Paracetamol o ibuprofeno: cuál elegir según tu dolor
Cuando surge un malestar, la duda es común: paracetamol o ibuprofeno, qué conviene tomar y para qué sirve cada uno según tu dolor. Aunque ambos bajan la fiebre y alivian el dolor, no hacen exactamente lo mismo, y esa diferencia cambia la elección en un esguince, una regla dolorosa o un simple resfriado. La opción más sensata suele ser la que mejor encaja con el tipo de dolor y con la salud de cada persona, usando la dosis mínima eficaz y el menor tiempo posible.
Diferencias rápidas: qué hace el paracetamol y qué hace el ibuprofeno
Paracetamol e ibuprofeno tratan dolor leve a moderado y fiebre, pero el ibuprofeno también reduce la inflamación porque es un AINE. El paracetamol no es antiinflamatorio. Esa brecha explica por qué a veces uno “se nota” más que el otro. La inflamación no es una idea abstracta, suele verse y sentirse como hinchazón, calor local y dolor al mover la zona.
Cuándo suele encajar mejor el paracetamol
El paracetamol suele ir bien en fiebre, dolor de cabeza común, resfriado o gripe, dolor dental leve y dolores sin inflamación clara. A muchas personas les resulta más amable con el estómago. Su mayor riesgo aparece cuando se supera la dosis total diaria o cuando se mezcla sin darse cuenta con antigripales u otros productos que también llevan paracetamol.
Cuándo suele encajar mejor el ibuprofeno
El ibuprofeno suele ayudar más cuando hay inflamación, como en esguinces, golpes con hinchazón, dolor muscular tras lesión, algunos dolores articulares y dolor menstrual intenso. Si irrita el estómago, suele tolerarse mejor con comida. En uso prolongado puede aumentar riesgos, sobre todo digestivos, renales y cardiovasculares, así que conviene no alargarlo “por si acaso”.
Elegir según el tipo de dolor más común en casa
En un cuadro típico de fiebre con malestar general, o un dolor de cabeza de los de siempre, el paracetamol suele ser suficiente. Si no hay señales de inflamación visible o dolor al mover una zona concreta, suele ser la primera opción por perfil digestivo.
En cambio, si el dolor muscular aparece con zona caliente, tirantez y limitación de movimiento, el ibuprofeno puede rendir mejor por su efecto antiinflamatorio, siempre que la persona pueda tomar AINEs y no tenga contraindicaciones conocidas.
Dolor de cabeza y fiebre: qué suele funcionar y por qué
Para fiebre y dolor de cabeza común, el paracetamol suele cubrir bien el objetivo. El ibuprofeno puede considerarse si hay componente de inflamación (por ejemplo, dolor de garganta muy inflamado) o si el paracetamol no alivia, valorando tolerancia, antecedentes y medicación habitual. En dolor leve, subir dosis sin control rara vez aporta más alivio.
Dolor muscular, esguinces y reglas dolorosas: el papel de la inflamación
Cuando hay hinchazón o calambres fuertes, el ibuprofeno suele destacar por su efecto de AINE. Aun así, si existe gastritis, úlceras, sangrados digestivos previos o problemas renales, puede no ser buena idea, y conviene pedir consejo profesional antes de repetir tomas.
Seguridad y precauciones: estómago, hígado, riñón, embarazo y niños
Con paracetamol, la preocupación principal es el hígado si se excede la dosis o si se combina con alcohol en exceso; también cuenta el error de duplicar sin querer al tomar antigripales “para todo”. Con ibuprofeno, el foco suele estar en el estómago (acidez, irritación, sangrado) y en el riñón, sobre todo en personas mayores, deshidratadas o con enfermedad renal.
En embarazo suele preferirse paracetamol, y el ibuprofeno se evita especialmente en el tercer trimestre salvo indicación médica. En niños se usan dosis pediátricas por peso y conviene no confundir concentraciones de jarabes.
Dosis orientativa y errores típicos que causan problemas
En adultos, el paracetamol suele tomarse a 500 a 1000 mg cada 4 a 6 horas, sin pasar el máximo diario indicado en el envase (a menudo 3 a 4 g, según producto). El ibuprofeno suele usarse a 200 a 400 mg cada 4 a 6 horas, sin exceder el máximo del prospecto y sin alargarlo. El fallo típico es combinar productos con el mismo principio activo creyendo que son distintos.
Cuándo consultar a un profesional
Conviene consultar si el dolor es intenso y no cede, si la fiebre dura más de 48 a 72 horas, si hay vómitos persistentes, heces negras o sangre, dolor abdominal fuerte, ictericia o dificultad para respirar. También si existe enfermedad crónica (hígado, riñón, corazón, úlceras) y hay dudas. En cualquier caso, la regla práctica es la dosis más baja que funcione y el menor tiempo posible.