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Salud

Formas naturales de revertir la resistencia a la insulina

El aumento de la resistencia a la insulina es un problema de salud que puede conducir al desarrollo de enfermedades como la diabetes tipo 2. Afortunadamente, existen muchas formas naturales de aumentarla y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas.

Prioriza un sueño de calidad

La falta de sueño puede aumentar el riesgo de infecciones, enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2. Además, diversos estudios han demostrado que el sueño deficiente está asociado con una reducción en la sensibilidad a la insulina.

Un estudio realizado en voluntarios sanos reveló que dormir solo 4 horas en una noche disminuyó la sensibilidad a la insulina y la capacidad para regular los niveles de azúcar en la sangre en comparación con una noche de sueño de 8 horas y media. Sin embargo, se ha demostrado que recuperar el sueño perdido puede revertir los efectos negativos del sueño deficiente en la resistencia a la insulina.

Para mejorar la calidad de tu sueño, asegúrate de seguir una rutina de sueño, crea un ambiente propicio para el descanso en tu habitación y evita el consumo de estimulantes como la cafeína antes de acostarte.

Incorpora ejercicio regular en tu rutina

El ejercicio regular es una de las mejores formas de aumentar la sensibilidad a la insulina. Tanto el ejercicio aeróbico como el entrenamiento de resistencia han demostrado ser eficaces para mejorar la sensibilidad a la insulina.

Estudios han demostrado que el ejercicio aeróbico, como caminar, correr o montar en bicicleta, puede aumentar la sensibilidad a la insulina hasta por 48 horas después de realizar la actividad. Además, el entrenamiento de resistencia ha demostrado aumentar la sensibilidad a la insulina tanto en hombres como en mujeres, independientemente de si tienen o no diabetes.

Combinar ejercicios aeróbicos y de resistencia en tu rutina de entrenamiento puede ser especialmente beneficioso para aumentar la sensibilidad a la insulina. Recuerda consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de ejercicio para asegurarte de que sea adecuado para ti.

Reduce el estrés

El estrés crónico puede afectar la capacidad del cuerpo para regular los niveles de azúcar en la sangre y aumentar la resistencia a la insulina. Igualmente, activa la producción de hormonas del estrés, como el cortisol y el glucagón, que pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre.

Estas hormonas también pueden hacer que el cuerpo sea menos sensible a la insulina, lo que dificulta la regulación de los nutrientes y aumenta los niveles de azúcar en la sangre. Numerosos estudios han demostrado que niveles elevados de hormonas del estrés reducen la sensibilidad a la insulina.

Para reducir el estrés, puedes probar técnicas de relajación como la meditación, el ejercicio físico regular y asegurarte de tener un sueño adecuado. Estas estrategias pueden ayudar a reducir los niveles de hormonas del estrés y mejorar la sensibilidad a la insulina.

Mantén un peso saludable

El sobrepeso, especialmente en la zona abdominal, puede reducir la sensibilidad a la insulina y aumentar el riesgo de diabetes tipo 2.

La grasa abdominal puede producir hormonas que promueven la resistencia a la insulina en los músculos y el hígado. Afortunadamente, perder peso de manera saludable puede ayudar a reducir la grasa abdominal y aumentar la sensibilidad a la insulina. Además, puede disminuir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 si tienes prediabetes.

Un estudio realizado en la Universidad Johns Hopkins encontró que las personas con prediabetes que perdieron entre un 5 y un 7% de su peso total en un período de 6 meses redujeron su riesgo de diabetes tipo 2 en un 54% durante los siguientes 3 años.

Para perder peso de manera saludable, puedes seguir una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y hacer cambios en tu estilo de vida. Recuerda que es importante buscar el asesoramiento de un profesional de la salud antes de comenzar cualquier programa de pérdida de peso.

Aumenta tu consumo de fibra soluble

La fibra se puede dividir en dos categorías principales: soluble e insoluble. La fibra insoluble actúa principalmente como un agente voluminoso que ayuda al movimiento de las heces a través del intestino. Por otro lado, la fibra soluble es responsable de muchos beneficios asociados a la fibra, como la reducción del colesterol y el apetito.

Varios estudios han encontrado una relación entre un consumo elevado de fibra soluble y una mayor sensibilidad a la insulina. Por ejemplo, un estudio realizado en 264 mujeres reveló que aquellas que consumían más fibra soluble tenían niveles significativamente más bajos de resistencia a la insulina.

