¡Peligro! Estos objetos pueden explotar si los dejas en el coche con calor

El verano trae consigo olas de calor que pueden volver el interior del coche en una verdadera trampa. Muchos dejan objetos cotidianos en el auto sin imaginar lo que las altas temperaturas pueden provocar. El riesgo no solo es de explosiones, sino de daños materiales serios, intoxicaciones y hasta incendios. Por esto, identificar los productos más peligrosos y retirarlos del coche resulta clave para evitar accidentes graves y cuidar la salud de todos los ocupantes y del propio vehículo.
¿Por qué ciertos objetos explotan o se dañan con el calor del coche?
La cabina de un coche estacionado al sol actúa como un horno. El calor penetra por las ventanas, se acumula y queda atrapado. En pocos minutos, la temperatura interna puede superar ampliamente la del ambiente exterior, afectando la seguridad de cualquier objeto o persona dentro.
Condiciones dentro del coche durante una ola de calor
Durante los días más calurosos, no es raro que la temperatura dentro del coche sobrepase los 60°C. Basta con una temperatura exterior de 35°C y apenas diez minutos para que el habitáculo se convierta en un espacio extremadamente peligroso. El calor se incrementa con rapidez y su efecto acumulativo es devastador para cualquier artículo que responda a cambios de temperatura. Sobrecargar el coche de objetos vulnerables es un riesgo, ya que basta una exposición breve para que comiencen los problemas.
Factores que vuelven peligrosos a ciertos objetos
Lo que vuelve riesgoso a algunos objetos es su composición y reacción al calor. Muchos contienen gases inflamables, líquidos en expansión o componentes electrónicos sensibles. Las altas temperaturas aceleran reacciones químicas, incrementan la presión interna de los envases e incluso pueden deformar materiales. Todo esto puede traducirse en explosiones, fugas de sustancias tóxicas, generación de llamas o derrames de productos peligrosos.
Objetos que no deben dejarse en el vehículo cuando hace calor
Algunos objetos comunes se transforman en auténticas amenazas si permanecen bajo el sol dentro de un coche. Retirarlos, aunque parezca una molestia menor, es esencial para evitar consecuencias costosas o peligrosas.
Aerosoles y productos bajo presión: riesgos de explosión
Los envases de aerosoles, desodorantes, sprays de limpieza e insecticidas encierran gases bajo presión. Cuando la temperatura sube, el gas interno se expande y eleva la presión dentro del recipiente. Si el envase no resiste, puede explotar con energía suficiente para dañar la tapicería o incluso provocar lesiones. Estos productos suelen esconderse en la guantera, debajo de los asientos o en los compartimentos de las puertas, lo que agrava el riesgo, ya que su presencia pasa desapercibida hasta que ocurre el accidente. Además, algunos desinfectantes en spray y alcohol en envase presurizado poseen composiciones inflamables, por lo que una explosión puede generar fuego.

Dispositivos electrónicos y baterías de litio
Móviles, tablets, laptops, baterías externas y cigarrillos electrónicos tienen baterías de litio muy sensibles al calor. Cuando la temperatura supera los 60°C, la batería puede hincharse, perder líquido o incluso explotar. El sobrecalentamiento altera el funcionamiento y puede dañar irreversiblemente el dispositivo, deteriorando circuitos internos y carcasas. En los casos más graves, el calor provoca combustión espontánea y origina incendios dentro del coche, un escenario de alto riesgo donde lo más costoso no serán solo los dispositivos perdidos, sino daños materiales mayores y riesgo de lesiones.
Bebidas embotelladas y productos alimenticios
Las botellas plásticas, envases de vidrio y bebidas carbonatadas también son muy vulnerables. Con el calor, la presión dentro de una botella de refresco puede crecer hasta causar una explosión, dañando los interiores y salpicando de líquidos pegajosos todo el habitáculo. El plástico, además, puede liberar químicos en el agua, que luego resulta perjudicial al beberla. Las botellas de vidrio, también presentes en jugos o aguas premium, pueden sufrir roturas repentinas. Por su parte, los alimentos perecederos pierden rápidamente la cadena de frío, desarrollando bacterias peligrosas y malos olores difíciles de eliminar.
Otros objetos sensibles: medicamentos, cosméticos y gafas
No solo los objetos volátiles son un problema. El excesivo calor deteriora medicamentos, especialmente aquellos que requieren temperaturas controladas. Al superar los 25°C, pierden efectividad e incluso pueden ser dañinos al consumirlos. Los cosméticos como labiales, cremas o perfumes, sufren alteraciones en su composición, se derriten o generan olores desagradables, inutilizándolos. Las gafas, sobre todo las de pasta, pueden deformarse y quedar inservibles tras varias horas bajo el sol. Todos estos daños son irreversibles y suponen un gasto extra inesperado.
Mantener el coche libre de estos productos durante olas de calor es una muestra de responsabilidad, ya que protege tanto la integridad del vehículo como la seguridad de sus ocupantes. Revisar el habitáculo y retirar cualquier objeto de riesgo al estacionar es una medida sencilla, pero decisiva para evitar accidentes mayores y conservar la tranquilidad al volver a usar el coche.