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Estilo de vida

Este ingrediente de despensa salvará tus plantas este invierno

El invierno puede ser una temporada difícil para los jardineros, ya que las temperaturas bajan y los días se acortan. Proteger las plantas del frío y las heladas puede parecer un desafío, pero no es necesario invertir en productos químicos costosos y poco claros en su composición. La solución está en tu propia despensa de la cocina: la piel de la cebolla. Estas pieles, aparentemente insignificantes, tienen propiedades naturales que actúan como un aislante para mantener una temperatura estable alrededor de las raíces de las plantas. Además, al descomponerse, enriquecen el suelo con calcio y potasio, y estimulan el crecimiento de las plantas.

El poder de la piel de la cebolla

Las pieles de la cebolla son un recurso económico y ecológico para proteger tus plantas en invierno. Además de actuar como aislante,  tienen propiedades antifúngicas que ayudan a proteger tus plantas de las enfermedades invernales. Además, al descomponerse, aportan nutrientes al suelo y estimulan el crecimiento saludable de las plantas. Por lo tanto, en lugar de desecharlas, aprovecha su poder y úsalas para proteger tus plantas durante la temporada invernal.

Cómo utilizar las pieles de la cebolla para salvar tus plantas

El uso de la cebolla es muy sencillo. Una vez que hayas recolectado una buena cantidad, esparcelas suavemente alrededor de la base de tus plantas, creando una capa protectora contra el frío del invierno. Asegúrate de crear una capa uniforme, evitando cubrir por completo los tallos de las plantas. Esta técnica es especialmente efectiva para plantas sensibles al frío, como hierbas aromáticas y flores delicadas.

Cuidados esenciales para tus plantas durante el invierno

La temporada invernal puede ser complicada para muchas plantas, ya que temen al frío y a la falta de luz. Sin embargo, con los cuidados adecuados, tus plantas podrán sobrevivir al invierno y florecerán nuevamente en primavera. Aquí tienes algunos consejos indispensables para asegurar su supervivencia:

Proteger del frío

Utiliza paños orgánicos como paja, heno o pieles de cebolla para proteger las raíces de tus plantas del frío extremo. Estos materiales actuarán como un aislante, manteniendo una temperatura estable alrededor de las raíces y protegiéndolas del daño causado por las bajas temperaturas.

Regar adecuadamente

El riego es crucial durante el invierno, ya que un exceso de agua puede dañar las raíces de las plantas. Asegúrate de regar solo cuando el suelo esté seco en la parte superior y permite que el agua se drene libremente para evitar la pudrición de las raíces.

Proteger del viento

Instala pantallas o telas de protección para resguardar tus plantas de los fuertes vientos fríos que pueden secar o dañar las hojas. Estas barreras ayudarán a mantener un ambiente más cálido y protegido para tus plantas.

Realizar podas ligeras en otoño

Elimina las partes dañadas de tus plantas durante el otoño para fomentar un crecimiento más saludable en primavera. Las podas ligeras también ayudarán a reducir el riesgo de enfermedades invernales y permitirán que las plantas se fortalezcan.

5. Fertilizar el suelo

Elige un fertilizante equilibrado de liberación lenta para proporcionar a tus plantas los nutrientes necesarios durante el invierno. Evita los fertilizantes ricos en nitrógeno, ya que pueden estimular un crecimiento excesivo que podría dañarse por las bajas temperaturas.

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Veronica Pereira