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Estilo de vida

Las 12 frases más tóxicas que los padres les dicen a sus hijos sin saberlo

Cuando se trata de la crianza de los hijos, es importante tener en cuenta el poder de nuestras palabras, porque algunas frases pueden tener un impacto mucho más fuerte y duradero de lo que podríamos pensar. A veces, sin siquiera ser conscientes de ello, los padres pueden decir cosas que fomentan pensamientos y creencias tóxicas en sus hijos.

«Eres gordo, flaco o feo»

Las frases relacionadas con la apariencia física, como decirle a un niño que es demasiado gordo, flaco o feo, pueden ser increíblemente tóxicas. Estos comentarios atacan la autoestima del niño y pueden llevarlo a desarrollar trastornos de la imagen corporal o de la alimentación más adelante en la vida, como la anorexia o la bulimia. Es importante recordar que los niños deben ser valorados por su carácter y no por su apariencia física.

«No vales nada»

Los niños no solo necesitan seguridad y alimentación para desarrollarse de manera saludable, también necesitan sentirse valorados. Decirle a un niño que no vale nada es extremadamente negativo y perjudicial, y esto puede afectarlo durante toda su vida y llevarlo a sentir una constante depresión y fracaso. Es esencial que los padres fomenten una autoestima saludable en sus hijos, reconociendo sus logros y brindándoles amor incondicional.

«Eres tonto»

Es natural que los niños sepan menos que sus padres, pero decirles que son estúpidos es muy injusto. Esto no los alienta a desarrollar su inteligencia, sino que los lleva a tener una visión negativa de sí mismos. En lugar de criticar sus habilidades, los padres deben fomentar un ambiente de aprendizaje positivo y alentar a sus hijos a desarrollar todo su potencial.

«No te queríamos»

Decirle a un niño que no fue deseado le priva de la seguridad en la vida y puede llevarlo a sentirse inútil y deprimido a lo largo de su vida. Los padres deben recordar que sus palabras tienen un impacto duradero en la autoestima y el bienestar emocional de sus hijos.

«Si me quisieras, harías…»

Manipular a los niños utilizando el argumento del amor (o su ausencia) es realmente tóxico. Esto les enseña que el amor está condicionado a ciertas acciones, especialmente las de sus padres, y que sus propios sentimientos no son importantes. Los padres deben fomentar un amor incondicional hacia sus hijos y brindarles un espacio seguro para expresar sus emociones y necesidades.

«¿Por qué no eres más como…?»

Compararse con otros es extremadamente perjudicial y puede llevar a los niños a tener una baja autoestima. Cuando los padres les piden que se comporten como alguien más, esto los lleva a creer que no son lo suficientemente buenos o importantes. Se sienten inferiores y decepcionados, a veces durante toda su vida. En lugar de hacer comparaciones, los padres deben reforzar las cualidades únicas de sus hijos y alentar su desarrollo individual.

«Me decepcionas»

Decirle a un niño que es una decepción es decirle que no es lo suficientemente bueno para merecer el amor, el cariño y el respeto de sus padres. Esta es realmente una de las peores frases que se le puede decir a alguien que está tratando de encontrar su camino en la vida a una edad temprana. Los padres deben apoyar a sus hijos, incluso en los momentos difíciles, y ayudarlos a aprender de sus errores en lugar de desanimarlos con palabras hirientes.

«Abandoné mis sueños por ti»

El niño no tiene las herramientas necesarias para comprender lo que esto significa, y todo lo que siente es culpabilidad y confusión. Los padres deben asumir la responsabilidad de sus propias decisiones y no cargar a sus hijos con sentimientos de culpa.

«Hubiera preferido que no hubieras nacido»

Esta es otra frase que expresa el rechazo parental de manera violenta. Transfiere toda la responsabilidad de las decisiones de los padres al niño, sintiéndose que es completamente inútil y sufre de una baja confianza y autoestima.

«¿Por qué no haces algo en lo que realmente puedas tener éxito?»

Además de ser extremadamente desvalorizante, esta pregunta puede ser un duro golpe para los niños, especialmente si están enfrentando un desafío, embarcándose en una nueva aventura o tratando de alcanzar ciertos objetivos. Si bien los padres pueden pensar que están siendo compasivos y protegiendo a sus hijos, en realidad están demostrando duda en las capacidades de sus hijos. Es importante que los padres animen y apoyen a sus hijos en sus metas, incluso si implican cierto grado de dificultad.

«¿Por qué no te pareces más a mí?»

Esta pregunta podría formularse de la siguiente manera: «No eres tan bueno como yo» y puede ser un indicio de un padre narcisista. En cualquier caso, estas palabras son especialmente hirientes y perjudiciales para un niño. Sugieren que es una decepción y que es mucho menos competente, inteligente, astuto o talentoso que el padre en cuestión.

«Nunca te he amado»

Esta es la peor frase que se puede decir a un niño. Es típica de padres muy manipuladores y puede tener un impacto considerable en la autoestima del niño. También afecta su capacidad para establecer relaciones saludables con las personas, ya que constantemente creen que no son amados o apreciados. Es fundamental que los padres brinden amor incondicional a sus hijos y refuercen constantemente su valor y dignidad como personas.

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Veronica Pereira