Las infecciones sexuales más peligrosas y cómo protegerte

En los últimos años, los casos de infecciones de transmisión sexual han aumentado con fuerza en España y en muchos otros países, sobre todo entre menores de veinticinco años y en mujeres jóvenes. Los informes de salud pública muestran decenas de miles de diagnósticos nuevos cada año, con incrementos muy marcados en clamidia y gonorrea. Una ITS es una infección que se transmite por relaciones sexuales o por contacto íntimo con fluidos y mucosas, y muchas no dan síntomas al principio. Conocer cuáles son las infecciones sexuales más peligrosas ayuda a la persona lectora a cuidar su salud y a tomar decisiones más seguras.
Qué son las infecciones sexuales peligrosas y por qué preocupan tanto
Las ITS son infecciones que se transmiten por sexo vaginal, anal u oral, o por contactos muy cercanos de piel y mucosas. Algunas, como la candidiasis vaginal o la vaginosis bacteriana, producen molestias intensas pero se tratan con relativa facilidad. Otras, en cambio, se consideran más peligrosas porque pueden dañar de forma duradera órganos como el útero, las trompas, los testículos, el corazón o el cerebro, favorecer ciertos cánceres o incluso poner en riesgo la vida si no se tratan. El gran problema es que muchas avanzan en silencio y se contagian sin que la persona lo sospeche.
Las infecciones sexuales más peligrosas hoy: síntomas y riesgos
Los organismos internacionales de salud y los centros de vigilancia en Europa señalan varios grupos de ITS que concentran la mayor parte de los casos graves y de las complicaciones a largo plazo.
VIH y sida: cómo afecta al sistema inmunitario
El VIH es un virus que ataca las defensas del cuerpo. Al principio puede parecer una gripe fuerte o pasar casi desapercibido, pero con el tiempo va debilitando el sistema inmunitario. Sin tratamiento, la infección puede avanzar hasta el sida, etapa en la que aparecen infecciones frecuentes, pérdida de peso, cansancio intenso y algunos tumores. Hoy existen tratamientos muy eficaces que permiten llevar una vida larga y activa si el diagnóstico es temprano, aunque seguir sin saber que se tiene VIH implica un riesgo alto de contagiar a otras personas.
Clamidia y gonorrea: infecciones silenciosas que dañan la fertilidad
La clamidia y la gonorrea son infecciones por bacterias que afectan sobre todo a personas jóvenes sexualmente activas. En muchos casos apenas dan síntomas, o solo provocan molestias leves al orinar, escozor genital, flujo vaginal diferente o secreción uretral. Cuando no se tratan, pueden causar enfermedad inflamatoria pélvica, dolor pélvico crónico y problemas de fertilidad tanto en mujeres como en hombres. Se tratan con antibióticos, aunque la gonorrea muestra cada vez más resistencia a algunos medicamentos, por lo que resulta clave un diagnóstico rápido y un control adecuado.

Sífilis: de una pequeña úlcera a problemas en corazón y cerebro
La sífilis suele empezar con una pequeña llaga indolora en los genitales, el ano o la boca. Esa úlcera desaparece sola, lo que da la falsa sensación de que todo ha pasado. Semanas después pueden aparecer manchas en la piel, fiebre suave, inflamación de ganglios o cansancio. Si no se trata, años más tarde puede afectar al corazón, al cerebro y a los nervios, con consecuencias muy graves. En el embarazo, la sífilis sin tratar puede transmitirse al bebé y causar daños importantes. La buena noticia es que, detectada a tiempo, se cura con antibióticos de forma sencilla.
VPH y herpes genital: infecciones que no se curan del todo
El virus del papiloma humano (VPH) es una de las ITS más frecuentes. La mayoría de las infecciones no da síntomas y desaparece sola, pero algunos tipos producen verrugas genitales y otros se asocian a cáncer de cuello uterino y a otros cánceres anogenitales. Existe una vacuna muy recomendable en adolescentes y jóvenes, que protege frente a los tipos de VPH de mayor riesgo. El herpes genital, por su parte, provoca ampollas dolorosas que se rompen y dejan llagas, con brotes que se repiten a lo largo de la vida. Ninguna de las dos infecciones se elimina por completo del organismo, aunque los tratamientos ayudan a reducir molestias y a disminuir el riesgo de contagio.
Cómo protegerte de las infecciones sexuales más peligrosas
La prevención no es perfecta, pero hay decisiones que marcan una gran diferencia en el día a día sexual y reducen de forma clara la probabilidad de contraer una ITS de riesgo.
Uso correcto del preservativo y métodos barrera
El preservativo, tanto externo como interno, es una de las herramientas más efectivas para reducir el riesgo de ITS, incluido el VIH. Es importante que se use desde el principio hasta el final de cada relación sexual, ya sea vaginal, anal u oral, y cambiarlo si se pasa de una práctica a otra. No debe reutilizarse y conviene revisar la fecha de caducidad y el estado del envase. En el sexo oral, las barreras bucales o un preservativo recortado también ayudan a reducir el contagio.
Pruebas, vacunas y comunicación con la pareja
Las pruebas de ITS periódicas son esenciales cuando se tienen parejas ocasionales o se ha tenido sexo sin protección, porque permiten detectar infecciones silenciosas como la clamidia o el VPH. La vacunación frente al VPH y a la hepatitis B, disponible en muchos casos dentro de los calendarios públicos, es una herramienta clave para prevenir infecciones graves y cánceres relacionados. Hablar de protección, pruebas y posibles síntomas con la pareja mejora la confianza y la salud de ambas partes, y en caso de diagnóstico resulta importante tratar también a la pareja sexual para cortar la cadena de contagios.
Conocer las ITS más peligrosas no significa vivir con miedo, sino ganar poder para tomar decisiones informadas que cuiden el placer y la salud sexual. La persona que tiene dudas puede acudir a su centro de salud o a profesionales en sexología para recibir información clara, hacerse pruebas cuando sea necesario y consultar cualquier síntoma o contacto de riesgo. Normalizar la conversación sobre sexualidad responsable es una de las mejores formas de frenar el avance de estas infecciones.
