Los médicos revelan el motivo por el que los casos de autismo han aumentado tanto recientemente

El aumento en los diagnósticos de autismo es una de las tendencias más notorias en la sociedad actual. Cada vez más familias, profesionales y autoridades ponen el tema sobre la mesa, preguntándose a qué se debe este crecimiento en las cifras. Algunos piensan que el autismo se está “expandiendo”, pero muchos médicos y especialistas aclaran que detrás de los números hay razones más profundas. Los datos recientes muestran que, mientras en el año 2000 la prevalencia era de aproximadamente 1 de cada 150 niños, hoy alcanza a 1 de cada 31 en algunos países.
Este cambio tiene tanto que ver con la evolución en la manera de definir, percibir y diagnosticar el autismo, como con posibles factores genéticos y ambientales. El interés social y sanitario que genera este fenómeno es comprensible: diagnosticar a tiempo y de forma adecuada permite el acceso temprano a apoyos, mejorando la calidad de vida de quienes viven con esta condición.
Factores que explican el incremento de los diagnósticos de autismo
La creciente cifra de diagnósticos de autismo no responde únicamente a un aumento real de casos, sino que refleja la transformación social y médica de las últimas décadas. El manual diagnóstico ha cambiado, los profesionales se han especializado y la sociedad se ha sensibilizado. Hoy se observan menos barreras para identificar posibles señales, gracias a la información disponible y el trabajo de asociaciones, familias y expertos.
Nuevos criterios diagnósticos y mayor conciencia social
Los expertos coinciden en que la ampliación de los criterios diagnósticos ha sido determinante. En el pasado, muchos niños y adultos quedaban fuera del espectro porque sus síntomas eran considerados “leves” o se confundían con otras condiciones. Actualmente, los diagnósticos tienen en cuenta una amplia variedad de manifestaciones y permiten reconocer casos que antes pasaban inadvertidos. Al sumarse condiciones asociadas como el TDAH, muchos más niños y jóvenes reciben evaluaciones precisas.
La conciencia social también marca la diferencia. Padres, maestros y cuidadores tienen más información y son más receptivos a buscar ayuda ante cualquier señal, por pequeña que parezca. La visibilidad en medios, campañas y redes sociales rompe tabúes, permitiendo que más personas se animen a consultar a un profesional especializado.
Accesibilidad a evaluaciones y servicios de salud
La accesibilidad a servicios especializados se ha incrementado notablemente en ciertas regiones y sistemas de salud. Hoy existen más centros, mejores herramientas de evaluación y protocolos de derivación rápida. Esta mejora en la logística diagnóstica hace posible que casos que antes no habrían sido detectados, hoy sí lo sean.
Además, la formación de los profesionales de la salud y la educación permite actuar con rapidez y precisión. En comunidades donde los recursos son más abundantes, el número de diagnósticos suele ser más alto por la simple razón de que se detectan más casos a tiempo. La equidad en el acceso a evaluaciones sigue siendo un reto, ya que existen diferencias ligadas a factores geográficos, socioeconómicos y raciales.
Bases genéticas y ambientales en el aumento de casos
Aunque los cambios sociales y médicos explican en buena medida el aumento de diagnósticos, los científicos continúan investigando los factores biológicos y ambientales que pueden influir en la incidencia del autismo. La interacción entre genes y entorno es compleja y no hay una única causa.

Componentes hereditarios y mutaciones genéticas
Las investigaciones más recientes apuntan a que entre el 60% y el 90% del riesgo de autismo tiene origen hereditario. Esto significa que el autismo suele presentarse en familias con antecedentes, aunque no siempre de forma directa. Además de la herencia tradicional, se han identificado mutaciones genéticas de novo (es decir, cambios que surgen por primera vez en el niño), responsables de un porcentaje importante de los diagnósticos.
El patrón de herencia es poligénico y complejo, por lo que no existe un “gen del autismo” único. Los estudios con gemelos idénticos muestran tasas de coincidencia significativamente más altas que en gemelos no idénticos, lo que refuerza el papel de los genes.
Influencia de la edad parental y factores ambientales
Más allá de la genética, la edad avanzada de los padres, especialmente del padre, se asocia a un mayor riesgo de autismo en la descendencia. Factores prenatales, como complicaciones en el embarazo, infecciones virales durante la gestación o exposición a ciertos medicamentos, también parecen incrementar la probabilidad de desarrollar trastornos del espectro autista.
El entorno familiar y social influye de forma indirecta, pues puede potenciar o atenuar algunas de las manifestaciones, especialmente en los primeros años de vida.
Hipótesis emergentes sobre contaminación y entorno urbano
En los últimos años han surgido hipótesis que relacionan la exposición a contaminantes ambientales y la vida en grandes ciudades con un mayor riesgo de autismo. Algunos trabajos apuntan a la influencia de metales pesados, pesticidas o partículas presentes en el aire. Estos factores ambientales están bajo revisión continua, pues sus efectos pueden variar según la susceptibilidad genética de cada individuo.
No todas estas hipótesis cuentan con el mismo respaldo científico, y los expertos insisten en evitar el alarmismo. Por ahora, no se dispone de pruebas sólidas que permitan señalar un único factor ambiental como responsable del aumento en los casos de autismo.