que todas las parejas sean tratadas al mismo tiempo, además de abstenerse de mantener relaciones sexuales hasta finalizar la terapia.

Diagnóstico y tratamientos actuales para las infecciones vaginales

Identificar la causa exacta de los síntomas requiere una evaluación médica precisa. El diagnóstico se fundamenta en la exploración ginecológica y en el análisis del flujo vaginal, con pruebas específicas según la sospecha clínica. El uso de test moleculares (NAATs), cada vez más extendido, permite detectar los microorganismos responsables con gran precisión, incluso en episodios sin síntomas claros o en infecciones mixtas. En vaginitis bacteriana y tricomoniasis, los antibióticos como el metronidazol y la clindamicina se aplican tópica u oralmente según la gravedad. Para candidiasis, los antifúngicos incluyen opciones orales y locales (miconazol, fluconazol y las nuevas moléculas como ibrexafungerp y oteseconazol en casos de recaídas frecuentes o resistencia). En la tricomoniasis, tratar a todas las parejas sexuales corta el ciclo de reinfección y previene complicaciones. Se recomienda la abstinencia sexual temporal mientras se completa el tratamiento y hasta que los síntomas desaparezcan.

Prevenir para proteger la salud vaginal

La prevención es la clave para reducir el riesgo de infecciones vaginales. Mantener una higiene íntima adecuada evita la alteración de la flora protectora: lavar solo la zona externa con agua y jabones neutros, secar meticulosamente y elegir prendas de algodón ayuda a contener la humedad. Es preferible evitar duchas vaginales y productos perfumados, ya que alteran el pH y favorecen el crecimiento de bacterias u hongos. El uso correcto de preservativos no solo previene ITS como la tricomoniasis, sino que también protege de desequilibrios bacterianos. Consultar al médico sin demora cuando aparezcan dolor, picazón o flujo inusual acelera el diagnóstico y limita el avance de complicaciones. Las mujeres con antecedentes de infecciones frecuentes deben programar chequeos regulares, seguir las indicaciones del especialista y evitar la automedicación. Un enfoque responsable enfocado en la prevención, el diagnóstico rápido y el tratamiento oportuno es la mejor herramienta para una vida íntima sana y tranquila.

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