El ingenioso truco para que quepa más combustible en el depósito de tu vehículo

El costo de la gasolina ya no da tregua. Para muchos conductores, cada viaje a la gasolinera se traduce en ajustar el cinturón y buscar maneras de estirar al máximo cada litro. Con precios que oscilan constantemente y ya lejos del nivel de “menos de un euro por litro”, aprovechar el depósito se vuelve una auténtica necesidad. Los vehículos modernos cuentan con una zona de expansión de gases dentro del depósito que, aunque es esencial para la seguridad y funcionamiento, esconde un secreto poco conocido: en ciertos modelos, existe un pulsador para liberar esos gases y ganar espacio real en cada recarga.
La clave está en la zona de expansión de gases y el uso del pulsador
En los depósitos actuales, la zona de expansión de gases juega un papel fundamental. Es un compartimento diseñado para que los vapores de la gasolina tengan espacio a medida que cambian la temperatura y la presión dentro del tanque. Esta zona, según el tipo de coche, puede ocupar entre 10 y 15 litros, cantidad que no se utiliza en el llenado normal.
Algunos vehículos ofrecen un pulsador o botón circular junto al conducto de entrada del combustible. Su función es liberar los gases acumulados dentro del área de expansión. Cuando se acciona este pulsador después de que la manguera indica que el tanque está lleno, se puede escuchar un leve silbido o sonido de vacío: esa es la señal de que los gases han salido. Así, el espacio liberado puede llenarse con gasolina adicional.
Cabe destacar que no todos los vehículos incluyen este sistema, ya que su presencia depende del diseño del depósito y de la tecnología aplicada por cada fabricante. Si tu coche tiene este pulsador, se puede aprovechar para maximizar cada carga y, en viajes largos, sumar una autonomía extra considerable.
¿Por qué los depósitos no se llenan completamente desde el inicio?
Los fabricantes integran esta zona de expansión por razones técnicas y de seguridad. Cuando la temperatura sube o durante la recirculación de vapores, la gasolina tiende a expandirse. Sin este espacio extra, el combustible podría derramarse o resultar en una presión peligrosa dentro del tanque.
Normalmente, esos 10 a 15 litros quedan inutilizados, es decir, no están disponibles a menos que se liberen los gases acumulados. Esto significa que, aunque pensemos que el depósito ya está lleno porque la manguera se detiene, realmente aún tiene margen para cargar más.
Esta diferencia impacta directamente en la autonomía real del coche. En viajes largos, esos litros adicionales pueden traducirse en más de 100 kilómetros extra sin tener que buscar una gasolinera, algo muy valioso en trayectos donde escasean los puntos de repostaje o en épocas de precios elevados.
¿Cómo aprovechar el pulsador?
Utilizar el pulsador correctamente es sencillo, pero requiere atención. Primero, se reposta normalmente hasta que la manguera se detiene de manera automática. En ese momento, sin retirar la pistola, se busca el pulsador junto a la entrada del depósito (solo en los modelos que lo llevan). Al presionarlo, es clave escuchar el leve silbido que indica la salida de gases.
Con el gas fuera, se puede continuar repostando, llenando hasta que el combustible llegue realmente al límite. Este truco permite aprovechar toda la capacidad del tanque, pero tiene una condición esencial: cerrar bien la tapa del depósito para evitar que la gasolina rebose, especialmente en curvas o durante frenadas intensas.
No hace falta apurarse ni forzar el sistema: la maniobra debe hacerse con suavidad para que el proceso sea seguro y limpio. Así se disfruta de la mayor autonomía posible y se aprovecha al máximo el dinero invertido en combustible.

Precauciones al utilizar este truco y posibles riesgos
Como en toda técnica, existen precauciones que no se deben pasar por alto. Si el pulsador no se utiliza correctamente, puede haber pequeños derrames, sobre todo si se llena demasiado el depósito y luego se hace un trayecto con muchas curvas.
Este método no es recomendable en todos los coches. Hay vehículos que no cuentan con pulsador o cuya tecnología de depósito no soporta la maniobra. Tampoco es aconsejable en coches muy antiguos o si se desconoce el funcionamiento interno del sistema de combustibles. Si tienes dudas, lo mejor es consultar al taller de confianza antes de probarlo.
Mantener la seguridad y la limpieza debe estar siempre por encima del objetivo de una autonomía mayor. Un mal uso podría terminar siendo más costoso que unos litros adicionales.
Otras recomendaciones para llenar más el depósito y optimizar el uso de combustible
Existen técnicas que ayudan a extraer el máximo del tanque sin riesgos ni complicaciones innecesarias. La forma de repostar influye mucho. Si el combustible se introduce demasiado rápido, se forma espuma que ocupa volumen y evita que el depósito se llene de verdad. Apuesta por un llenado lento y constante para garantizar un llenado completo y evitar la acumulación excesiva de gases.
Tampoco es ideal esperar a estar en reserva para dirigirse a la gasolinera. Cuando el nivel está muy bajo, aumenta la evaporación dentro del tanque y se pierde parte del combustible, además de que puede afectar al sistema si entra aire o partículas hacia la bomba.
La eficiencia no termina tras la carga. La conducción suave, el mantenimiento y varios pequeños hábitos logran que cada litro rinda más y tu bolsillo lo note. Aprovechar estos consejos multiplica los beneficios del truco del pulsador.
La velocidad del llenado
Llenar el depósito poco a poco tiene su ciencia. Al introducir la gasolina lentamente, se forma menos espuma. La espuma ocupa volumen y puede engañar a la manguera de corte automático, haciendo que el sistema se detenga antes de tiempo. Así, aunque el marcador indique “lleno”, aún cabe más combustible si se deja pasar el gas y baje la espuma.
Este cuidado también ayuda a mantener limpia la zona de entrada, reduce los derrames y previene la acumulación innecesaria de gases. El resultado es un llenado más completo y duradero, ideal para quienes buscan exprimir la autonomía y evitar paradas innecesarias.
Hábitos y mantenimiento que ayudan a sacar más provecho a cada litro
La autonomía del coche no sólo depende del depósito o de cómo se reposta. La forma de conducir marca la diferencia. Evitar frenadas bruscas, acelerones o cambios de velocidad constantes contribuye a un consumo más bajo y estable. Mantener la presión adecuada en los neumáticos reduce la resistencia al rodar y, por tanto, el gasto en combustible.
Es fundamental utilizar combustible de calidad y, de vez en cuando, revisar el estado del sistema de inyección y del filtro. Así se previenen averías, se evitan pérdidas invisibles y se prolonga la vida útil tanto del depósito como del motor.
Pequeños gestos como planificar los trayectos, evitar las horas punta y conducir siempre con suavidad multiplican el beneficio de cada litro y logran que el repostaje rinda mucho más, incluso en tiempos de precios altos.
Cada coche responde distinto, pero aplicar el truco del pulsador junto a estos hábitos y precauciones se traduce en mayor autonomía y economía en cada viaje.