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Movilidad

Este simple detalle al cargar gasolina podría estar costándote más de lo que imaginas

Muchos automovilistas cargan gasolina sin pensar en los efectos de sus hábitos y atentos solo al precio por litro, pero pocos consideran cómo un descuido en este proceso puede aumentar gastos y hasta dañar el auto. Según estudios recientes, pequeñas acciones como exceder el llenado o descuidar la tapa del tanque pueden tener consecuencias costosas y sorprendentes en el bolsillo y el funcionamiento del vehículo.

¿Por qué llenar el tanque en exceso termina saliendo más caro?

Cuando el surtidor se detiene por sí solo, el sistema indica que el tanque alcanzó su capacidad segura. Insistir en seguir llenándolo puede parecer una manera de aprovechar al máximo el espacio, pero la realidad es que este gesto daña parte de los componentes internos. Forzar el llenado después de ese clic inicial produce una presión innecesaria dentro del tanque y causa el paso de combustible líquido hacia el sistema de evaporación, lo que el fabricante jamás recomienda.

Este error genera varios problemas. El filtro de carbón activado, encargado de capturar vapores para evitar emisiones tóxicas, sufre al saturarse con gasolina líquida. El resultado es una menor eficiencia y emisiones más altas, lo que además reduce la vida útil de la pieza y puede forzar reparaciones caras. Además, el sobrellenado favorece el riesgo de derrames, afectando la pintura, el suelo y la calidad del aire en las estaciones de servicio.

¿Cómo un exceso de gasolina daña componentes clave?

El sobrellenado impacta directamente en el filtro de carbón activado, también llamado canister. Esta pieza forma parte del sistema EVAP, esencial para el control de emisiones en casi todos los autos modernos. Cuando el canister se satura con combustible en estado líquido y no vapor, pierde su capacidad para filtrar y recuperar vapores, provocando fallas electrónicas y aumentando el riesgo de que vapores sin tratar salgan a la atmósfera.

La válvula de seguridad también se ve comprometida, ya que opera bajo niveles de presión específicos, no bajo exceso de líquido. Con el tiempo, este estrés provoca fallos de sellado y fugas que pueden desencadenar alertas electrónicas y generar gastos en diagnósticos y recambios. Por otro lado, la bomba de combustible puede forzarse debido al exceso de presión, reduciendo su vida útil y exigiendo mantenimientos más frecuentes.

El impacto ambiental y económico del sobrellenado

La gasolina derramada no solo es un desperdicio directo de dinero, sino que tiene consecuencias ecológicas notorias. Los combustibles líquidos y sus vapores se expanden con el calor. Si el tanque fue sobrellenado, el exceso termina evaporándose o escurriendo, liberando compuestos tóxicos a la atmósfera. El entorno del auto y los suelos se contaminan y, si el derrame es grande, puede afectar aguas subterráneas o generar riesgos de incendio.

Este tipo de contaminación, aunque poco visible para el automovilista, se vuelve costosa cuando exige limpiezas especializadas o termina siendo sancionada por regulaciones ambientales. También incrementa los costos a largo plazo por la disminución de la eficiencia del sistema EVAP, que puede forzar el uso de más combustible y llevar al auto a emitir más gases nocivos.

Otros errores frecuentes al cargar gasolina que vacían tu bolsillo

Además de sobrellenar el tanque, existen otras prácticas frecuentes y peligrosas al momento de repostar. Detalles como mantener el motor encendido durante la carga, usar gasolina de octanaje inadecuado, o simplemente no cerrar bien la tapa del tanque, pueden desencadenar un aumento de gastos, tanto en combustible desperdiciado como en potenciales reparaciones mayores.

Estos hábitos, que a menudo se realizan por prisa o desconocimiento, elevan el riesgo de incidentes y disminuyen la vida útil de componentes críticos. Abandonar estas costumbres puede reflejarse en un ahorro considerable a mediano y largo plazo, sin necesidad de grandes inversiones ni esfuerzos.

Foto Freepik

Arrancar el motor durante la carga

Dejar el motor encendido mientras se carga gasolina es un error común que puede terminar muy mal. Los manuales y expertos siempre recomiendan apagar el auto, ya que la fricción de componentes eléctricos o un simple chispazo bastan para provocar un accidente mayor, sobre todo en ambientes cargados de vapores inflamables.

También existe el riesgo de que el sistema electrónico del vehículo sufra fallos durante esta operación, provocando que los sensores no detecten correctamente la entrada de combustible y generando errores en la lectura del medidor de tanque o alertas innecesarias en el tablero.

Seleccionar mal el octanaje

Usar un nivel inapropiado de octanaje, por debajo del recomendado por el fabricante, afecta la combustión y el rendimiento del motor. La gasolina con menos octanos del requerido facilita el autoencendido o la detonación incontrolada, un fenómeno que produce desgaste acelerado en piezas claves como válvulas y pistones.

Con el tiempo, el motor puede perder fuerza, gastar más combustible y terminar requiriendo reparaciones costosas. El gasto invisible, aunque no surge de inmediato, se siente en el rendimiento diario y en las visitas frecuentes al taller.

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No asegurar la tapa

Cerrar de manera incorrecta la tapa del tanque causa evaporación de combustible, favorece la entrada de polvo y humedad y puede activar alertas de fallo en el tablero. Muchos autos actuales detectan sellos defectuosos y muestran luces de advertencia que preocupan al conductor y, a veces, obligan a llevar el vehículo a revisión solo para reestablecer el sistema.

El sellado defectuoso no solo facilita la pérdida de litros por evaporación, sino que expone al tanque a contaminantes que alteran la calidad del carburante y terminan dañando filtros e inyectores. Todo esto afecta el rendimiento del motor y, por supuesto, genera gastos adicionales.

Cuidar los hábitos hace toda la diferencia

Cargar gasolina puede parecer una acción rutinaria, pero pequeños detalles como evitar sobrellenar, usar el octanaje correcto y asegurarse de sellar bien el tanque hacen una gran diferencia. A la larga, estar atento en cada repostaje ayuda a evitar gastos innecesarios y mantiene el vehículo funcionando en óptimas condiciones, beneficiando tanto al conductor como al entorno que lo rodea. Prestando atención en cada abastecimiento, se mejora el ahorro y se refuerza la vida útil del auto.

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