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Estilo de vida

Los 7 idiomas más fáciles de aprender si hablas español

Aprender un idioma nuevo no tiene por qué ser una montaña interminable de libros y reglas. Para los hispanohablantes, algunas lenguas resultan mucho más sencillas gracias a raíces compartidas, estructuras parecidas y hasta palabras que suenan casi igual.

Factores que hacen un idioma fácil para los hispanohablantes

La facilidad para aprender un idioma depende en gran medida de las similitudes lingüísticas que comparte con el español. El español pertenece a la familia de las lenguas romances, derivadas del latín, lo que crea puentes naturales con idiomas como portugués, italiano, francés, catalán, gallego y rumano. Estos idiomas comparten estructuras gramaticales, un enfoque similar en la conjugación de verbos y una gran cantidad de vocabulario similar conocido como cognados. Por ejemplo, la palabra “nación” es nação en portugués, nazione en italiano y nation en francés.

Otro punto relevante es la estructura sintáctica parecida, como el orden sujeto-verbo-predicado y la presencia de géneros gramaticales. La pronunciación también juega un papel importante. Idiomas con sonidos cercanos al español permiten que la adaptación sea más intuitiva; sin embargo, algunos presentan retos, como los falsos amigos (palabras que se escriben igual pero significan cosas diferentes) o ciertos matices en la pronunciación. La exposición previa al idioma, la cultura compartida o la presencia en medios de comunicación también facilitan la comprensión.

Idiomas más fáciles de aprender para quienes hablan español

Portugués

El portugués es considerado la opción más accesible para los hablantes de español. Ambas lenguas muestran una alta similitud léxica y estructuras de oración casi idénticas. Es común entender frases completas desde el primer contacto, lo que reduce el tiempo de adaptación. Amigo, familia y importante suenan igual o casi igual en ambos idiomas.

La pronunciación del portugués, sobre todo en Brasil, requiere práctica debido a sonidos nasales, pero la base común facilita una transición mucho más rápida que con otros idiomas. Hay que estar atentos a los falsos amigos, palabras como embaraçada (que significa embarazada en español, pero avergonzada en portugués).

Italiano

El italiano comparte un 82% de similitud léxica con el español, por lo que leer textos básicos resulta sencillo incluso para quienes no lo han estudiado antes. El sistema de conjugación de verbos y la construcción de frases mantienen claras coincidencias.

La pronunciación fonética del italiano se aprende rápidamente, pues la mayoría de las letras suenan igual que en español. Algunas combinaciones como la “gli” pueden requerir práctica, pero no suelen dificultar la comprensión. Palabras como città, università y problema resultan familiares y reconocibles.

Catalán

El catalán es la lengua cooficial de Cataluña y otras regiones de España, así como del sur de Francia y el norte de Italia. Al igual que el español, proviene del latín y comparte gramática y vocabulario similares. Palabras como habitació (habitación) o estudiar mantienen el mismo significado.

La facilidad se multiplica si ya tienes nociones de francés o italiano, pero hay que prestar atención a la existencia de falsos amigos y algunas diferencias en la pronunciación de la “x” o la “ll”.

Gallego

El gallego, hablado principalmente en Galicia, se sitúa a medio camino entre el español y el portugués, ya que comparte origen latino con ambos. La estructura gramatical y la fonología son muy parecidas al español. Palabras como familia, amigo o corazón son prácticamente iguales.

La convivencia histórica y cultural entre Galicia y el resto de España facilita la exposición al idioma. Es común para los hispanohablantes comprender conversaciones básicas sin estudio formal.

Foto Freepik

Francés

Aunque su pronunciación tiene fama de difícil, el francés mantiene una estructura gramatical sencilla y mucho vocabulario de origen común con el español. Palabras como nation, important, élève (alumno) o musique son fácilmente identificables.

El reto principal para los hispanohablantes es adaptarse a los sonidos nasales y a las letras no pronunciadas, pero la gramática y la cantidad de cognados compensan este obstáculo inicial. El francés es idioma oficial en más de 30 países, lo que abre puertas a nivel global.

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Rumano

El rumano es una de las lenguas romances menos conocidas, pero guarda una estructura y un vocabulario muy similares al español. Palabras como problemă (problema), familie (familia) y universitate (universidad) muestran esta conexión.

A pesar de influencias eslavas y cierta singularidad fonética, el rumano mantiene la mayoría de reglas básicas del latín, incluyendo el sistema de conjugación y el género de los sustantivos. Aprender rumano puede abrir puertas culturales y profesionales en Europa Oriental.

Inglés

El inglés no proviene del latín, pero se aprende más fácilmente que otras opciones fuera del bloque romance gracias a su gramática simple. Los adjetivos no se ajustan al género y el verbo en presente no cambia tanto como en español. El idioma comparte gran cantidad de palabras por influencia del latín y el francés, y la exposición diaria a películas, música y tecnología hace que el inglés forme parte de la vida cotidiana de muchos hispanohablantes.

La pronunciación supone un reto, al igual que reconocer palabras con escritura diferente pero significado similar (por ejemplo, information, family, important), pero la gran cantidad de recursos disponibles hace que avanzar en este idioma resulte accesible y práctico.

Información extra para dar el siguiente paso

Escoger entre estos idiomas permite aprovechar las ventajas de la similitud lingüística y las oportunidades que surgen en un mundo globalizado. Al elegir alguno de estos caminos, el aprendizaje se vuelve una experiencia natural y llena de recompensas, desde entender una película sin subtítulos, hasta conseguir nuevas amistades o explorar oportunidades laborales en el extranjero. Las opciones están al alcance de quienes quieren aprender rápido y sin complicaciones.

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