Las 10 posturas sexuales que vuelven locas a la mayoría de las mujeres y hacen que una noche normal se convierta en inolvidable

Hoy veremos diez posturas sexuales para mujeres que muchas adoran y que pueden transformar una situación cotidiana en una noche inolvidable. El enfoque se centra en el placer femenino, en la estimulación del clítoris y del punto G, y en posturas donde ella se siente protagonista. Siempre desde una base clara: cada mujer es diferente, nada funciona igual para todas, y solo la comunicación, el respeto y el consentimiento convierten el sexo en un espacio seguro y excitante.
Claves antes de probar las 10 posturas sexuales que vuelven locas a muchas mujeres
Antes de cambiar de postura, conviene prestar atención a los preliminares, a la lubricación natural o con ayuda, a un inicio con ritmo suave y a la confianza. El cuerpo de la mujer responde mejor cuando se siente segura, escuchada y deseada, y las posturas que se describen a continuación resultan mucho más placenteras cuando el clítoris, el punto G y su sensación de control están en el centro del juego.
Posturas sexuales que dan más control y placer a la mayoría de las mujeres
Cuando ella toma el control de la situación, muchas mujeres relatan que el orgasmo llega antes y con más intensidad. La clásica postura tipo amazona, con la mujer arriba sobre la pelvis de su pareja, permite que marque el movimiento, la profundidad y la velocidad. El pene entra en un ángulo que roza la pared frontal de la vagina, donde se encuentra el punto G, y a la vez su pubis puede presionar el clítoris. Esta combinación de roce interno y externo hace que una relación que podría ser “normal” se convierta en una experiencia muy intensa y llena de matices.
Algo parecido ocurre con las variantes en las que ambos están sentados. Una postura estilo Flor de Loto, con la pareja sentada y ella colocada encima, pecho con pecho y cuerpos abrazados, suma placer físico y conexión emocional. En este tipo de sexo cara a cara, la penetración suele ser más suave, pero el clítoris puede rozar el abdomen de la pareja o recibir caricias de la mano. Además, la respiración acompasada, los besos lentos y los abrazos largos hacen que la escena se sienta muy romántica y a la vez intensa.
Otra variante muy apreciada es similar a la conocida postura 5G, con la mujer sentada o semisentada encima, manteniendo el contacto visual y apoyando los pies en el colchón o en el suelo para tener más fuerza en la cadera. Este tipo de configuración favorece un control del ritmo casi total por parte de ella, y deja las manos libres para estimular el clítoris o acariciar el cuerpo de su pareja. Muchas mujeres describen estas posiciones como una forma de sentirse dueñas de su excitación, con más facilidad para llegar al orgasmo y con una conexión emocional muy intensa.
Mujer arriba: la postura que muchas eligen para llegar al orgasmo
En la postura tipo Amazona, la mujer arriba se sienta sobre la pelvis de su pareja, con las rodillas a los lados y la espalda recta o ligeramente inclinada. Desde ahí puede moverse hacia adelante y hacia atrás o en círculos, ajustando el ángulo de penetración para que el pene estimule mejor el punto G. Si se inclina un poco hacia adelante o coloca una mano sobre el pubis, también puede presionar el clítoris y aumentar la sensación de llenado interno. Esta configuración favorece una penetración más placentera, ya que ella dirige cada movimiento, lo que refuerza su sensación de poder, seguridad y control del ritmo.

Posturas cara a cara para una noche íntima y muy sensual
Las posturas cara a cara, como la Flor de Loto o las variantes sentados frente a frente, crean una atmósfera de intimidad difícil de igualar. Con ambos cuerpos pegados, el pene entra con suavidad y el ángulo puede ajustarse fácilmente moviendo la cadera, lo que ayuda a encontrar el punto en el que el punto G responde mejor. El contacto visual constante, los besos, las manos en la espalda o en los glúteos y la posibilidad de que ella estimule el clítoris con una mano hacen que este sexo cara a cara refuerce la conexión emocional y convierta la habitación en un espacio muy romántico y sensual.
Posturas cómodas y profundas que muchas mujeres disfrutan en la cama
No todo se reduce a estar encima. Muchas mujeres disfrutan más cuando el cuerpo descansa sobre el colchón y la postura es cómoda, pero al mismo tiempo permite una penetración profunda y contacto cercano. La cucharita, el misionero con variaciones como la alineación coital o el misionero al borde de la cama, y las posiciones con las piernas al hombro combinan comodidad, ternura y un fuerte impacto en el placer femenino. En la alineación coital, por ejemplo, el cuerpo de la pareja se desliza ligeramente hacia arriba para que el pubis presione el clítoris mientras penetra, lo que aumenta la posibilidad de orgasmos combinados. En las variantes donde ella está cerca del borde de la cama con las piernas elevadas, el ángulo de entrada hace que el pene llegue más al fondo y estimule el punto G, mientras una mano libre puede concentrarse en el clítoris. Son posturas cómodas que permiten besos, caricias, risas y contacto piel con piel, al mismo tiempo que ofrecen un estímulo intenso y muy placentero.
Cucharita y variaciones íntimas para sentir seguridad y placer
La postura de cucharita suele ser una de las más queridas porque combina suavidad, cercanía y un fuerte componente emocional. Ambos se tumban de lado, ella delante y la pareja detrás, abrazando su cuerpo, apoyando la cara en su cuello o entre sus hombros. Esta posición permite una penetración lenta y profunda, mientras una mano puede deslizarse hacia el clítoris y estimularlo con caricias suaves, lo que facilita el orgasmo femenino. El contacto piel con piel, los susurros al oído y la sensación de estar recogida y protegida crean un clima perfecto para una noche tranquila pero muy erótica.
Posturas con penetración profunda que enloquecen el punto G
Cuando ella se coloca al borde de la cama, con las piernas elevadas o apoyadas sobre los hombros de su pareja, la penetración profunda se vuelve protagonista. El pene entra en un ángulo que suele impactar de lleno en el punto G, produciendo sensaciones intensas que muchas mujeres describen como olas de placer. Estas posturas intensas requieren buena comunicación en la cama, avisar si algo molesta, ajustar la profundidad y no olvidar la lubricación si hace falta. Si se combina esta profundidad con caricias en el clítoris, el resultado puede ser un orgasmo muy potente y una auténtica noche inolvidable.
Cómo hablar de estas posturas con ella sin cortar el deseo
Para que estas diez posturas que muchas mujeres adoran funcionen de verdad, la pareja necesita una comunicación en la cama clara y cariñosa. Hablar de sexo no tiene por qué matar el deseo, al contrario, puede encenderlo si se hace con respeto, sin presión y sin bromas que incomoden. Preguntar qué prefiere, si quiere algo más suave o más intenso, si le apetece probar una nueva postura o seguir con la que ya disfruta, crea un espacio de confianza sexual. Frases sencillas, susurros y comentarios positivos ayudan a reforzar el consentimiento y hacen que ambos se sientan libres para explorar. De esta manera, la pareja convierte estas ideas en un juego compartido y abre la puerta a más creatividad, más placer y más noches que se recuerdan con una sonrisa.
El verdadero secreto no está solo en las posturas, sino en cómo se usan, en la atención a los gestos de ella, en la paciencia, el cariño y la curiosidad compartida. Cuando la pareja se toma el tiempo de escuchar su cuerpo, de dar espacio al placer femenino y de probar sin miedo ni juicios, cada encuentro se transforma en una experiencia única. Estas posturas pueden servir como mapa, pero lo que de verdad crea más complicidad en la pareja es la forma en que se miran, se tocan y se eligen una y otra vez en la intimidad.
