Ozempic sorprende a los médicos con un efecto secundario inesperado

El uso de Ozempic y Wegovy, ambos con semaglutida, se ha disparado en tratamientos para la diabetes tipo 2 y el control del peso. El perfil de eficacia es claro, mejora la glucemia, ayuda a perder kilos y apoya la salud cardiometabólica. Aun así, en los últimos meses ha cobrado fuerza un aviso que nadie esperaba ver asociado a estos fármacos.
Pérdida súbita de visión con Ozempic y Wegovy, qué es la NAION y cómo reconocerla
La NAION aparece cuando el nervio óptico recibe menos flujo sanguíneo del que necesita. Ese descenso corta el aporte de oxígeno, daña fibras nerviosas y altera la agudeza visual y el campo visual. En la práctica, muchos pacientes describen una visión borrosa al despertar, una mancha oscura fija o una sombra que tapa parte de lo que miran. Suele afectar a un solo ojo, no causa dolor y puede dejar secuela irreversible, sobre todo si no se consulta a tiempo.
El cuadro requiere atención urgente. La ventana para valorar el daño y descartar otras causas es corta. Si se inicia tratamiento con semaglutida y aparece un cambio visual brusco, conviene suspender la toma y contactar al médico de inmediato. Si la situación lo permite, se debe acudir a oftalmología el mismo día para una evaluación del nervio óptico y del campo visual.
El riesgo absoluto, aun con este aviso, sigue siendo bajo. Una estimación reciente en pacientes tratados con semaglutida sitúa la probabilidad en torno al 0,04%. La Agencia Europea del Medicamento catalogó la NAION como un efecto muy raro, lo que significa que ocurre en un número pequeño de usuarios. Aun así, la gravedad potencial justifica extremar la precaución, sobre todo en perfiles con riesgo vascular.
Factores como diabetes, apnea del sueño, hipertensión, edad y tabaquismo elevan la susceptibilidad. También influye la anatomía, por ejemplo un disco óptico pequeño que deja menos margen de riego al nervio. En estos casos, educación sobre síntomas y vigilancia clínica marcan la diferencia.
Qué es la NAION o “ictus del ojo” en palabras simples
La NAION es un daño del nervio óptico por falta de riego. No duele, aparece de forma repentina y reduce la claridad y el campo visual. Se le dice “ictus del ojo” porque, igual que un ictus cerebral, ocurre cuando una parte sensible del sistema nervioso se queda sin la sangre que necesita, aunque en este caso afecta al nervio que lleva la imagen al cerebro.
Señales de alerta y síntomas que exigen actuar ya
Las señales más típicas son pérdida súbita de visión en un ojo, una mancha oscura que no se mueve, visión en túnel o una baja del brillo que hace que todo se vea más apagado. Ante estos signos, la indicación es buscar atención el mismo día, sin esperar a que pase por sí solo.
Por qué puede pasar y quién tiene más riesgo
La NAION suele aparecer cuando confluyen factores vasculares y anatómicos. La diabetes, la hipertensión y la apnea del sueño favorecen episodios de riego insuficiente del nervio. La edad y el tabaquismo suman riesgo. Un disco óptico pequeño deja menos espacio para los vasos y aumenta la vulnerabilidad. El uso de semaglutida se ha asociado a un mayor riesgo, pero la diabetes ya eleva la probabilidad de base, por lo que la lectura de cada caso debe ser individual.
¿Con qué frecuencia ocurre? Qué indican los datos
La NAION es poco frecuente en la población general. En usuarios de semaglutida, algunas estimaciones sitúan la incidencia alrededor del 0,04%, una cifra baja, aunque por encima del nivel esperado sin tratamiento. La EMA decidió añadir la NAION como efecto muy raro en los productos con semaglutida. Raro no significa menor importancia, significa que es grave y merece reacción rápida si surgen síntomas.
Lo que dicen los estudios más recientes sobre semaglutida y visión
En 2024 se publicaron resultados que agitaron el debate clínico. Un análisis de más de 16.000 pacientes, realizado entre 2017 y 2023 y difundido en JAMA Ophthalmology, observó una mayor probabilidad de NAION en personas que recibían semaglutida. En los subgrupos, el aumento relativo fue más alto entre quienes tenían diabetes y también entre quienes presentaban obesidad. La señal no prueba causalidad por sí sola, pero orienta hacia una relación que amerita vigilancia.
