¿Es seguro tener relaciones sexuales si tengo una infección por hongos?

La candidiasis vaginal es una de las infecciones íntimas más frecuentes, y no discrimina edades ni estilos de vida. Aunque a menudo genera picazón e incomodidad, muchas personas se preguntan si pueden seguir teniendo relaciones sexuales durante este episodio. Hablar de sexualidad y salud íntima aún resulta incómodo para algunos, pero cuidar estas áreas influye directamente en el bienestar y la vida en pareja. Entender cuándo es seguro retomar la actividad sexual no solo previene molestias, también fortalece la confianza y la comunicación en la relación.
¿Qué es la infección por hongos y cómo se manifiesta?
La mayoría ha escuchado hablar de la candidiasis, pero pocos conocen bien qué la provoca. Esta infección aparece por el crecimiento excesivo de un hongo denominado Candida albicans, presente normalmente en la flora vaginal. Bajo ciertas circunstancias, este hongo prospera más de lo habitual y origina síntomas molestos.
Los principales factores que favorecen este desequilibrio incluyen el uso reciente de antibióticos, cambios hormonales, estrés, un exceso de higiene íntima e incluso el uso de ropa interior muy ajustada. También afectan algunos datos personales como el embarazo o la presencia de enfermedades que alteran las defensas naturales del cuerpo.
Los síntomas de la candidiasis suelen ser muy claros: picazón intensa, sensación de ardor, enrojecimiento y secreción blanca y espesa. Algunas personas experimentan molestias al orinar o durante el sexo. Esta infección no es exclusiva de ningún género, aunque es más común en mujeres, y puede afectar a cualquier persona con vida sexual activa.
Riesgos y consecuencias de tener relaciones sexuales durante una infección por hongos
Decidir si mantener relaciones sexuales mientras se tiene una candidiasis requiere informarse sobre las molestias y riesgos reales. El contacto íntimo en momentos de infección puede ser cualquier cosa menos placentero. La fricción de la penetración o el contacto directo irrita aún más la mucosa, ya de por sí inflamada y sensible.
El dolor durante las relaciones es frecuente. Además de la incomodidad inmediata, el sexo puede agravar la inflamación y crear microlesiones. Esto abre la puerta a otras infecciones y puede retrasar la curación. Tampoco hay que olvidar el riesgo de transmisión: aunque la candidiasis no es técnicamente una infección de transmisión sexual, existe la posibilidad de que la pareja se infecte. Si la defensa de la piel o la flora de la pareja está alterada, el hongo puede desarrollarse también en su cuerpo, especialmente en el glande o la mucosa genital.
La auto-medicación o el “aguantar” los síntomas para no posponer la vida sexual lleva muchas veces a recaídas, frustración y sentimientos de culpa en ambos miembros de la pareja.
Transmisión y recurrencias en la pareja
El hongo puede pasar de persona a persona durante las relaciones. Las manos, juguetes sexuales, el sexo oral y cualquier contacto genital representan vías potenciales. En parejas donde uno de los dos no se trata apropiadamente, es muy común que la infección regrese, entrando en un molesto ciclo de recaída y recontagio.
A veces, uno de los dos ni siquiera tiene síntomas, pero sigue portando el hongo, lo que dificulta identificar el origen del problema y lleva a tratar solo a una persona, dejando abierta la puerta a nuevas infecciones.

Relaciones sexuales y complicaciones adicionales
Tener sexo durante una candidiasis puede ser como frotar sal en una herida. Las molestias se multiplican y las defensas locales de la zona genital se debilitan con cada irritación. Esto no solo perpetúa la infección fúngica, también crea un contexto propicio para que otras bacterias y virus entren en escena.
Además, los tratamientos antifúngicos aplicados en óvulos o cremas pueden perder eficacia si son expulsados antes de tiempo por la actividad sexual. Este detalle, que suele pasarse por alto, afecta de lleno la recuperación y puede hacer que la infección dure más de lo esperado.
Recomendaciones para una sexualidad segura durante y después de una infección por hongos
Poner en pausa la actividad sexual durante unos días es un pequeño sacrificio con grandes beneficios. Se aconseja esperar hasta que los síntomas desaparezcan por completo antes de retomar las relaciones. Si se utiliza un tratamiento local, como óvulos vaginales, lo ideal es posponer el sexo al menos dos o tres días después de haberlo finalizado, para garantizar que el área sane correctamente.
Usar preservativo es crucial si la abstinencia no resulta posible, ya que reduce el riesgo de transmisión y protege ambas partes. Sin embargo, no elimina todas las molestias ni previene la irritación sobre una mucosa aún sensible.
Cuando se detecta una candidiasis, conviene que la pareja también consulte a un profesional. A veces, puede ser necesario tratar a ambos al mismo tiempo para evitar el ciclo de reinfección. La comunicación clara y sincera evita malentendidos y refuerza la confianza.
La higiene íntima suave ayuda mucho. Es preferible evitar el uso de jabones perfumados, duchas vaginales y productos irritantes mientras la zona sana. Lavar bien las manos y los juguetes sexuales antes y después de usarlos también previene nuevos episodios.
El cuidado personal va de la mano del seguimiento médico. Un control profesional permite descartar otras infecciones y ajustar el tratamiento en caso de recurrencias. Si los síntomas persisten o se presentan con frecuencia, es fundamental consultar para llegar a una solución definitiva.
Buscar otras maneras de conectar con la pareja fortalece el vínculo: caricias, masajes y juegos fuera de la penetración mantienen viva la intimidad sin poner en riesgo la salud. Cuando se experimenta sequedad vaginal debido al tratamiento, un lubricante apto para pieles sensibles puede ser de gran ayuda para evitar molestias si se decide retomar las relaciones una vez superada la infección.
Cuidar del cuerpo propio y de la pareja no solo es señal de responsabilidad, también hace que la vida sexual sea más satisfactoria y libre de temores. La recuperación completa y la prevención de nuevas infecciones están al alcance siguiendo estas recomendaciones y confiando en el equipo de salud.