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Viajes

El truco para evitar el asiento del medio en el avión sin pagar de más: no falla nunca

Pocos momentos dan más rabia que abrir el correo de la tarjeta de embarque y descubrir el temido asiento del medio. En muchas aerolíneas de bajo coste, este lugar es el que se asigna por defecto a quienes no pagan por elegir plaza. De ahí que haya ganado fama un método sencillo, conocido como check-in inteligente y popularizado por creadores como Jorden Tually, que promete mejorar mucho las opciones de conseguir ventanilla o pasillo sin gastar un euro extra.

Qué es el truco del check-in inteligente para evitar el asiento del medio

La idea del check-in inteligente es jugar con el propio sistema de reservas de la aerolínea. En lugar de aceptar de forma pasiva el asiento aleatorio, el pasajero bloquea durante unos minutos varios asientos centrales, para que el sistema automático tenga que ofrecer otros puestos disponibles, normalmente pasillo o ventana.

Este método se volvió viral en TikTok gracias a vídeos donde se explica cómo, con solo un par de minutos frente al ordenador, se puede cambiar por completo el resultado del check-in gratuito. Muchos usuarios cuentan que la tasa de acierto es muy alta cuando se sigue el proceso paso a paso, aunque nadie puede prometer un resultado perfecto en todos los vuelos.

Cómo aplicar paso a paso el truco para no acabar en el asiento del medio

El corazón del truco consiste en bloquear asientos centrales de forma temporal. Primero, el viajero entra en la web de la aerolínea y revisa el mapa del avión para ver cuántos asientos del medio siguen libres en su vuelo. Después, abre una reserva nueva y comienza a simular compra de varios billetes, usando nombres inventados y eligiendo siempre esos asientos centrales que quiere quitar de la jugada. Cuando el sistema pasa a la pantalla de pago, el pasajero simplemente cancela y no completa el pago, de modo que esos asientos quedan marcados como ocupados durante unos diez o quince minutos en el sistema de reservas.

Mientras dura ese bloqueo temporal, llega el momento clave: en otra pestaña, la persona hace su check-in real, con asignación gratuita. Como los asientos del medio aparecen ocupados de forma provisional, el sistema tiene que ofrecer otras plazas que sí están libres, por ejemplo un pasillo cercano a la salida o una ventanilla. El propio Tually aconseja hacerlo desde un ordenador, porque el proceso es más ágil que en el móvil, realizarlo cerca del cierre del check-in, cuando quedan menos butacas por asignar, y moverse con rapidez para aprovechar al máximo esa ventana de tiempo.

Foto Freepik

Cuándo funciona mejor este truco con aerolíneas de bajo coste

El método parece especialmente efectivo con aerolíneas de bajo coste que usan algoritmos muy agresivos para colocar a quienes no pagan en el centro del avión. Al reservar gratis, el sistema tiende a colocar primero los asientos centrales y deja pasillos y ventanillas para quienes abonan un suplemento. Si el pasajero bloquea parte de esos lugares y lo hace cerca del cierre del check-in, cuando ya no quedan muchas alternativas, la probabilidad de que el sistema entregue un sitio más cómodo aumenta de forma clara.

Riesgos, límites y consejos para usar el truco sin estrés

Aunque en redes muchos juran que este método “no falla nunca”, en la práctica siempre pueden darse excepciones, por ejemplo si el vuelo va casi lleno o la política de asientos de la aerolínea cambia. Algunas voces del sector recuerdan que este tipo de tácticas también añaden cierto estrés al momento previo al viaje, porque obligan a estar pendiente del reloj, refrescar pantallas y dedicar atención extra al proceso.

Por eso conviene valorar si ese tiempo extra compensa frente a pagar por elegir asiento en rutas largas o muy importantes, como un viaje de trabajo o un vuelo nocturno. Una opción sensata es probar primero en trayectos cortos y fuera de fechas pico, revisar siempre las normas de la compañía y evitar usar datos reales en las reservas simuladas. Lo ideal es que el truco sume comodidad sin convertir el check-in en una fuente de ansiedad.

Usado con cabeza, este método puede ayudar a muchos viajeros a conseguir un asiento mejor sin pagar de más, aprovechando cómo funciona el sistema de reservas a su favor. Al final, cada persona decide si prefiere invertir unos minutos delante del ordenador o pagar la elección de asiento, pero resulta útil saber que, en muchos casos, el temido asiento del medio ya no tiene por qué ser el destino inevitable.

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