A esa lectura se sumó una estimación de riesgo de equipos del Karolinska Institutet y la Universidad de Melbourne, con una cifra aproximada del 0,04% en tratados con semaglutida. Ese dato es bajo, aunque algo superior a la tasa en la población sin exposición. Los autores aclaran que la diabetes en sí incrementa el riesgo de NAION, lo que complica separar cuánto se debe a la condición de base y cuánto al fármaco.
La comunidad médica mantiene una postura equilibrada. La semaglutida ofrece beneficios claros sobre la glucosa, el peso corporal y el perfil cardiovascular en pacientes seleccionados. Al mismo tiempo, pide informar a los usuarios sobre síntomas de alarma y mantener vigilancia clínica, en especial en personas con mayor riesgo basal. La balanza no se inclina hacia el pánico, se inclina hacia la detección temprana y la decisión compartida con el paciente.
También aparecen líneas de investigación paralelas. Algunos trabajos en modelos animales sugieren posibles cambios en el músculo con fármacos de esta familia, aunque la evidencia en humanos es limitada y heterogénea. Hoy, el foco de discusión prioritaria está en la salud visual, con protocolos de información y seguimiento más ordenados.

Estudio en JAMA Ophthalmology con más de 16.000 pacientes
Entre 2017 y 2023, un grupo de investigación evaluó a más de 16.000 personas y encontró que quienes usaban semaglutida tenían un riesgo mayor de NAION frente a comparadores. En los análisis por subgrupos, el aumento relativo fue más alto en diabetes y en obesidad. Un aumento relativo significa que, aun con una frecuencia baja, la proporción de eventos fue superior en usuarios del fármaco respecto a no usuarios.
Estimación de riesgo del Karolinska y Melbourne
Otra investigación calculó una probabilidad cercana al 0,04% de NAION en tratados con semaglutida. Ese porcentaje es pequeño, aunque algo por encima del observado sin tratamiento. La diabetes ya eleva el riesgo de base, por lo que interpretar esta cifra exige contexto clínico y control de factores de confusión.
Beneficios frente a riesgos, cómo leer las cifras
La semaglutida ayuda a controlar la glucosa, favorece la pérdida de peso y puede mejorar el riesgo cardiovascular. El evento ocular es raro, pero serio. La lectura prudente pasa por informar, vigilar y actuar si aparecen síntomas, sin alarmismo ni inacción.
Otros hallazgos que se investigan, como efectos musculares
Se exploran posibles efectos en músculo en modelos animales, con resultados aún preliminares. En humanos, la evidencia es limitada y no permite conclusiones firmes. El tema con mayor atención hoy continúa siendo la visión.
Qué hacer si se usa Ozempic hoy, medidas prácticas para cuidar la vista
Antes de iniciar tratamiento es clave una historia clínica completa y un examen ocular de referencia. Ese punto de partida ayuda a comparar cualquier cambio que surja después. Conviene repasar los síntomas de alarma y dejarlos claros. En tratamientos crónicos, el uso de consentimiento informado ayuda a alinear expectativas y responsabilidades, siempre con lenguaje sencillo y directo.
Durante el uso, hay que tener un plan claro ante cualquier señal visual. Si aparece pérdida súbita de visión, una mancha fija o una sombra que no se va, lo indicado es suspender la dosis y llamar al médico. Lo ideal es pedir una valoración urgente con oftalmología, con exploración del nervio óptico y pruebas de campo visual.
Hay perfiles que requieren una vigilancia extra. Las personas con diabetes, obesidad, apnea del sueño, hipertensión, tabaquismo o un episodio previo de NAION en el otro ojo pueden necesitar controles oculares más frecuentes. También conviene revisar la presión arterial nocturna y la adherencia al tratamiento de la apnea, ya que ambos influyen en el riego del nervio óptico.
En la consulta es útil abrir un diálogo sobre beneficios y riesgos. Se puede valorar ajuste de dosis, revisar hábitos que protegen la microcirculación y discutir alternativas a agonistas GLP-1 si la situación lo amerita. Es importante acordar qué señales requieren urgencia y cómo reportarlas, y anotar cualquier síntoma visual en una libreta o en la app de salud para no olvidar detalles al relatarlo. Si persisten dudas, otra opinión de oftalmología o endocrinología aporta tranquilidad y claridad.