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Salud

La tensión arterial no debe superar este valor a los 70 años: aumenta el riesgo de ACV

Mantener la tensión arterial en valores saludables en adultos de 70 años es importante para evitar complicaciones graves de salud. La presión alta no solo afecta el corazón, también aumenta de forma considerable el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). Con la edad, el organismo cambia y el control debe ser más riguroso, ya que los daños pueden ser irreversibles y la recuperación, si hay un evento vascular, es más lenta y compleja. Detectar y tratar a tiempo la hipertensión puede cambiar la calidad y la expectativa de vida en la tercera edad.

Niveles recomendados de tensión arterial en personas de 70 años

Para quienes tienen 70 o más años, los especialistas sugieren mantener la presión sistólica por debajo de 140 mmHg y la diastólica debajo de 90 mmHg. Son los valores que reducen la probabilidad de daños a órganos y de episodios graves como el ACV. Sin embargo, en adultos mayores de 80 años, se toleran cifras levemente superiores, aunque siempre conviene ajustarlas a la salud general y la presencia de otras enfermedades. Superar los 150/90 mmHg se asocia a un crecimiento importante del riesgo vascular. El envejecimiento hace que la presión tienda a subir, sobre todo el valor sistólico, por los cambios en las arterias. Por eso, la vigilancia debe ser más frecuente en este grupo.

Cómo cambia la tensión arterial con la edad y sus causas

Envejecer implica transformaciones en los vasos sanguíneos. Con los años, las arterias pierden elasticidad y se vuelven más rígidas, lo que eleva la presión sistólica y dificulta al cuerpo adaptarse a subidas repentinas. Este fenómeno es la hipertensión sistólica aislada, muy habitual después de los 70. Factores como el sedentarismo, una dieta alta en sal, obesidad, antecedentes familiares y enfermedades como diabetes o insuficiencia renal contribuyen al ascenso del riesgo. La acumulación de lípidos, la inflamación crónica y la falta de ejercicio agravan la situación. Por ello, los límites deben ajustarse con el paso del tiempo, pero sin perder de vista que cuanto más baja esté la presión dentro del rango seguro, mayor protección habrá contra el ACV.

Riesgos de exceder los niveles máximos recomendados

Cuando la presión arterial en personas de 70 años o más supera los 140/90 mmHg de forma persistente, el riesgo de sufrir complicaciones orgánicas y eventos vasculares se multiplica. El accidente cerebrovascular es uno de los peligros más graves y frecuentes: el exceso de presión puede provocar la rotura o el bloqueo de arterias cerebrales, con secuelas neurológicas severas o muerte. La evidencia científica demuestra que la hipertensión en esta edad también multiplica el riesgo de infarto, insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal y daño a la retina. Muchas veces, la hipertensión es silenciosa: no causa síntomas hasta que aparece la complicación, lo que la convierte en un enemigo invisible pero altamente peligroso.

Foto Freepik

Estrategias efectivas para controlar la tensión arterial y prevenir el ACV en mayores de 70 años

Controlar la presión implica un enfoque integral que combine medición frecuente, tratamiento médico y cambios sólidos en los hábitos diarios. No hay una única fórmula válida, pero el compromiso del paciente y la guía profesional son la base para evitar episodios de ACV y proteger la autonomía en la vejez. Tomar decisiones informadas transforma el riesgo en oportunidad de salud.

Importancia de la monitorización frecuente de la presión arterial

Medirse la tensión con frecuencia, tanto en casa como en la consulta médica, ayuda a detectar a tiempo cualquier desviación. El uso de tensiómetros digitales validados es recomendable; la medición debe realizarse en ayunas, sentado, reposando cinco minutos y apoyando el brazo a la altura del corazón. Anotar los resultados y compartirlos con el médico facilita el ajuste del tratamiento y alerta sobre cambios que podrían pasar desapercibidos. La monitorización frecuente permite diferenciar subidas puntuales de alteraciones crónicas y ayuda a prevenir caídas de la tensión propias de medicamentos mal ajustados.

Modificación del estilo de vida y adherencia al tratamiento

Adoptar nuevos hábitos es eficaz para reducir la presión arterial. Una alimentación saludable, baja en sal, rica en frutas, verduras y fibra, junto con el control del peso, aporta beneficios rápidos y sostenibles. La práctica de ejercicio regular ayuda a mantener la salud vascular, siempre que sea apropiada para la condición física de cada persona. El manejo del estrés, evitar el tabaquismo y limitar el consumo de alcohol disminuyen la carga sobre el sistema cardiovascular. Cumplir con la prescripción médica sin saltarse tomas ni modificar dosis por cuenta propia es clave para que el tratamiento sea efectivo. Los cambios en el estilo de vida, sumados a la constancia en la medicación cuando es necesaria, son los pilares para reducir el riesgo de accidente cerebrovascular en mayores de 70 años.

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