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Salud

¿Qué se puede detectar con una endoscopia?

La endoscopia es un procedimiento que usan los médicos para observar el interior del cuerpo con gran detalle. Utilizan un tubo flexible, equipado con una cámara y luz, que se introduce a través de aberturas naturales del cuerpo o mediante pequeñas incisiones. Esta técnica permite detectar y, en ocasiones, tratar distintas enfermedades sin una cirugía mayor.

Qué permite descubrir una endoscopia en órganos internos

La endoscopia puede explorar varias zonas internas y cada una aporta información clave. Permite observar en tiempo real la mucosa que recubre órganos. En el aparato digestivo, por ejemplo, revela daños en el esófago, estómago, duodeno y colon. Con técnicas similares es posible inspeccionar las vías biliares, bronquios, vejiga, algunas articulaciones y la cavidad abdominal.

Entre los hallazgos más importantes están las lesiones tumorales, las úlceras y diferentes grados de inflamación. La endoscopia localiza lesiones precancerosas, identifica sitios de sangrado, diagnostica infecciones y ayuda a retirar cuerpos extraños. La opción de tomar una biopsia, es decir, una pequeña muestra de tejido mientras se realiza la endoscopia, es una ventaja esencial. Esto facilita confirmar sospechas y diferenciar entre lesiones benignas y malignas.

Alteraciones en el sistema digestivo

En el aparato digestivo, la endoscopia se convierte en un aliado fundamental. Con la endoscopia digestiva alta se visualizan detalladamente el esófago, el estómago y el duodeno. Aquí se detectan úlceras gástricas o duodenales, pólipos (crecimientos anormales generalmente benignos), tumores incipientes o avanzados, y signos de gastritis o esofagitis.

El procedimiento también permite identificar las causas de hemorragia digestiva. Cuando hay pérdida inexplicada de sangre o anemia, una endoscopia puede mostrar el sitio exacto del sangrado, ya sea por varices, erosiones, lesiones vasculares o tumores.

Al explorar el colon mediante colonoscopia, es posible encontrar pólipos, tumores colorrectales, áreas de colitis, divertículos o pequeñas laceraciones. Muchos de estos problemas pueden tratarse en el momento, como la resección de pólipos que podrían evolucionar a cáncer.

La toma de biopsias en cualquier punto del trayecto digestivo resulta crucial cuando se sospecha enfermedad celíaca, infección por Helicobacter pylori o lesiones premalignas, guiando claramente el manejo posterior.

Foto Freepik

Patologías detectables en vías biliares, páncreas y bronquios

La CPRE (colangiopancreatografía retrógrada endoscópica) cumple un papel fundamental para evaluar el sistema biliar y pancreático. Con esta técnica se detectan fácilmente cálculos biliares, obstrucciones por tumores o estenosis (estrecheces), y signos de pancreatitis. Los médicos pueden, además, extraer piedras que obstruyen los conductos.

Por otro lado, la broncoscopia permite observar el interior de los bronquios y partes del pulmón. Resulta muy valiosa para diagnosticar tumores pulmonares, zonas de infección como la tuberculosis, presencia de secreciones anormales, sangrado y cuerpos extraños aspirados, especialmente en niños y pacientes en riesgo.

En ambos casos, la posibilidad de tomar biopsias o muestras de secreciones incrementa de forma notable la precisión del diagnóstico, diferenciando entre infecciones, inflamaciones y procesos tumorales.

Hallazgos en otros órganos: vejiga, articulaciones y cavidad abdominal

La cistoscopia es la endoscopia de la vejiga y la uretra. Así se identifican tumores vesicales, signos de infección urinaria crónica, sangrado inexplicado y anomalías estructurales. En algunos casos, se observan lesiones producidas por sondas o litiasis (piedras).

La artroscopia explora el interior de distintas articulaciones. Aquí los hallazgos incluyen desgaste de cartílagos, lesiones meniscales, presencia de inflamación intraarticular y depósitos de tejido anormal. Esta técnica es muy utilizada para evaluar y tratar problemas de rodilla, hombro o cadera.

La laparoscopia introduce el endoscopio en la cavidad abdominal. Esta herramienta permite detectar masas tumorales, aderencias, endometriosis, fuentes de sangrado interno y signos de infección. Es clave cuando los métodos de imagen convencionales no logran precisar la causa de los síntomas o cuando se requiere obtener muestras para estudio.

Beneficios, preparación y limitaciones de una endoscopia

La endoscopia se caracteriza por su capacidad para visualizar lesiones en tiempo real, lo cual acelera el diagnóstico temprano. Permite intervenciones mínimas y tiene una recuperación mucho más rápida que una cirugía abierta. El hecho de poder tomar biopsias o incluso tratar ciertas lesiones durante la misma exploración añade un valor significativo.

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La preparación previa depende del tipo de procedimiento. Para la endoscopia digestiva alta, suele bastar con un periodo corto de ayuno. En la colonoscopia, el paciente debe realizar una limpieza intestinal con una dieta específica y laxantes. En la cistoscopia y artroscopia la preparación es más sencilla, a menudo sin ayuno prolongado.

A pesar de sus ventajas, la endoscopia conlleva algunos riesgos. El más temido es la perforación del órgano explorado, aunque la tasa es baja. Puede haber sangrado si se toman muestras grandes, sobre todo en pacientes con problemas de coagulación. Algunas personas pueden sufrir infecciones localizadas o presentar reacciones a los sedantes utilizados para maximizar la comodidad.

No todas las áreas del cuerpo pueden accederse mediante endoscopia y hay zonas a las que el endoscopio no llega completamente. En ocasiones, el resultado puede ser normal incluso cuando persiste la enfermedad, especialmente si la lesión es pequeña o se ubica fuera del campo de visión. Algunas endoscopias podrían causar molestias o distensión tras el procedimiento, aunque suelen ser pasajeras.

Estos procedimientos impactan fuertemente en la toma de decisiones médicas. La posibilidad de observar el tejido afectado y obtener muestras contribuye a elegir la mejor estrategia terapéutica en cada caso. Además, la detección precoz de enfermedades como el cáncer mejora mucho las probabilidades de éxito del tratamiento y reduce la mortalidad.

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