Obsesión amorosa: ¿Cómo reconocerla?
Amor y obsesión son dos cosas completamente distintas y como comparten varias experiencias y elementos en común, muchas veces se llegan a confundir
A pesar de que el amor es considerado como un sentimiento hermoso, la obsesión amorosa puede convertirse en una verdadera cárcel emocional. Lamentablemente, las personas que se encuentran en esta situación a menudo no perciben las diferencias entre el amor y la obsesión, debido a que están abrumados por la emoción y creen que todo está bien. En realidad, la obsesión por el amor puede ser la raíz de una relación disfuncional y suele confundir, encubrir y nublar nuestro juicio.
Cuando nos obsesionamos con alguien, nuestros pensamientos y acciones giran en torno a esa persona de manera constante, llegando a ser poco saludable y hasta puede llegar a controlar nuestra vida. Todo esto puede desencadenar comportamientos obsesivos, como enviar mensajes de texto o llamar a la persona constantemente, estar pendiente de sus redes sociales, investigar su vida personal y, en casos extremos, acosar y perseguir a la persona.
La obsesión amorosa puede causar daño emocional y psicológico, tanto para la persona que la siente como para la persona objeto de la obsesión. Es importante reconocer cuándo la línea entre el amor y la obsesión se cruza y buscar ayuda si es necesario para manejar y superar esta situación.
De igual manera, es importante resaltar que una relación sana y amorosa se basa en el respeto, la confianza y la reciprocidad. Si alguien siente que está obsesionado con otra persona, es necesario tomar medidas para identificar y controlar estos sentimientos antes de que se conviertan en un problema mayor.
¿Cómo podemos reconocer cuando se está obsesionado?
Tal vez nos engañemos pensando que tenemos un vínculo especial con esa persona, pero en realidad no es así. Es importante aprender a identificar algunas señales que indican cuando alguien, o incluso uno mismo, está pasando por una obsesión amorosa:
Crear falsas expectativas
En una relación obsesiva, no hay un verdadero compromiso ni planes en común. La persona obsesionada trata de implicar y abrumar al otro con sus deseos y expectativas, pero rara vez obtiene resultados satisfactorios. En algunos casos, ni siquiera hay una relación real y la obsesión es solamente una fantasía. Además, debido al comportamiento tan invasivo, el objeto de deseo se puede sentir sofocado y, en consecuencia, puede huir en lugar de corresponder a los anhelos del otro individuo.
Vivir en función de sus actos
Otra señal de alerta en una obsesión amorosa es la dependencia emocional. La persona obsesionada se vuelve dependiente de las acciones y comportamientos de su pareja, lo que determina su estado de ánimo y sus acciones durante el resto del día. Esta dependencia se asemeja a una adicción, donde el objeto de amor se convierte en una droga y cualquier cosa que haga o diga puede desencadenar reacciones incontrolables.
Exaltar solo los gestos positivos
Cualquier gesto o atención de la persona amada puede significar mucho más que los signos evidentes de desinterés o crisis en la relación. Esto se debe a la ilusión que impulsa la obsesión, donde la persona puede encontrar satisfacción en pequeñas demostraciones de amor, como una canción, aunque no sean sostenibles en el largo plazo.
Justificar lo negativo
A pesar de las señales evidentes de errores en la relación, las personas obsesionadas a menudo buscan cualquier forma de justificarlos. La obsesión por el amor ciega y puede convertir lo que objetivamente es malo en algo «bueno». Así, se pueden justificar acciones como largas desapariciones, faltas de respeto, escapadas, frases inapropiadas e incluso actitudes que no son demostraciones de amor.
¿Cómo se sale de una obsesión amorosa?
Aunque suene trivial, el primer paso es aceptar la situación, en pocas palabras, abrir los ojos. Esto nos ayudará a una toma de conciencia total de nuestras propias actitudes y de las de la otra persona. En caso de no sentirnos completamente bien, una gran opción es recurrir a un terapeuta que nos dé una buena base para redescubrir el arma más poderosa contra la obsesión amorosa: el amor propio.
