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Estudio asegura que el ayuno intermitente podría tener un impacto sobre el funcionamiento de las hormonas femeninas

Esta es una práctica muy utilizada, pues según mucho testimonios de quienes la han probado, resulta eficaz

El ayuno intermitente significa que tenemos prohibido comer durante un período cada día o semana. Generalmente consiste en una estrategia de regulación de los horarios de ingesta de comida y ayuno, tiene diferentes modalidades y cada una depende de qué tanto se ajusta a nuestro estilo de vida y de la forma en la que se adapta nuestro cuerpo.

¿Puede el ayuno intermitente no ser tan bueno como parece?

Según un estudio reciente publicado en la revista Obesity, la calidad de la dieta puede tener serios efectos secundarios en el organismo, ya que se corre el riesgo de reducir la producción de hormonas relacionadas con la fertilidad en las mujeres.

Para llevar a cabo su investigación, los especialistas utilizaron un panel de mujeres que padecían altos índices de obesidad, algunas de las cuales también eran menopáusicas. Estas voluntarias tuvieron la tarea de seguir un ayuno intermitente llamado «dieta del guerrero» durante un periodo de 8 semanas.

La ventana de alimentación de este sistema se limita a entre 4 y 6 horas al día durante las cuales es posible comer sin tener en cuenta el número de calorías ingeridas. Una vez superado este periodo, el siguiente paso es pasar a la «juventud del agua», es decir, beber solo agua durante el día.

A lo largo del estudio, los especialistas se encargaron de medir las diferencias de los niveles hormonales tomando muestras de sangre y las compararon con un grupo de control, el cual no siguió ninguna dieta. Durante las pruebas, los especialistas observaron un descenso del 14 % en la dehidroepiandrosterona (o DHEA) en las personas que siguieron la dieta intermitente. Esta es una hormona que ha sido prescrita por las clínicas de fertilidad, especialmente para las mujeres que sufren de insuficiencia ovárica.

Una vez en la báscula, las mujeres que siguieron la dieta pudieron notar una clara pérdida de peso de entre el 3 % y el 4 % en comparación con el peso al inicio del estudio. En el grupo de control, los voluntarios no perdieron prácticamente nada de peso en todo el periodo evaluativo.

La profesora de nutrición Krista Varady en un comunicado explica: «El descenso de los niveles de DHEA en las mujeres que son posmenopáusicas podría ser preocupante, ya que la menopausia de por sí ya provoca un descenso drástico en los niveles de estrógenos y la DHEA es un componente principal de estos mismos síntomas.

Sin embargo, una encuesta posterior realizada a los participantes no informó de la presencia de algún efecto secundario negativo asociado a la disminución de estrógenos una vez que ha pasado la menopausia, como la disfunción sexual o los cambios en la piel».

Pues bien, esto nos permite comprender como la forma en la que nos alimentamos juega un papel fundamental y determinante en la forma que nuestro cuerpo se comporta en su día a día, por lo tanto, lo más importante a tener en cuenta al momento de poner en marcha este tipo de sistemas rigurosos es acudir primeramente con un experto en salud para que este nos remita con una persona que se especialice en nutrición, con el fin de que pueda ayudarnos a determinar cuál es el mejor método de alimentación para nuestro ritmo diario y estado de salud actual.

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Dany Levito