La fibra soluble también ayuda a alimentar las bacterias beneficiosas en el intestino, que se han relacionado con una mejor sensibilidad a la insulina. Los alimentos ricos en fibra soluble incluyen legumbres, avena, semillas de lino, coles de Bruselas y frutas como las naranjas.

Incluye frutas y verduras en tu alimentación

Las frutas y verduras no solo son nutritivas, sino que también tienen poderosos efectos beneficiosos para la salud. En particular, son ricas en compuestos vegetales que tienen propiedades antioxidantes.

Los antioxidantes se unen a las moléculas llamadas radicales libres y los neutralizan, lo que puede evitar la inflamación dañina en todo el cuerpo. Al incluir frutas en tu alimentación, asegúrate de respetar el tamaño de las porciones y limita tu consumo a una pieza por sesión y no más de 2 porciones al día. Recuerda que algunas frutas son ricas en azúcar, por lo que es importante controlar su consumo.

Limita el consumo de azúcares añadidos

Existe una gran diferencia entre los azúcares naturales y los azúcares añadidos. Los primeros se encuentran en fuentes como las plantas y las verduras, que también proporcionan muchos otros nutrientes. Por otro lado, los azúcares añadidos se encuentran en alimentos más procesados.

Varios estudios han demostrado que un consumo elevado de fructosa, que se encuentra en los azúcares añadidos, puede aumentar la resistencia a la insulina en personas con diabetes. Los efectos de la fructosa en la resistencia a la insulina también parecen afectar a las personas que no tienen diabetes.

Reduce la ingesta de carbohidratos

Los carbohidratos son el principal estimulante de la producción de insulina en el cuerpo. Cuando el cuerpo descompone los carbohidratos en azúcar y los libera en la sangre, el páncreas libera insulina para transportar el azúcar de la sangre a las células.

Reducir el consumo de carbohidratos puede ayudar a aumentar la sensibilidad a la insulina. Las dietas ricas en carbohidratos tienden a provocar picos de azúcar en la sangre, lo que pone más presión en el páncreas para eliminar el azúcar de la sangre.

Distribuir uniformemente tu ingesta de carbohidratos a lo largo del día es otra forma de aumentar la sensibilidad a la insulina. Al comer porciones más pequeñas de carbohidratos de manera regular a lo largo del día, el cuerpo recibe menos azúcar en cada comida, lo que facilita el trabajo de la insulina.

El tipo de carbohidratos que elijas también es importante. Los carbohidratos de bajo índice glucémico (IG) son los mejores, ya que ralentizan la liberación de azúcar en la sangre, lo que le da a la insulina más tiempo para actuar eficazmente. Algunas fuentes de carbohidratos de bajo IG incluyen batatas, arroz integral, quinoa y ciertas variedades de avena.

Aumenta tu consumo de ácidos grasos omega-3

Los ácidos grasos omega-3 son grasas saludables que se encuentran en alimentos como el pescado graso, las semillas de lino y las nueces. Estos ácidos grasos han demostrado tener efectos beneficiosos en la sensibilidad a la insulina.

Un estudio realizado en personas con sobrepeso y obesidad encontró que la suplementación con ácidos grasos omega-3 durante 8 semanas mejoró significativamente la sensibilidad a la insulina. Otro estudio realizado en adultos mayores con diabetes tipo 2 encontró que la suplementación con ácidos grasos omega-3 mejoró la sensibilidad a la insulina y redujo los niveles de azúcar en la sangre.

Para aumentar tu consumo de ácidos grasos omega-3, puedes incluir alimentos como salmón, sardinas, semillas de lino y nueces en tu dieta. Si no consumes suficientes alimentos ricos en omega-3, puedes considerar la suplementación con aceite de pescado o aceite de linaza.

Añade especias a tus comidas

Algunas especias han demostrado tener efectos beneficiosos en la sensibilidad a la insulina. Por ejemplo, la canela se ha utilizado tradicionalmente para ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre y se ha demostrado que mejora la sensibilidad a la insulina.

Un estudio realizado en adultos con sobrepeso y obesidad encontró que la suplementación con canela mejoró significativamente la sensibilidad a la insulina y redujo los niveles de azúcar en la sangre. Otras especias como el jengibre y la cúrcuma también han demostrado tener efectos beneficiosos en la sensibilidad a la insulina.

Puedes agregar estas especias a tus comidas para aprovechar sus beneficios para la salud. Por ejemplo, puedes espolvorear canela en tu avena o agregar jengibre rallado a tus batidos.

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Veronica Pereira