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Cocina, recetas y alimentos

Poner un rollo de papel higiénico en el frigorífico: el truco no tan tonto de la abuela

El ingenio popular nunca deja de sorprender. Volver a técnicas sencillas se ha convertido en tendencia en redes sociales y foros de expertos, y uno de los trucos que más comentarios genera hoy es el de colocar un rollo de papel higiénico dentro del frigorífico. Aunque pueda parecer una idea extraña a primera vista, este método ha resurgido gracias a quienes buscan fórmulas económicas y ecológicas para mantener la higiene del electrodoméstico, preservar sus alimentos y deshacerse de los malos olores. El consejo, heredado de abuelas y redescubierto por usuarios curiosos en TikTok, Instagram y otros canales, ha atraído la atención de comunidad científica, técnicos en mantenimiento y miles de hogares que comparten sus resultados positivos.

¿Cómo funciona el truco del papel higiénico en el frigorífico?

El poder absorbente del papel higiénico es el secreto detrás de este truco. Su estructura de fibras entrelazadas atrapa humedad y partículas olorosas, ayudando a mantener un entorno más seco y fresco en el interior de la nevera. Para amplificar su efecto, se aconseja colocar el rollo en la parte trasera o en el fondo, donde la circulación de aire es mayor y la acumulación de humedad suele presentarse. Lo mejor es usar un rollo limpio, directamente del paquete y no uno almacenado en el baño, ya que podría contener agentes contaminantes.

El intervalo ideal de cambio es cada tres semanas o cuando el rollo se perciba húmedo o arrugado. Este método, aunque sencillo, puede ser más económico que productos especializados como los filtros de carbón activado o las bolsas antihumedad, si bien no los sustituye completamente. El papel higiénico no libera fragancias ni químicos, por lo que quienes prefieren un ambiente neutro lo encuentran idóneo para su hogar.

Reducción de humedad y prevención de moho y bacterias

El exceso de humedad es uno de los factores principales que favorecen el desarrollo de moho y bacterias en los alimentos. El papel higiénico actúa como un deshumidificador natural, capturando el agua que se libera por la condensación y evitando charcos en las bandejas o cajones.

Un ambiente más seco retrasa el deterioro de frutas, verduras y productos frescos. También dificulta que microorganismos se establezcan y se multipliquen, prolongando el tiempo de consumo seguro y la frescura de los alimentos. Al reducir la formación de gotas y la acumulación de agua, el papel ayuda a mantener a raya esos focos de riesgo que surgen tras días sin limpieza.

Eliminación de malos olores y mejora del ambiente interior

Los olores desagradables, frecuentes cuando se mezclan restos o productos descompuestos, son otra de las molestias más habituales en el frigorífico. El papel higiénico, por su naturaleza porosa, capta y retiene moléculas olorosas, reduciendo la sensación de aire “cargado” y liberando una atmósfera más limpia.

A diferencia de filtros comerciales, el papel no introduce perfumes artificiales ni compuestos químicos, lo que beneficia a quienes buscan soluciones simples y aptas para alérgicos o personas sensibles a olores intensos. El resultado es un frigorífico más higiénico y agradable, sin mezclas extrañas de aromas que puedan afectar a los alimentos.

Foto Freepik

Beneficios y limitaciones de una solución casera y económica

Quienes prueban este método destacan su facilidad y bajo coste. Un rollo estándar es asequible y está disponible en cualquier despensa. No requiere instalación ni preparación especial, y puede utilizarse junto a otras prácticas de higiene como el uso de vinagre o bicarbonato. Sin embargo, mantener expectativas realistas es fundamental, ya que no sustituye el trabajo a fondo.

Es importante comprender que el rollo de papel higiénico no reemplaza la limpieza regular del frigorífico. La retirada de alimentos en mal estado, la desinfección de bandejas y el secado de superficies continúan siendo pasos imprescindibles. Usar solo el papel, sin otras medidas, puede limitar sus resultados y hasta hacer que se convierta en fuente de gérmenes si no se cambia a tiempo.

Ventajas para la conservación y la eficiencia energética

Reducir la humedad interna ayuda a que los alimentos duren más y mantengan por más tiempo su textura y sabor original. Menos agua disponible en el aire significa menos riesgo de que se estropeen antes de lo habitual.

Además, mantener el interior seco contribuye a evitar la formación de hielo en paredes y bandejas, lo que beneficia al rendimiento del frigorífico y ayuda a reducir el consumo eléctrico. Menos hielo y humedad significan mejor circulación del aire frío y menos trabajo para el motor.

Advertencias y mejores prácticas

Para aplicar este truco de forma segura, conviene utilizar solo un rollo nuevo, limpio y sin exposición previa a ambientes sucios. Hay que ubicarlo donde no interfiera con el cierre o el paso normal de los estantes y cambiarlo antes de que muestre señales de deterioro.

El papel jamás debe entrar en contacto directo con alimentos sueltos, especialmente los que no se pelan o cocinan, para evitar contaminación cruzada. Este método es un complemento, no un sustituto, de la limpieza estándar del frigorífico. Acompañar su uso de revisiones periódicas y limpiezas profundas garantiza el mejor rendimiento del aparato y la salud en el hogar.

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Mantener el frigorífico limpio, seco y sin olores no debe ser complicado. Un simple rollo de papel higiénico se ha ganado un sitio en muchas cocinas por su practicidad y resultados. Esta técnica, rescatada de la tradición y popularizada en la era digital, sigue dando prueba de que las soluciones más sencillas a veces son las más efectivas. Solo hace falta constancia, higiene y sentido común para sacarle el mayor provecho.

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