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Tecnología

Las 5 cosas que jamás debes decirle a ChatGPT

En la actualidad, la inteligencia artificial facilita muchas tareas diarias. ChatGPT responde dudas, ayuda a redactar documentos e incluso colabora en análisis de datos. Sin embargo, compartir ciertos datos con estas plataformas puede abrir la puerta a riesgos importantes para la privacidad personal y profesional. Entender los peligros de confiar información sensible a un chatbot ayuda a protegerse frente a fraudes, suplantación de identidad y filtraciones. Mantener la alerta sobre lo que se comparte evita problemas legales y personales, sobre todo considerando que, pese a los sistemas de seguridad, nada garantiza la confidencialidad absoluta.

Por qué los datos sensibles no deben compartirse con ChatGPT

ChatGPT procesa las conversaciones para ofrecer respuestas cada vez más precisas. Aunque existen políticas y herramientas que regulan el uso de la información, siempre queda la posibilidad de almacenamiento temporal o mal manejo de datos confidenciales. La IA necesita analizar los textos, y algunas plataformas incluso utilizan fragmentos de conversaciones para mejorar sus algoritmos. Han existido incidentes donde bases de datos inseguras e incluso errores en el software han permitido filtraciones accidentales.

Por si fuera poco, la falta de regulación clara sobre la privacidad y el auge de engaños en la red exponen a los usuarios a nuevos riesgos. Quien accede a una conversación ajena puede encontrar datos personales, resultados médicos, detalles financieros o información sobre proyectos de empresa, lo que resulta un blanco fácil para robos o fraudes si no se toman precauciones. Si la responsabilidad de proteger estos secretos recae sobre el usuario, la mejor defensa sigue siendo la precaución y la discreción.

Cinco tipos de información que nunca se deben compartir

Existen ciertos grupos de información que siempre deben mantenerse en reserva al utilizar ChatGPT. Entre ellos destacan los datos personales y de identidad, como nombres completos, direcciones, números de identificación o fechas de nacimiento; ya que pueden ser empleados para cometer suplantación o fraudes. Ingresar credenciales y contraseñas en una conversación es una de las prácticas más peligrosas, aún cuando se trate de ejemplos inocentes o pruebas. Si estos detalles caen en manos equivocadas, se corre el riesgo de perder el control de cuentas, sufrir robos o facilitar ataques.

La información financiera, por mínima que sea, nunca debe incluirse en un intercambio con la IA. Esto abarca desde números de tarjetas o cuentas bancarias hasta detalles sobre inversiones y transferencias. Los ladrones digitales suelen buscar datos así para vaciar cuentas o manipular servicios de pago. Con respecto a datos médicos y de salud, compartir resultados de exámenes, diagnósticos o antecedentes médicos puede terminar en fraudes, discriminación o filtraciones hacia compañías aseguradoras o terceros sin autorización.

Por último, la información empresarial y confidencial dentro de empresas debe mantenerse fuera de cualquier chatbot. Desde estrategias hasta códigos internos, secretos de productos o planes comerciales, su exposición puede provocar pérdidas económicas y dañar la reputación profesional.

Datos personales y de identidad

Este grupo incluye todo aquello que identifica a la persona: nombres y apellidos, dirección residencial, teléfonos, correos, y números oficiales como DNI, pasaporte o RUT. Publicar estos datos, incluso en contextos aparentes de confianza, permite que terceros cometan suplantación. Casos recientes muestran cómo estafadores, tras obtener solo un par de referencias, logran acceder a cuentas o solicitar préstamos en nombre del usuario. Proteger este tipo de información también reduce la probabilidad de campañas de phishing o amenazas personalizadas.

Foto Freepik

Credenciales y contraseñas

Nunca se debe ingresar una contraseña, clave de acceso, nombre de usuario o PIN en una conversación con ChatGPT, ya sea por error o en ejemplos. Un simple descuido puede permitir que personas externas accedan a cuentas bancarias, redes sociales o plataformas laborales. Inclusive el uso de contraseñas en textos de prueba representa un riesgo, porque la información podría permanecer registrada de forma momentánea y terminar comprometida. Se han documentado compras en línea y trámites realizados con credenciales compartidas de modo accidental, causando pérdidas de dinero y acceso a información clave.

Información financiera

Los datos bancarios y de tarjetas, como números completos, códigos de seguridad (CVV), saldos o detalles de transferencias, no tienen cabida en ninguna plataforma de IA. La delincuencia digital suele utilizar técnicas avanzadas para rastrear conversaciones vulnerables y aprovechar cualquier filtración. Incluso agregar detalles parciales incrementa el peligro, ya que pueden cruzarse con otros datos online y convertirse en pie para fraudes complejos o robos de identidad financiera. Cuidar la privacidad financiera brinda un escudo ante estafas y bloqueos inesperados en cuentas bancarias.

Datos médicos y de salud

Subir resultados de exámenes, diagnósticos de laboratorio, medicamentos o antecedentes médicos es igual de riesgoso. Esta información puede ser utilizada sin permiso, generando discriminación laboral, manipulación de pólizas médicas o dificultando el acceso a empleos y seguros. Ya se han dado casos en los que datos filtrados terminan en bases de datos externas o son vendidos a terceros, con consecuencias graves tanto para la persona como para su entorno.

Información empresarial y confidencial

Las empresas, sin importar su tamaño, deben proteger datos como estrategias de mercado, códigos fuente, cifras de ventas, listas de clientes y cualquier secreto interno. Basta que un fragmento de conversación con la IA incluya detalles exclusivos para que se conviertan en potencial filtración. La competencia o delincuentes pueden aprovechar estos descuidos, llevando a pérdidas económicas, robo de ideas y problemas legales. Adoptar protocolos estrictos de seguridad interna y limitar el acceso a chatbots para temas confidenciales señala la diferencia entre un error menor y una crisis empresarial.

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