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Estilo de vida

¿Es peligroso dormir con el teléfono debajo de la almohada?

Dormir con el teléfono debajo de la almohada es ya un hábito común para millones de personas. Buscan tenerlo cerca “por si acaso” o como despertador, pero no todos consideran los potenciales riesgos que esto implica. Esta costumbre ha despertado dudas y provoca preocupación en el ámbito médico y tecnológico.

Riesgos físicos y de seguridad

Colocar el teléfono bajo la almohada no es tan inocente como parece. Los dispositivos actuales generan calor cuando funcionan, especialmente si están en uso o cargándose. Este calor se concentra en lugares poco ventilados, como bajo una almohada.

Algunos dispositivos han causado accidentes, desde quemaduras leves hasta incendios que provocan daños materiales. No solo el usuario queda expuesto, sino también quienes comparten la cama o habitación. El calor, el encierro y la presión pueden afectar el funcionamiento interno de la batería.

Además, dormir con el móvil en la cama expone a las personas a pequeños riesgos como choques eléctricos o daños por caídas nocturnas del dispositivo entre las sábanas.

Sobrecalentamiento y riesgo de incendio

Los teléfonos cuentan con baterías de iones de litio, que son sensibles al calor y pueden sobrecalentarse si no hay suficiente espacio para disipar la temperatura. Cuando se cargan bajo una almohada, el riesgo aumenta porque el calor no se libera y puede acumularse.

En medios de comunicación han aparecido casos reales donde teléfonos han provocado incendios menores al calentarse demasiado bajo las sábanas o la almohada. Los departamentos de bomberos y organismos de tecnología insisten: no es seguro cargar el móvil bajo la almohada ni cubrirlo con ropa de cama.

Daños a la batería y quemaduras

El calor constante y la falta de ventilación degradan la batería con el tiempo, acortando su vida útil y aumentando las probabilidades de fallos. En casos extremos, la batería podría presentar fugas de productos químicos peligrosos.

La exposición directa al calor del teléfono sobre la piel por varias horas puede generar quemaduras leves, irritaciones o molestias, sobre todo en personas sensibles o niños.

Impacto en la calidad del sueño

Dejar el teléfono cercano afecta tanto la cantidad como la calidad del descanso. La luz, los sonidos y la presencia constante del dispositivo dificultan el ciclo normal del sueño.

La mayoría de los usuarios consulta el móvil antes de dormir o al despertarse en medio de la noche, lo cual interrumpe el reposo y evita que el cerebro desconecte por completo de la actividad digital.

Luz azul y supresión de melatonina

Las pantallas de los smartphones emiten luz azul que suprime la producción de melatonina, una hormona esencial para el inicio del sueño. Mirar el móvil antes de dormir retrasa la somnolencia y puede causar insomnio.

Activar el “modo nocturno” o utilizar aplicaciones que bajan la intensidad de la luz azul ayuda, pero lo más recomendable es apagar la pantalla media hora antes de dormir.

Notificaciones y interrupciones nocturnas

Las notificaciones, vibraciones o sonidos, aunque sean sutiles, activan el cerebro y pueden hacer que el usuario despierte parcial o completamente. Este tipo de interrupciones sucede más frecuentemente de lo que se piensa, incluso sin darse cuenta.

Silenciar el teléfono o ponerlo en modo avión evita estos despertares y mejora el sueño profundo. Un descanso ininterrumpido contribuye a la recuperación física y mental.

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Foto Freepik

Dependencia psicológica

Dormir con el teléfono al alcance de la mano fomenta una dependencia psicológica. Las personas sienten la necesidad de revisarlo constantemente, incluso en la noche. Esta ansiedad anticipatoria eleva los niveles de estrés y preocupación antes de dormir, imposibilitando una relajación saludable.

La costumbre de checar el móvil en la cama puede hacer que dormir sea más tardío y menos reparador, sobre todo para quienes ya son propensos a la ansiedad digital.

Exposición a radiación electromagnética

Una de las preocupaciones más frecuentes es la radiación electromagnética que emiten los celulares. Existen opiniones divididas y la ciencia aún no es concluyente, pero sí hay recomendaciones claras sobre el uso prolongado cerca del cuerpo.

Clasificación de la OMS y evidencias actuales

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la radiación de radiofrecuencia de los móviles como “posiblemente carcinogénica para los humanos”. Aunque la evidencia directa sobre efectos negativos graves es limitada, el debate sigue abierto.

Dormir por muchas horas con el teléfono pegado a la cabeza significa una exposición innecesaria y continua a este tipo de radiación. La OMS y varios expertossugieren alejar el dispositivo del cuerpo mientras se duerme.

Estudios sobre salud a largo plazo

Algunos estudios relacionan la exposición prolongada durante el sueño a un mayor riesgo de dolores de cabeza crónicos y posibles tumores en glándulas salivales u oído. Otros trabajos apuntan a irritabilidad, alteraciones cognitivas o dificultad para concentrarse.

La mayoría de las investigaciones coinciden en que falta evidencia definitiva, pero reducir el contacto directo es una precaución razonable.

Medidas de mitigación

Dejar el teléfono al menos un metro lejos de la cama, activar el modo avión y evitar cargarlo bajo la almohada son medidas sencillas que disminuyen estos riesgos. Usar un despertador tradicional o dejar el móvil sobre la mesa de noche, fuera de la cama, también ayuda.

Cargar el teléfono solo durante el día y en un lugar ventilado prolonga la vida útil de la batería y reduce las posibilidades de problemas de calor.

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