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Estilo de vida

¿Es verdad que beber cerveza quita la resaca?

Después de una noche de fiesta, en muchas casas de habla hispana resurge el mismo consejo: “Tómate una cerveza y se te quita la resaca”. Desde la tradicional michelada mexicana hasta el simple vaso de cerveza bien fría, la creencia se repite, pasando de generación en generación. Esta costumbre nace del deseo de sentir alivio rápido, y de la confianza en los remedios caseros que suelen acompañar las sobremesas. Pero, ¿realmente funciona? Y, sobre todo, ¿qué riesgos implica recurrir una y otra vez a la cerveza para curar los estragos del alcohol?

¿Qué es la resaca y por qué ocurre?

El término resaca describe los efectos incómodos que aparecen después de consumir alcohol en exceso. Su nombre puede sonar inofensivo, pero quienes la han sufrido saben que lo único que provoca es un mal día. El origen de la resaca tiene una base fisiológica clara y, aunque existen diferencias individuales, el desencadenante es siempre el mismo: el alcohol.

Síntomas y duración de la resaca

Una resaca típica se presenta con dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, sed intensa, debilidad, sensibilidad a la luz y el ruido, y a veces ansias de comer o irritabilidad. La duración varía, pero la mayoría experimenta malestar por al menos seis u ocho horas. Los síntomas pueden extenderse hasta 24 horas, dependiendo de la persona y de la cantidad de alcohol ingerida. Todo esto afecta tanto al cuerpo como a la mente, reduciendo la concentración y la energía.

Causas fisiológicas y factores que influyen

El alcohol actúa como diurético, provocando deshidratación severa, lo que contribuye al dolor de cabeza y la sensación de sequedad. El hígado metaboliza el etanol en acetaldehído, una sustancia tóxica que puede acumularse y causar náuseas y malestar general. Además, los congéneres (compuestos presentes en bebidas oscuras y fermentadas) y productos secundarios del metabolismo agravan los síntomas. Factores como la predisposición genética y los hábitos personales (como beber sin haber comido o no hidratarse) pueden aumentar la severidad de la resaca. La inflamación y el desequilibrio de electrolitos también tienen un papel importante.

Foto Freepik

¿Beber cerveza ayuda o perjudica durante la resaca?

Muchos defienden que una cerveza es la mejor medicina cuando la cabeza late y el estómago da vueltas. Sin embargo, los estudios científicos no avalan esta práctica. El llamado “hair of the dog” (pelo del perro) es, más bien, un mito popular con riesgos claros.

Efectos inmediatos: alivio temporal vs. prolongación del malestar

Tomar cerveza en plena resaca solo consigue aliviar temporalmente los síntomas. El nuevo aporte de alcohol puede retrasar la conversión del metanol en formaldehído, disminuyendo momentáneamente ciertas molestias. Pero ese alivio es engañoso y breve. El organismo sigue intentando procesar el alcohol acumulado, lo que recarga el hígado y retrasa la eliminación de las toxinas. Más cerveza implica más trabajo para el cuerpo, y por tanto, la recuperación se alarga. Es como intentar apagar un incendio lanzando más leña.

Riesgos y consecuencias del consumo en la resaca

Repetir el remedio de la cerveza puede transformar un malestar pasajero en un problema de salud serio. La costumbre de recurrir al alcohol para aliviar la resaca fomenta hábitos poco saludables y puede facilitar la dependencia. Además, introducir más toxinas a un cuerpo ya debilitado puede empeorar los efectos secundarios y aumentar el riesgo de náuseas prolongadas, deshidratación severa y hasta daño hepático a largo plazo. No solo no se resuelve el origen del problema, sino que se potencian sus consecuencias.

Recomendaciones y alternativas saludables para recuperarse

Afrontar una resaca requiere paciencia y cuidados básicos. El cuerpo necesita tiempo para eliminar los residuos del alcohol y volver a su equilibrio natural.

Métodos efectivos según la evidencia científica

La evidencia respalda la hidratación constante con agua o bebidas con electrolitos como el mejor aliado. Los alimentos ligeros, ricos en carbohidratos y bajos en grasa, ayudan a reponer energías sin irritar más el estómago. El reposo favorece la recuperación del sistema nervioso y el metabolismo. Los analgésicos deben usarse con precaución: mejor evitar el paracetamol si el hígado está comprometido, y consultar a un médico cuando los síntomas son severos o duran más de un día. Las curas milagrosas, suplementos o combinaciones caseras con cafeína y más alcohol solo agravan el cuadro.

Prevención: la importancia de la moderación y el autocuidado

Prevenir la resaca es más fácil que aliviarla. Comer antes y durante el consumo, alternar con agua y limitar la cantidad de alcohol son pasos clave para reducir el impacto. Elegir bebidas claras y evitar mezclar distintos tipos también ayuda. Sobre todo, escuchar al cuerpo y conocer el propio límite asegura una recuperación más rápida y, a la larga, una mejor salud.

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